choque o alianzas de Civilizaciones
Martes 17 de Octubre de 2006.
Choque o alianza de civilizaciones.
En 1993, Samuel Huntington publicó en Foreign Affairs su influyente ensayo “El choque de las civilizaciones”.
..."En este nuevo mundo -escribió Huntington- los principales conflictos de la política mundial se producirán entre países y grupos de diferentes civilizaciones; las líneas de falla entre civilizaciones serán las líneas de frente del futuro".
En realidad, la guerra de Bosnia en 1995 fue un buen ejemplo de lo que quería decir Huntington, puesto que se trató de un conflicto situado justamente en la falla entre la cristiandad ortodoxa y el Islam.
Los musulmanes fueron los perdedores en Bosnia. Los bosnios musulmanes, otrora hermanos en la fenecida Yugoslavia, fueron masacrados por un ejército regular integrado por serbios cristianos ortodoxos. Se aplicó un embargo internacional no permitiendo armarse a los Bosnios, pero tampoco se desarmó a los serbios ni se detuvo su genocidio.
Incluso en la ciudad de Sebrenica, declarada zona neutral por la ONU, 13,000 refugiados bosnios musulmanes: mujeres, ancianos y niños fueron masacrados, con el silencio inexplicable de una Europa pasiva. Incluso los cascos azules de Holanda que “protegían” la ciudad no intervinieron en su defensa por “temor” a la represalia serbia. ¡Brillantes soldados!
La final intervención de Estados Unidos evitó que el genocidio fuera total. Gracias...
Nosotros consideramos que el “temor” de Europa no era el ejército serbio, sino un posible Estado de mayoría musulmana en el corazón de Europa.
El punto de vista de Huntington consideraba al Islam como una civilización en ascenso, a causa de las extraordinarias tasas de natalidad de la mayoría de las sociedades musulmanas y las conversiones. Los ataques terroristas de septiembre del 2001 fueron interpretados por muchos estadounidenses en los términos de Huntington; se trató de un atentado contra la civilización "judeocristiana" de Estados Unidos por parte de unos fanáticos musulmanes. ¿Pero esa supuesta civilización “judeocristiana” dónde estaba cuando Hitler masacraba a judíos indefensos en Europa, en la década de 1940?
También en ascenso, según Samuel Huntington, se encontraba el confucionismo, la civilización de China. Y también esta predicción se ha visto confirmada por el crecimiento en apariencia imparable de la economía china; ya que el confucionismo permite la coexistencia de la economía liberal y la política patriarcal.
Fuera de ello, Huntington considera el dilema estadounidense como originado por una grave perturbación cultural derivada por la población hispánica en Estados Unidos, estas poblaciones según el autor, contradicen la Sagrada trilogía de la identidad estadounidense: el término WASP, traducido: blancos, anglosajones y protestantes.
A pesar de comentaristas como Samuel Huntington u Oriana Fallaci, o el ex presidente Silvio Berlusconi, el futuro no va a estar dominado por un choque de civilizaciones, sino que tiene que estar dirigido por una alianza de civilizaciones.
De todas formas bien dice el sabio refranero popular: “La cuña para que apriete tiene que ser del mismo palo”. En la naturaleza se ve los cuernos del Gnú, o del venado, sirven para competir con otros de su especie, no para defenderse de los depredadores. Los enfrentamientos entre las mismas civilizaciones serán más comunes que entre otras civilizaciones. Basta hacernos algunas preguntas:
¿Quién ha matado a más musulmanes en los últimos seis meses? La respuesta es, por supuesto: otros musulmanes.
¿Cuál es la religión de los asesinos y de sus víctimas, en El Salvador?
La respuesta. Ambos son abrumadoramente cristianos.
Los conflictos mundiales principales son étnicos o económicos. No culturales ni religiosos. Por lo tanto, es más probable que el futuro traiga múltiples guerras locales -muchas de ellas, conflictos étnicos y no una colisión mundial entre sistemas de valores.
Los seres humanos sabemos que podemos confrontar, pero también podemos dialogar, con amplitud y tolerancia, mejorando la convivencia y definiendo estrategias para poder vivir en paz, con justicia y dignidad.
De esa forma, el choque de civilizaciones, no es un hecho inevitable, ni una realidad, ni un paradigma. Es una visión que trata de abrirse paso desde el poder económico, fáctico y financiero y entre mentes extremistas de ambos lados – siempre de ínfimo porcentaje, pero máxima manifestación, que sostienen el paradigma del terror; base esencial del pensamiento autoritario, bélico y destructor.
Esencialmente el reto consiste en avanzar en el camino de la tolerancia y el entendimiento, sin perder en ese avance la propia identidad y la propia vida. La teoría del choque de civilizaciones nos dice que esto no es posible, que es inevitable el conflicto, que la alianza de civilizaciones es una quimera. Pero a la luz de los hechos que acontecen ahora, esta propuesta, por el contrario, está formando precisamente una alternativa, proponiendo con ello las bases de un nuevo paradigma universal.
Los musulmanes no podremos estar jamás contra la libertad de expresión porque es precisamente ésta la que nos garantiza la posibilidad de expresar el Islam, sus valores, su naturaleza; y poder así contrarrestar la estrategia de la confrontación, aquella que se sirve de la falsedad y el estereotipo para inculcar a las gentes una imagen fraudulenta y distorsionada; la imagen de la intransigencia y el integrismo, la imagen de la imposibilidad y del conflicto, que pertenece sólo a una ínfima minoría, de cada una de las religiones.
Libertad de expresión, convivencia, respeto y conocimiento son buenos puntos de partida para una alianza de civilizaciones.
Fuera de ello, los musulmanes no se encuentran únicamente en los países de mayoría islámica, sino en todos los países de la tierra. Incluso en Occidente donde somos más de 100 millones. El acercamiento con otras religiones, especialmente con la judía y las diferentes denominaciones cristianas a través de Religiones por la Paz, nos dan en El Salvador y diferentes países del mundo, el insumo necesario para considerarnos hermanos; dejando la extrañeza y la confrontación por la amistad y la fraternidad con todas las religiones del mundo.
En 1993, Samuel Huntington publicó en Foreign Affairs su influyente ensayo “El choque de las civilizaciones”.
..."En este nuevo mundo -escribió Huntington- los principales conflictos de la política mundial se producirán entre países y grupos de diferentes civilizaciones; las líneas de falla entre civilizaciones serán las líneas de frente del futuro".
En realidad, la guerra de Bosnia en 1995 fue un buen ejemplo de lo que quería decir Huntington, puesto que se trató de un conflicto situado justamente en la falla entre la cristiandad ortodoxa y el Islam.
Los musulmanes fueron los perdedores en Bosnia. Los bosnios musulmanes, otrora hermanos en la fenecida Yugoslavia, fueron masacrados por un ejército regular integrado por serbios cristianos ortodoxos. Se aplicó un embargo internacional no permitiendo armarse a los Bosnios, pero tampoco se desarmó a los serbios ni se detuvo su genocidio.
Incluso en la ciudad de Sebrenica, declarada zona neutral por la ONU, 13,000 refugiados bosnios musulmanes: mujeres, ancianos y niños fueron masacrados, con el silencio inexplicable de una Europa pasiva. Incluso los cascos azules de Holanda que “protegían” la ciudad no intervinieron en su defensa por “temor” a la represalia serbia. ¡Brillantes soldados!
La final intervención de Estados Unidos evitó que el genocidio fuera total. Gracias...
Nosotros consideramos que el “temor” de Europa no era el ejército serbio, sino un posible Estado de mayoría musulmana en el corazón de Europa.
El punto de vista de Huntington consideraba al Islam como una civilización en ascenso, a causa de las extraordinarias tasas de natalidad de la mayoría de las sociedades musulmanas y las conversiones. Los ataques terroristas de septiembre del 2001 fueron interpretados por muchos estadounidenses en los términos de Huntington; se trató de un atentado contra la civilización "judeocristiana" de Estados Unidos por parte de unos fanáticos musulmanes. ¿Pero esa supuesta civilización “judeocristiana” dónde estaba cuando Hitler masacraba a judíos indefensos en Europa, en la década de 1940?
También en ascenso, según Samuel Huntington, se encontraba el confucionismo, la civilización de China. Y también esta predicción se ha visto confirmada por el crecimiento en apariencia imparable de la economía china; ya que el confucionismo permite la coexistencia de la economía liberal y la política patriarcal.
Fuera de ello, Huntington considera el dilema estadounidense como originado por una grave perturbación cultural derivada por la población hispánica en Estados Unidos, estas poblaciones según el autor, contradicen la Sagrada trilogía de la identidad estadounidense: el término WASP, traducido: blancos, anglosajones y protestantes.
A pesar de comentaristas como Samuel Huntington u Oriana Fallaci, o el ex presidente Silvio Berlusconi, el futuro no va a estar dominado por un choque de civilizaciones, sino que tiene que estar dirigido por una alianza de civilizaciones.
De todas formas bien dice el sabio refranero popular: “La cuña para que apriete tiene que ser del mismo palo”. En la naturaleza se ve los cuernos del Gnú, o del venado, sirven para competir con otros de su especie, no para defenderse de los depredadores. Los enfrentamientos entre las mismas civilizaciones serán más comunes que entre otras civilizaciones. Basta hacernos algunas preguntas:
¿Quién ha matado a más musulmanes en los últimos seis meses? La respuesta es, por supuesto: otros musulmanes.
¿Cuál es la religión de los asesinos y de sus víctimas, en El Salvador?
La respuesta. Ambos son abrumadoramente cristianos.
Los conflictos mundiales principales son étnicos o económicos. No culturales ni religiosos. Por lo tanto, es más probable que el futuro traiga múltiples guerras locales -muchas de ellas, conflictos étnicos y no una colisión mundial entre sistemas de valores.
Los seres humanos sabemos que podemos confrontar, pero también podemos dialogar, con amplitud y tolerancia, mejorando la convivencia y definiendo estrategias para poder vivir en paz, con justicia y dignidad.
De esa forma, el choque de civilizaciones, no es un hecho inevitable, ni una realidad, ni un paradigma. Es una visión que trata de abrirse paso desde el poder económico, fáctico y financiero y entre mentes extremistas de ambos lados – siempre de ínfimo porcentaje, pero máxima manifestación, que sostienen el paradigma del terror; base esencial del pensamiento autoritario, bélico y destructor.
Esencialmente el reto consiste en avanzar en el camino de la tolerancia y el entendimiento, sin perder en ese avance la propia identidad y la propia vida. La teoría del choque de civilizaciones nos dice que esto no es posible, que es inevitable el conflicto, que la alianza de civilizaciones es una quimera. Pero a la luz de los hechos que acontecen ahora, esta propuesta, por el contrario, está formando precisamente una alternativa, proponiendo con ello las bases de un nuevo paradigma universal.
Los musulmanes no podremos estar jamás contra la libertad de expresión porque es precisamente ésta la que nos garantiza la posibilidad de expresar el Islam, sus valores, su naturaleza; y poder así contrarrestar la estrategia de la confrontación, aquella que se sirve de la falsedad y el estereotipo para inculcar a las gentes una imagen fraudulenta y distorsionada; la imagen de la intransigencia y el integrismo, la imagen de la imposibilidad y del conflicto, que pertenece sólo a una ínfima minoría, de cada una de las religiones.
Libertad de expresión, convivencia, respeto y conocimiento son buenos puntos de partida para una alianza de civilizaciones.
Fuera de ello, los musulmanes no se encuentran únicamente en los países de mayoría islámica, sino en todos los países de la tierra. Incluso en Occidente donde somos más de 100 millones. El acercamiento con otras religiones, especialmente con la judía y las diferentes denominaciones cristianas a través de Religiones por la Paz, nos dan en El Salvador y diferentes países del mundo, el insumo necesario para considerarnos hermanos; dejando la extrañeza y la confrontación por la amistad y la fraternidad con todas las religiones del mundo.