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Inmigración Latina II

Martes 30 de Mayo de 2006. -


No hay que olvidar el fuerte sentimiento anti-latino en amplios sectores de la población estadounidense, otrora emigrantes pero de extracción blanca europea, que constituyen todavía la mayoría (y digo todavía) del pueblo norteamericano.
El notable aumento de los latinos, su reproducción acelerada (4 veces arriba de la media); la disponibilidad de nuevos elementos, a través de países cercanos, altamente reproductivos; su resistencia a cambiar sus costumbres; el uso del idioma español, su promedio racial básicamente mestizo o mulato, hacen a sectores tradicionalmente dominantes: el término WASP; white (blanco); anglosaxon (anglosajón) and protestant (protestante) e incluso se puede agregar, preferiblemente afilado al partido republicano.

No hay duda que el emigrante latino es una sangre nueva inyectada en la sociedad norteamericana que envejece día a día y que debidamente dosificado; ayuda a crecer la economía norteamericana. Esta emigración es altamente positiva y no sólo porque realiza trabajos, que ni el afro-americano quiere ejecutar; sin embargo, se le recela, porque se le teme. En este caso al menos, la reacción de esos sectores racistas no es de prepotencia sino de miedo. ¡Tantos y tan independientes aquí adentro y con muchos más tantos allá afuera!
La ayuda de las iglesias especialmente católica (la próxima reunión de los obispos católicos estadounidenses y mexicanos, a la cual asistirá un delegado de la Conferencia Episcopal (católica) salvadoreña es un ejemplo más de esa solidaridad aplaudible, que se complementa con la ayuda de organizaciones humanitarias no gubernamentales. Por eso, la ley Sensenbrenner, aprobada por el Congreso; no sólo penaliza, sino que criminaliza a las personas e instituciones que brinden ayuda a los indocumentados. Esto es inhumano y anticristiano. Las bienaventuranzas de Cristo en la Biblia se aplicaban a todos los necesitados, sin distinción alguna.

Lo mismo pasaba con las iglesias cristianas segregadas, en tiempo de la esclavitud y luego en tiempo de la segregación racial obligada y legalizada, que estuvo activa en los Estados del Sur de los Estados Unidos hasta bien entrada la década de los sesenta. En 1964 se me levantó de un asiento de un tranvía que estaba reservado a los negros y tuve que ir parado, porque los asientos blancos estaban llenos. Esto es en New Orleáns, Louisiana.

Las iglesias eran de pastor negro con feligreses negros y también había iglesias de blancos. Solo que en las iglesias negras existía un blanco. Jesús en la cruz, quién había hablado tanto de amor, solidaridad, caridad y hermandad como base de su doctrina.
Eso puede decirse, es cosa del pasado. Pero si bien legalmente ha sido cancelado ¿Estará eliminado totalmente del pensamiento y sentimientos humanos? La respuesta es básicamente no.
Es digno recalcar que el afro-americano logró hacerse respetar. Y cuando hay casos aislados de racismo, protesta con firmeza.
Lo mismo la mujer, que de esa discriminización injustificada en los Estados Unidos, ha hecho prevalecer sus derechos.
El calvario para la legalización de los indocumentados, básicamente hispanos apenas empieza. 12 millones, que necesitan luchar permanentemente unidos pacíficamente pero firmes, con apoyo de las iglesias, instituciones humanitarias; latinos ya legalizados y ciudadanos americanos de origen latino; y con el apoyo de hombres y mujeres de buena voluntad, que también los hay, en esa sociedad norteamericana; multifacética y multisectorial.
Y además con el apoyo de todos los Gobiernos latinoamericanos.

Los Gobiernos latinoamericanos deben estar firmes en esto. Esto no es cuestión de amistad, sino de supervivencia nacional. Debe recordarse que la amistad, es en doble sentido, compartiendo mutuamente sus deseos, ideas y necesidades.
Cuando sólo una parte decide y la otra es sumisa, no es amistad sino sometimiento.
Tampoco es conveniente el inverso: una actitud antinorteamericana, sobre todo con un país como el nuestro, pequeño, endeudado, comprometido, emproblemado y con tanta asimetría con nuestro hermano, el gigante del norte.

Nuestro país – en comparación del resto de países latinoamericanos (inclusive los centroamericanos) da mucho a los Estados Unidos, y a pesar, de lo que se diga en los medios; incluso recibimos menos, que el resto de países hermanos.
La clave faltante: negociación, teniendo conciencia de nuestras debilidades, pero también de nuestra fortaleza.
Las fuerzas cósmicas y la naturaleza nos dan a veces la forma como negociar y subsistir con cierta independencia. El planeta mercurio tan pequeño y tan cerca del inmenso sol, nos da la clave.