Cultura Árabe I
Lunes 26 de Junio de 2006.-
Europa se cree que es la cuna de la civilización; sin embargo, no lo es. De esa forma, todos los inventos y descubrimientos se tabulan, con el primer europeo – sea primero o no - que participó.
Como Grecia fue la primera nación culta de Europa, los libros de historia manifiestan que la cultura de la humanidad, empezó en Grecia en el año 500 AC ¡Tremenda equivocación! Y luego complementan: Y se detuvo en el 500 DC, con la caída del imperio romano. Y después afirman: Y del año 500 DC hasta 1,500 DC, hubo un retroceso cultural y un estancamiento del progreso e intelecto; para empezar nuevamente, con el renacimiento europeo. Esto lo encontramos en numerosos libros de texto de corte europeo. Incluso, Carl Sagan, brillante astrofísico, en su libro Cosmos, admite esta absurda aseveración.
¡Esto es solamente la historia de la cultura Europea¡
La cultura de la actual civilización del Homosapiens empezó desde 4000 años AC en los países que hoy conforman el mundo árabe, de origen semita y con idiomas parecidos emparentados entre sí. La civilización egipcia y mesopotámica (caldea, Babilonia y Asiria), fueron totalmente cultas entre 3500 y 4000 AC, cuando Europa estaba sumida en la prehistoria e incluso mucho antes que otras civilizaciones antiguas como la Hindú y la China.
Ese fue el primer periodo que el mundo árabe culturizó a Europa a través de Grecia. El segundo lo constituyó el periodo entre 500 hasta 1500 DC, en lo que se ha llamado el periodo del Oscurantismo de la Edad Media, donde Europa se encontraba sumida en la barbarie y fue nuevamente culturizada por los árabes, a través de España, Portugal, Sur de Europa y las islas del Mediterráneo y que dio lugar al renacimiento Europeo del siglo XVI.
Empezaremos por el primer periodo. La cultura antigua; educando a Europa a través de Grecia.
A pesar de que la cuna inicial era la península arábiga, el termino árabe no se aplicaba en aquellos tiempos más que a los pobladores originales de dicha península.
“Dchesirat al Arab” es una “isla de arena”. La lluvia es escasa. El Mar Rojo y el Golfo Pérsico son estrechos. No se forman nubes; las que se forman en el Océano índico son atajadas por el macizo montañoso del Yemen. Una isla de arena, más en la época glacial, tierra fértil. El manto de hielo nunca pasó los límites de las montañas de Asia Menor hacia el sur. Allí, al menos, está el punto de salida de la teoría Winckler-Caetaní respecto al pasado de Arabia y ésta, es la más plausible. En otro lado se congelaba el mundo; Arabia, patria primitiva de los pueblos semitas, enverdecía y florecía; sin embargo, posteriormente, incontenibles se extendían la sequía, continuaba la estepa y la arena. De este paraíso solamente quedó una estrecha franja de la costa.
Aquí los habitantes de la “isla” se amontonaban cada vez más a consecuencia del exceso de población con decadentes posibilidades de vida. Solo quedaban dos soluciones posibles, ambas conducían hacia el norte.
Hace 5,500 años comenzaron la larga marcha los dos primeros grupos. Uno, a lo largo de la costa oeste hacia la Península de Sinaí, subiendo hasta el fértil valle del Nilo. Allí estaban los hamitas, los semitas se mezclaron con ellos y engendraron a los egipcios. Como una sóla muestra; las pirámides de Egipto, siguen siendo las primeras maravillas de la antigüedad.
El otro, elige la ruta este y echa raíces en la igualmente fértil tierra mesopotámica entre el Tigres y el Éufrates, donde viven los sumerios.
Allí constituyen la civilización babilónica, de grandes obras en irrigación, construcción y escritura.
El mundo hereda de ellos la construcción de arcos y bóvedas, de la rueda y un sistema de medidas y pesas; el sistema sexagesimal, basado en el sesenta, que es una sexta parte de la esfera celeste, que suma 360 grados. Aún hoy calculamos con esto (una mirada al reloj lo confirma). Los Jardines Colgantes de Babilonia, como un ejemplo adicional, se considera una maravilla de la antigüedad.
Alrededor del año 2,500 a.c. se mueve la segunda ola migratoria hacia el norte: los amoritas. De ellos forman parte los cananeos, que pueblan Siria y Palestina, y los fenicios que desarrollan un alfabeto de veintidós signos simples; esta también es una obra de orientación para la Humanidad: El primer alfabeto. Fueron grandes comerciantes y brillantes navegantes. La afirmación que fueron los primeros en llegar a América, mucho antes que Colón y que los Vikingos, ha adquirido ya, validez científica.
Nuevamente un milenio después, los hebreos parten hacia el norte, hacia Mesopotamia y luego, hacia el sur de Siria, a Palestina; los arameos ocupan el territorio entre las montañas del Líbano y del antiLíbano.
Los hebreos le deben al mundo su concepción del único Dios, compartido más tarde por el cristianismo y el islamismo.
Otra vez, luego de mil años, desde el sur vienen los nabateos. Se instalan al noreste de la península de Sinaí. De su civilización, aún como ruinas, se ven los restos imponentes de la ciudad de Petra, grabados en rocas rojas.
Como Grecia fue la primera nación culta de Europa, los libros de historia manifiestan que la cultura de la humanidad, empezó en Grecia en el año 500 AC ¡Tremenda equivocación! Y luego complementan: Y se detuvo en el 500 DC, con la caída del imperio romano. Y después afirman: Y del año 500 DC hasta 1,500 DC, hubo un retroceso cultural y un estancamiento del progreso e intelecto; para empezar nuevamente, con el renacimiento europeo. Esto lo encontramos en numerosos libros de texto de corte europeo. Incluso, Carl Sagan, brillante astrofísico, en su libro Cosmos, admite esta absurda aseveración.
¡Esto es solamente la historia de la cultura Europea¡
La cultura de la actual civilización del Homosapiens empezó desde 4000 años AC en los países que hoy conforman el mundo árabe, de origen semita y con idiomas parecidos emparentados entre sí. La civilización egipcia y mesopotámica (caldea, Babilonia y Asiria), fueron totalmente cultas entre 3500 y 4000 AC, cuando Europa estaba sumida en la prehistoria e incluso mucho antes que otras civilizaciones antiguas como la Hindú y la China.
Ese fue el primer periodo que el mundo árabe culturizó a Europa a través de Grecia. El segundo lo constituyó el periodo entre 500 hasta 1500 DC, en lo que se ha llamado el periodo del Oscurantismo de la Edad Media, donde Europa se encontraba sumida en la barbarie y fue nuevamente culturizada por los árabes, a través de España, Portugal, Sur de Europa y las islas del Mediterráneo y que dio lugar al renacimiento Europeo del siglo XVI.
Empezaremos por el primer periodo. La cultura antigua; educando a Europa a través de Grecia.
A pesar de que la cuna inicial era la península arábiga, el termino árabe no se aplicaba en aquellos tiempos más que a los pobladores originales de dicha península.
“Dchesirat al Arab” es una “isla de arena”. La lluvia es escasa. El Mar Rojo y el Golfo Pérsico son estrechos. No se forman nubes; las que se forman en el Océano índico son atajadas por el macizo montañoso del Yemen. Una isla de arena, más en la época glacial, tierra fértil. El manto de hielo nunca pasó los límites de las montañas de Asia Menor hacia el sur. Allí, al menos, está el punto de salida de la teoría Winckler-Caetaní respecto al pasado de Arabia y ésta, es la más plausible. En otro lado se congelaba el mundo; Arabia, patria primitiva de los pueblos semitas, enverdecía y florecía; sin embargo, posteriormente, incontenibles se extendían la sequía, continuaba la estepa y la arena. De este paraíso solamente quedó una estrecha franja de la costa.
Aquí los habitantes de la “isla” se amontonaban cada vez más a consecuencia del exceso de población con decadentes posibilidades de vida. Solo quedaban dos soluciones posibles, ambas conducían hacia el norte.
Hace 5,500 años comenzaron la larga marcha los dos primeros grupos. Uno, a lo largo de la costa oeste hacia la Península de Sinaí, subiendo hasta el fértil valle del Nilo. Allí estaban los hamitas, los semitas se mezclaron con ellos y engendraron a los egipcios. Como una sóla muestra; las pirámides de Egipto, siguen siendo las primeras maravillas de la antigüedad.
El otro, elige la ruta este y echa raíces en la igualmente fértil tierra mesopotámica entre el Tigres y el Éufrates, donde viven los sumerios.
Allí constituyen la civilización babilónica, de grandes obras en irrigación, construcción y escritura.
El mundo hereda de ellos la construcción de arcos y bóvedas, de la rueda y un sistema de medidas y pesas; el sistema sexagesimal, basado en el sesenta, que es una sexta parte de la esfera celeste, que suma 360 grados. Aún hoy calculamos con esto (una mirada al reloj lo confirma). Los Jardines Colgantes de Babilonia, como un ejemplo adicional, se considera una maravilla de la antigüedad.
Alrededor del año 2,500 a.c. se mueve la segunda ola migratoria hacia el norte: los amoritas. De ellos forman parte los cananeos, que pueblan Siria y Palestina, y los fenicios que desarrollan un alfabeto de veintidós signos simples; esta también es una obra de orientación para la Humanidad: El primer alfabeto. Fueron grandes comerciantes y brillantes navegantes. La afirmación que fueron los primeros en llegar a América, mucho antes que Colón y que los Vikingos, ha adquirido ya, validez científica.
Nuevamente un milenio después, los hebreos parten hacia el norte, hacia Mesopotamia y luego, hacia el sur de Siria, a Palestina; los arameos ocupan el territorio entre las montañas del Líbano y del antiLíbano.
Los hebreos le deben al mundo su concepción del único Dios, compartido más tarde por el cristianismo y el islamismo.
Otra vez, luego de mil años, desde el sur vienen los nabateos. Se instalan al noreste de la península de Sinaí. De su civilización, aún como ruinas, se ven los restos imponentes de la ciudad de Petra, grabados en rocas rojas.