Conquista Española II / Colon
Jueves 14 de septiembre de 2006.-
Fernando II de Aragón y V de Castilla, llamado el Católico e Isabel I de Castilla o Isabel la Católica se casan en 1,469. Después de rencillas y guerras intestinas, que duran 10 años, logran en 1479 solidificar ambas coronas y agenciarse ambos reinos.
Ese mismo año solicitan una Bula Papal a Sixto IV para establecer la Inquisición en España, para perseguir, condenar y torturar herejes e infieles (judíos y musulmanes). Antes de ellos, se toleraba que moros y judíos celebraran su culto pacíficamente, tanto las mezquitas como las sinagogas gozaban de fueros y eran protegidos en sus derechos.
Ya en 1,482, el Papa incluso protestó por los excesos y falsas condenas sobre todo en Aragón. Buen inicio para la intolerancia y las expropiaciones…
De 1,481 a 1,492, reconquistan la ciudad de Granada e incumplen la capitulación firmada y jurada con el Rey Moro Abu-Abdalah ((Boabdil) donde se garantizaba el respeto a las religiones judía y musulmana y a la vida y al patrimonio de sus integrantes. En 1,492 se decreta la expulsión de los judíos. En 1,502, la de los musulmanes. En 1494 con el tratado de Tordesillas, se reparten el mundo con Portugal. Imperialismo puro, inimaginable ahora.
Su trato con herejes y con judíos y musulmanes y con la nobleza descontenta o con sus familiares en pugna antes de consolidar su poder, los demuestran como reyes ambiciosos e intolerantes, y no la de reyes defensores de los derechos humanos, mucho menos de los pueblos y personas sometidas.
A partir de 1,492, el Reino de Aragón se expande hacia Oriente, principalmente Italia, Norte de Africa y las Islas del Mediterráneo.
Castila, sin embargo, se concentra en el descubrimiento de América. Isabel creyó en los proyectos de Colón, pero no en la magnitud de la riqueza que encontraría, y acepta y firma un contrato donde Colón recibiría el 10% de los ingresos brutos obtenidos en la tierra descubierta y conquistada, sin descontar gasto alguno; y los títulos de Virrey y Almirante.
En el primer viaje, Colón salió de Puerto de Palos el 3 de agosto de 1,492 y llegó el 12 de octubre a la Isla de Guananí que bautizó como San Salvador y más tarde en la Española – (Haití y República Dominicana).
En su segundo viaje (1493-1496) llegó a las pequeñas Antillas, Puerto Rico y Jamaica.
En el tercero (1498-1500) a la Costa Occidental de la desembocadura del Orinoco, la Isla de Trinidad y Cubagua.
Al finalizar ese viaje fue apresado y enviado encadenado de regreso a España donde guardó prisión hasta 1,502
Fue indultado para realizar su último viaje (1502-1504) donde descubrió las Costas Atlánticas de Centroamérica.
Regresó a España y fue llevado inmediatamente a la Cárcel de Valladolid; donde salió definitivamente hasta que renunció al contrato que le garantizaba el 10% de las riquezas, aunque no a su título de Almirante y demás menciones honoríficas.
Es evidente que la causa de su encarcelamiento fue forzar la renuncia a sus ganancias, las cuales eran exorbitantes para un solo individuo. Sin embargo hoy – como siempre – tratando de cambiar la historia; se quiere justificar que la causa de encadenamiento, encarcelamiento y despojo de Colón fue por las atrocidades que cometía contra los indios en América, volviendo a los Reyes Católicos, de un plumazo, como defensores de los indios.
Este argumento no soporta ni el más leve análisis. Nadie defiende a Colón como un personaje benévolo y benefactor de los indios. Los trataba mal e incluso los torturaba, como era la tónica generalizada de la conquista.
Basta mencionar algunos ejemplos en la obra “Brevísima relación de la destrucción de las Indias de Fray Bartolomé de las Casas”.
Todas estas gentes (hablando de los indios) son más humildes, más pacientes, más pacíficas y quietas; sin rencillas, ni bullicios… sin rencores, sin odios, etc.
En estas ovejas mansas, entraron los españoles, como lobos y tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos; y otra cosa no han hecho de 40 años a esta parte; sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas, por extrañas y variadas maneras de crueldad…
Las causas por que han muerto tantas y tales ánimas, ha sido solamente por tener por su fin último el oro, y henchirse de riquezas en muy breves días, etc.
Y luego explica, las formas de darles muerte, incluyendo mujeres y niños y ancianos, que no menciono por la crudeza del detalle, autocensurándome. Decenas de miles de muertos y luego, mortandad de millones.
“Capitán hubo que mató 40 mil ánimas, metiéndolos a espada, quemándolos vivos y echándolos a perros bravos”…
Y ahora las preguntas:
¿Por qué sólo Colón fue apresado?
¿Por qué salió libre para realizar un nuevo viaje ¿nuevas conquistas, más oro, y nuevos esclavos?
¿Por qué fue nuevamente encarcelado inmediatamente a su regreso?
¿Por qué fue liberado definitivamente al renunciar a sus riquezas?
Las torturas atribuidas a Colón palidecen ante las torturas de los otros conquistadores.
¿Qué Colón tenía esclavos? Claro, el 10%. El otro 90% se herraba con el sello de los Reyes.
En el Diario de Navegación de Colón de en 1,493 dirigido a los Reyes Católicos y al Tesorero Real Luis de Santángel, se perfila la causa del viaje: La búsqueda de riqueza y la contabilidad del 90% detallado para la Corona Española.
Si Colón hubiera sido encarcelado por indios, está claro que se lo merecía.
Pero encarcelado por la Corona Española, que se lucró y aprovechó de él, es una insoslayable ingratitud. Y eso es claro y evidente.
En cuanto a la crueldad de Mayas, Incas o Aztecas, lo constituía un ritual religioso, inaceptable para nosotros, pero al mismo tiempo incomprendido por el mundo occidental. Las muertes sin embargo, eran de unidades o decenas, no de millones (80) que fueron masacrados o contaminados por la conquista europea.
Carlos Balaguer en el Diario de Hoy, el 5.9.06, lo explica claramente: “los sacrificios indígenas se concebían en la estrecha unión del hombre con la naturaleza. La sangre humana para estos místicos, era similar a la savia de las plantas o el fuego de los volcanes.
Las culturas europeas de la antigüedad o la misma civilización occidental moderna, han realizado sacrificios humanos en pos del poder económico y político y no por principios místicos. Las sofisticadas tecnologías de guerra actuales – sorprendentes y crueles – reflejan más paganismo y salvajismo que los antiguos y ancestrales rituales indoamericanos”.