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Deforestación en El Salvador y su historia

Viernes 08 de septiembre de 2006.-


Nuestro país se deforesta día a día y somos ya el país más deforestado del Continente Americano. El segundo, si incluimos a Haiti, esto es, a las Islas del Caribe. Las voces de alerta son las mismas que las del pasado, sólo se han incrementado, ya que el problema se mantiene en su calidad pero se ha agudizado en su cantidad devastadora.
Los mantos acuíferos disminuyen; las inundaciones se multiplican; el clima se deteriora y hasta los embalses se llenan de lodo a raudales, aumentando su envejecimiento y disminuyendo su vida útil. Y seguimos construyendo embalses, pero al mismo tiempo, seguimos talando árboles. En esto ultimo hemos cambiado notablemente, pero para empeorar. Antes talábamos decenas de árboles para construir viviendas, hoy talamos millares… Véase últimamente el Espino. Ejemplos adicionales sobran…
El desarrollo económico-vertical hace que los proyectos aumenten de tamaño; pero sin aumentar la conciencia ecologista.
Basta ver extractos de noticias en los medios escritos nacionales:
19 de mayo de 1986.
“Deforestación es peligro para futuro del país”
La creciente deforestación que sufren los pocos bosques y cafetales que hay en el territorio nacional, es un peligro latente para el futuro del país, afirma el agrónomo Manuel Mauricio Martínez.
Señala el técnico que esta deforestación se realiza cuando se talan los bosques y cafetales para obtener leña, la que actualmente la venta de ésta representa buenos negocios. Una “raja” de leña vale ahora hasta 40 centavos (en 1986).
También otro aspecto que influye en este problema, son las urbanizaciones en las principales ciudades del país, donde son taladas zonas de árboles para poder construir, y aunque la demanda de vivienda crece cada día más.
Martínez afirma que el 70 por ciento de la población urbana del país cocina con leña y en las zonas rurales el 95 por ciento. Según informe de CEL, los bosques se están terminando a un ritmo de 22 por ciento por año. Es decir, que dentro de cinco años, los salvadoreños tendremos problemas muy graves, a causa de la deforestación y de la costumbre de cocinar con leña.
En la CEL llevan un balance de energéticos, donde se establece que el 65 por ciento de la población usa leña como fuente de energía y el 5 por ciento, usa desechos vegetales, como tuzas, olotes, bagazo de caña, etc.
La energía eléctrica sólo representa el 5.5 poro ciento del consumo de energía en el país. La mayor parte, de elementos son de origen vegetal, explica el agrónomo.
Y el 24 por ciento, utilizan los productos derivados del petróleo para cocinar como el gas propano y el gas común. “Aquí se hace la gran bulla con el petróleo, pero para cocinar, sólo dos subproductos son utilizados, reafirma.
Pero en el caso del gran consumo de leña para cocinar, nadie le pone atención. Y es la fuente de energía para cocinar para la mayoría de los salvadoreños. Por suerte, la leña es una fuente de recurso vegetal renovable. Quiere decir que si se corta un árbol para obtener leña, podría sembrarse otro árbol y no habría mayores problemas. Pero el problema es que estamos destruyendo los bosques y no los estamos restituyendo, es decir, que no hay repoblación de zonas boscozas.


Programas deficientes:
Los programas oficiales que desarrolla el gobierno, no tienen relación a la forma cómo se construyen los pocos bosques que aún quedan en el país, detalla. Y en otra noticia, del 11 de mayo de 1987.
Lodo y arena en embalse Cerrón.
Más de siete millones de metros cúbicos de lodo y arena son arrastrados anualmente hacia el embalse de la Presa Hidroeléctrica Cerrón Grande, a causa del continuo descuaje de los bosques.
Y esta degradación de los recursos naturales que afecta la cuenca del Río Lempa, constituye un serio peligro para toda la flora y fauna de la región, manifestó el ing. Adonis Moreira, Director del Centro de Recursos Naturales, en 1987.
Además de la gran acumulación de arena y lodo en el fondo del embalse, disminuye en gran medida su periodo de utilidad, por lo que es urgente incrementar los proyectos de reforestación nacional.
Porque los beneficios sociales y el mejoramiento ecológico serán la mejor herencia que podemos dejar a las futuras generaciones de salvadoreños, y mientras no se ejecuten proyectos de reforestación apegados a las necesidades de la cuenca del Río Lempa, las condiciones se irán agravando, manifestó.
Y solamente cuando estamos atravesando por graves circunstancias, como la actual crisis energética, y la escasez de agua potable, es cuando damos importancia al problema, y a la urgente necesidad de recuperar los bosques perdidos, dijo finalmente.
El problema se complica porque se talan árboles que no pueden ser recuperados ni en el mediano plazo, si acaso hubiera voluntad para reforestar (a menudo la reforestación sólo queda plasmada en el papel). Basta leer el editorial de El Diario de Hoy del 16.oct.1978
La madera del año 2015 se debe plantar ahora.
Para la producción de ciertas clases de papel, celulosa y madera, se requieren árboles que tengan de treinta a cuarenta años de crecimiento, lo que significa que en este año se están plantando las cosechas del 2015. Para entonces se calcula que las necesidades de productos forestales duplicarán las que existen hoy en día, lo que señala la necesidad de preparar ahora la producción del futuro.
Un montón de árboles no es, desde un punto de vista económico, “un bosque”. De la misma manera que para obtener resultados efectivos de la ganadería, se deben escoger ejemplares de los hatos, los bosques explotables deben reunir ciertas características, las que algunas veces se dan naturalmente, mientras otras hay que estimular ese desarrollo.
Esto lo han dicho incluso con anterioridad las Asociaciones Ecologistas; pero el Supremo Gobierno, sea el de 1978, 1987 o del 2006; sigue como el anuncio, siempre tan campante.