Virgen Maria / Caso del indignado
VIERNES, 21.ABRIL.2006.
Nos sentimos altamente satisfechos que nuestro mensaje sobre la defensa a la santísima Virgen María haya sido de gran satisfacción para la mayoría de la teleaudiencia, habiendo recibido mensajes de felicitación y aplauso de 42 personas, entre llamadas telefónicas, saludos personales e Emails.
Sin embargo recibimos un Email negativo de una persona que no se siente satisfecho con nuestra participación y en lugar de censurar a todos los que son responsables de la difusión y distribución de esos panfletos satánicos que denigran a la Santísima Virgen María, para los musulmanes la mujer más pura que habido y habrá, se los toma muy a la ligera e incluso se molesta con mi participación y afirma que “en verdad a quien deben de censurar es a mi persona y a la religión musulmana y que nuestra religión no cabe en este país”
Sobre el particular manifiesto al estimable público televidente y específicamente al “indignado” señor lo siguiente:
1. No es, este país, porque no es uno más de la lista; es nuestro país y así debe llamársele con cariño.
2. Decir que una religión no cabe en nuestro país es fanatismo. Uno debe ser creyente firme; pero el fanatismo fuera de creer firmemente, no tolera que otro piense diferente a él. Como se define el “indignado” televidente.
3. De acuerdo al artículo 25 de nuestra Constitución Política – se garantiza el libre ejercicio de todas las religiones, sin más límite que el trazado por la moral y el orden público. Y de acuerdo al Artículo 6 de la misma; “Toda persona puede expresarse y difundir libremente sus pensamientos siempre que no subvierta el orden público, ni lesione la moral, el honor y la vida privada de los demás.
4. Yo como musulmán me siento ofendido en mi honor, mi moral y mis principios, por esos panfletos que se venden en algunas librerías protestantes. Para aquellos que no les importa y peor aún, para aquellos que venden, aceptan y promueven sus enseñanzas, no debe importarles tanto el enojo de mi persona o el de los musulmanes y espero que también de los católicos, sino el de Jesús, el verbo encarnado de Dios, al mancillar a su madre y peor aún el de Dios, Allah, al momento que se enfrenten a Él, el día de la resurrección de los muertos o día del Juicio final. ¡Los compadezco!
5. Como musulmán no me arrodillo ante nadie, sólo ante Dios. Fuera de ello, no hago lo posible con quedar bien con la Iglesia Católica, por el poder político que hay detrás de ella. Para empezar y repitiendo mis mismas palabras: ser débil no es simplemente la ausencia de fuerza; sino también, teniéndola no tener conciencia de tenerla; y teniendo conciencia de ella no tener el valor para ejecercerla.
A pesar de ser fuerte, la iglesia católica lamentablemente sigue siendo débil, por la pasividad exagerada de su alta dirigencia y de la mayoría de sus fieles.
Lo que sí hay es un acercamiento entre las iglesias católica y musulmana y entre todas las religiones del mundo, excepto “algunas fanáticas” que el “indignado” televidente debe pertenecer. Este acercamiento no proviene desde el Papa Juan Pablo II sino desde mucho antes, especialmente desde el Concilio Vaticano II (1962-1965. Hace más de 40 años; el cual atestiguo lo siguiente:
“La iglesia mira con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, Misericordioso y Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres y a cuyos ocultos decretos procuran someterse con toda el alma, como se sometió Abraham a Dios, de quien la fe islámica gusta hacer referencia. Veneran a Jesús como Profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a su madre virginal, María, y a quien también la invocan devotamente. Esperan, además, el Día del Juicio, cuando Dios recompensará a los hombres. Aprecian por tanto, la vida moral y honran a Dios, sobre todo con la oración, la caridad y el ayuno”.
Las sociedades islámicas han sido siempre amplias y tolerantes, especialmente con judíos y cristianos, los que se llaman en el Corán. AHL AL KITAB, la gente del libro, (los hermanos en la fe). Históricamente tanto judíos como musulmanes hemos sido agredidos por pueblos autodenominados cristianos.
Desde Constantino el Grande (Primer emperador romano, convertido al cristianismo); las Cruzados; la Inquisición; la reconquista española; los programas, el Holacausto; Bosnia Herzegovina, etc.
Claro, el papel aguanto todo y la historia se cambia adecuadamente. Ho y se lee que las cruzadas fueron guerras de liberación del Santo Sepulcro de manos de los infieles.
Fueron de acuerdo a historiadores sinceros, incluso europeos, guerra de Pillaje y genocidio de judíos primero; musulmanes después y hasta de cristianos orientales.
Desde el inicio del Islam, el profeta Mamad, la bendición y la paz sean con él y su descendencia, dio una proclamación en su propio nombre y a cuya observancia obligaba a todos los musulmanes de modo estricto hasta el día de la resurrección y terminación del mundo de protección. De todos los cristianos que se encuentran en tierra musulmana. De su vida, pertenencia S, templos, propiedades, etc; proclama hábilmente ocultada en occidente y que detallaré en próximos programas.
De esa forma aprovecho nuevamente para rechazar la información negativa que periódicamente trata de relacionar a la religión islámica con el terrorismo, ignorando que el terrorismo es un fenómeno mundial, existente en todo tipo de sociedades, individual o colectivamente y que comprende siempre a un grupo reducido y violento, que representa la parte más externa de la muestra y que incluso por sus métodos desproporcionados pueden considerarse que están fuera del grupo ideológico que dicen representar. Sería interesante preguntar la religión de los individuos que ejecutan acciones terroristas o de los asesinos y presos en las cárceles y allí, todas las religiones se verían involucradas; pero sólo con el Islam, tendenciosamente se realiza este procedimiento.
Finalmente nuevamente ratifico en nombre de la Comunidad musulmana salvadoreña.
“Nuestra salvadoreñidad y por consiguiente que estamos para ayudar a nuestro País y no para actuar en su contra. Que somos una Comunidad pacífica, que rechazamos la violencia, que aceptamos a nuestros hermanos y hermanas de otras religiones y razas, con cariño y tolerancia.
Que amamos a El Salvador y que deseamos para nuestro País y para todos los salvadoreños y salvadoreñas, las bendiciones y la misericordia del único Dios; el Dios de todo, todos y todas.
Nos sentimos altamente satisfechos que nuestro mensaje sobre la defensa a la santísima Virgen María haya sido de gran satisfacción para la mayoría de la teleaudiencia, habiendo recibido mensajes de felicitación y aplauso de 42 personas, entre llamadas telefónicas, saludos personales e Emails.
Sin embargo recibimos un Email negativo de una persona que no se siente satisfecho con nuestra participación y en lugar de censurar a todos los que son responsables de la difusión y distribución de esos panfletos satánicos que denigran a la Santísima Virgen María, para los musulmanes la mujer más pura que habido y habrá, se los toma muy a la ligera e incluso se molesta con mi participación y afirma que “en verdad a quien deben de censurar es a mi persona y a la religión musulmana y que nuestra religión no cabe en este país”
Sobre el particular manifiesto al estimable público televidente y específicamente al “indignado” señor lo siguiente:
1. No es, este país, porque no es uno más de la lista; es nuestro país y así debe llamársele con cariño.
2. Decir que una religión no cabe en nuestro país es fanatismo. Uno debe ser creyente firme; pero el fanatismo fuera de creer firmemente, no tolera que otro piense diferente a él. Como se define el “indignado” televidente.
3. De acuerdo al artículo 25 de nuestra Constitución Política – se garantiza el libre ejercicio de todas las religiones, sin más límite que el trazado por la moral y el orden público. Y de acuerdo al Artículo 6 de la misma; “Toda persona puede expresarse y difundir libremente sus pensamientos siempre que no subvierta el orden público, ni lesione la moral, el honor y la vida privada de los demás.
4. Yo como musulmán me siento ofendido en mi honor, mi moral y mis principios, por esos panfletos que se venden en algunas librerías protestantes. Para aquellos que no les importa y peor aún, para aquellos que venden, aceptan y promueven sus enseñanzas, no debe importarles tanto el enojo de mi persona o el de los musulmanes y espero que también de los católicos, sino el de Jesús, el verbo encarnado de Dios, al mancillar a su madre y peor aún el de Dios, Allah, al momento que se enfrenten a Él, el día de la resurrección de los muertos o día del Juicio final. ¡Los compadezco!
5. Como musulmán no me arrodillo ante nadie, sólo ante Dios. Fuera de ello, no hago lo posible con quedar bien con la Iglesia Católica, por el poder político que hay detrás de ella. Para empezar y repitiendo mis mismas palabras: ser débil no es simplemente la ausencia de fuerza; sino también, teniéndola no tener conciencia de tenerla; y teniendo conciencia de ella no tener el valor para ejecercerla.
A pesar de ser fuerte, la iglesia católica lamentablemente sigue siendo débil, por la pasividad exagerada de su alta dirigencia y de la mayoría de sus fieles.
Lo que sí hay es un acercamiento entre las iglesias católica y musulmana y entre todas las religiones del mundo, excepto “algunas fanáticas” que el “indignado” televidente debe pertenecer. Este acercamiento no proviene desde el Papa Juan Pablo II sino desde mucho antes, especialmente desde el Concilio Vaticano II (1962-1965. Hace más de 40 años; el cual atestiguo lo siguiente:
“La iglesia mira con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, Misericordioso y Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres y a cuyos ocultos decretos procuran someterse con toda el alma, como se sometió Abraham a Dios, de quien la fe islámica gusta hacer referencia. Veneran a Jesús como Profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a su madre virginal, María, y a quien también la invocan devotamente. Esperan, además, el Día del Juicio, cuando Dios recompensará a los hombres. Aprecian por tanto, la vida moral y honran a Dios, sobre todo con la oración, la caridad y el ayuno”.
Las sociedades islámicas han sido siempre amplias y tolerantes, especialmente con judíos y cristianos, los que se llaman en el Corán. AHL AL KITAB, la gente del libro, (los hermanos en la fe). Históricamente tanto judíos como musulmanes hemos sido agredidos por pueblos autodenominados cristianos.
Desde Constantino el Grande (Primer emperador romano, convertido al cristianismo); las Cruzados; la Inquisición; la reconquista española; los programas, el Holacausto; Bosnia Herzegovina, etc.
Claro, el papel aguanto todo y la historia se cambia adecuadamente. Ho y se lee que las cruzadas fueron guerras de liberación del Santo Sepulcro de manos de los infieles.
Fueron de acuerdo a historiadores sinceros, incluso europeos, guerra de Pillaje y genocidio de judíos primero; musulmanes después y hasta de cristianos orientales.
Desde el inicio del Islam, el profeta Mamad, la bendición y la paz sean con él y su descendencia, dio una proclamación en su propio nombre y a cuya observancia obligaba a todos los musulmanes de modo estricto hasta el día de la resurrección y terminación del mundo de protección. De todos los cristianos que se encuentran en tierra musulmana. De su vida, pertenencia S, templos, propiedades, etc; proclama hábilmente ocultada en occidente y que detallaré en próximos programas.
De esa forma aprovecho nuevamente para rechazar la información negativa que periódicamente trata de relacionar a la religión islámica con el terrorismo, ignorando que el terrorismo es un fenómeno mundial, existente en todo tipo de sociedades, individual o colectivamente y que comprende siempre a un grupo reducido y violento, que representa la parte más externa de la muestra y que incluso por sus métodos desproporcionados pueden considerarse que están fuera del grupo ideológico que dicen representar. Sería interesante preguntar la religión de los individuos que ejecutan acciones terroristas o de los asesinos y presos en las cárceles y allí, todas las religiones se verían involucradas; pero sólo con el Islam, tendenciosamente se realiza este procedimiento.
Finalmente nuevamente ratifico en nombre de la Comunidad musulmana salvadoreña.
“Nuestra salvadoreñidad y por consiguiente que estamos para ayudar a nuestro País y no para actuar en su contra. Que somos una Comunidad pacífica, que rechazamos la violencia, que aceptamos a nuestros hermanos y hermanas de otras religiones y razas, con cariño y tolerancia.
Que amamos a El Salvador y que deseamos para nuestro País y para todos los salvadoreños y salvadoreñas, las bendiciones y la misericordia del único Dios; el Dios de todo, todos y todas.