Historia y Tradiciones Peruanas
Martes 04 de julio.2006
El 16 de abril de 1491, el ejército cristiano acampó en las afueras de Granada, último valuarte árabe en España. La Reina Isabel prometió no bañarse, ni lavarse ni cambiarse la ropa interior hasta que Granada fuera liberada, lo cual fue realizado el 2.enero.1492, durando el sitio 260 días. E Isabel cumplió su promesa. Para aquellos que consideran que esa promesa fue un acto de suciedad, es por que no conocen las costumbres de la Europa cristiana: Fernando de Aragón sólo se bañó 3 veces en su vida: El día que nació, el día que se casó y el día en que se murió; una tan sola de ellas, voluntariamente.
Luis XIV de Francia odiaba tanto el agua, que solo se mojaba la punta de la nariz, etc, etc, etc.
Volviendo a la reconquista de Granada: la entrega de dicha región no fue una capitulación, sino que un armisticio. Después de 781 años de coexistencia pacífica, donde musulmanes, cristianos y judíos – excepto en las zonas de guerra – vivían en paz, bajo el dominio musulmán; se reconocía en dicho armisticio la continuación de esa convivencia pacífica, a través del respeto a las religiones: judía, musulmana y cristiana existentes en ella y a los derechos naturales y al patrimonio de los miembros de dichas comunidades. Y esto fue garantizado por los Reyes Católicos, la Nobleza y el Clero españoles.
¡Nada más apartado de la realidad!
Los judíos y musulmanes fueron luego perseguidos; sus tierras, confiscadas; sus derechos, conculcados. Y se les dio orden de expulsión forzada: primero a los judíos y luego a los musulmanes, con excepción de aquellos que abjuraban de su fe y se convirtieran al cristianismo; castellanizaran sus apellidos, dejaran de hablar árabe y se olvidaran de practicar las costumbres paganas, tales como bañarse regularmente. Para los que se quedaban practicando sus religiones en forma oculta, siendo su conversión tan solo aparente, se establecieron los Tribunales del Santo Oficio (en 1527) o también llamada “La Santa Inquisición”, con el objeto de perseguir, juzgar, condenar y matar a los que ponían en peligro la fe: judaizantes, musulmanes, infieles y herejes.
En 1571 la Inquisición se estableció en América.
Aún a pesar de sus excesos, la Inquisición tiene sus defensores. Marcelino Menéndez y Pelayo manifestó: Estimo cual blasón honrosísimo para España, el que no arraigase en ella la herejía durante el siglo XVI y comprendo, aplaudo y bendigo la Inquisición.
En otra ocasión hablaremos de la Inquisición y sus desmanes…
Hoy nos referiremos al incumplimiento de los Convenios, tratados y contratos, que era la tónica mantenida permanentemente por los conquistadores europeos, incluyendo los españoles.
Los musulmanes y judíos en Granada pudieron darse cuenta – aunque demasiado tarde – que a un “hidalgo” europeo, no podía confiársele nada; los indios en América también sucumbieron a estos tratos y tratados engañosos y a las prácticas deshonestas de los conquistadores. Veamos algunos.
Manco Inca, recibió, alojó y protegió a unos seguidores de Diego de Almagro, quienes en agradecimiento, hirieron de muerte a su benefactor.
Titu Cusi Yupanqui recuerda que en una de las ultimas conversaciones que tuvo con su agonizante padre, éste le dijo: “No consientas que entren en tu tierra, aunque más te conviden con palabras; porque sus palabras melosas me engañaron a mí y así harán a ti, si les crees”.
Atahualpa fue hijo del emperador Huayna Cápac. El 15 de Nov.1532, Francisco Pizarro concertó una reunión pacífica con él. Atahualpa entró con unos 3,000 hombres prácticamente desarmados. Pizarro había escondido estratégicamente piezas de artillería, caballería y soldados, que en un momento oportuno cargó contra los desconcertados e indefensos indígenas.
Al cabo de media hora de matanza, varios centenares de Incas yacían muertos en la plaza y su soberano era detenido como rehén por los españoles.
Para obtener su libertad, el Inca se comprometió en llenar una vez de oro y 2 veces de plata y piedras preciosas y hasta donde alcanzara su mano, la gran estancia donde estaba preso. Atahualpa pedía libertad por haber pagado el rescate. Pizarro ordenó que fuese quemado.
Fray V. de Valverde le persuadió de que se hiciera cristiano y así no lo quemarían. El inca aceptó el bautismo y el padre Valverde se lo dio.
Pizarro cumplió parte de su promesa y no lo quemó. Lo mató de otra forma: a garrotazos y luego, ahogándolo.
Otro caso singular fue el de Cuauhtémoc, utlimo Tlatoani azteca. Su nombre proviene del nahuatl Cuauhtli. Aguila y Temoc. Que desciende. Sucedió a su hermano Cuitlahuac, que murió por viruela contraída de los españoles. Cuando Pedro de Alvarado asesinó a los nobles que había reunido pacíficamente en el Templo Mayor, los aztecas se sublevaron derrotando a los españoles en el suceso conocido como la Noche Triste.
Más tarde, estos se reagruparon y lucharon durante 75 días tomando Tenochtitlán y haciendo prisionero a Cuauhtemoc. Cortés ordenó que lo torturaran para que les revelara en donde tenía escondido el tesoro de Moctezuma. Todo fue en vano. Cuauhtemoc soportó el cruel tormento. Posteriormente Cortés lo mandó asesinar.
Estos no son casos aislados. Sino, ejemplos de miles. La base: la codicia despiadada de los conquistadores, el racismo, el desagradecimiento, el engaño, la mentira.
Ejemplos adicionales sobran: Lempira, asesinado pro la espalda cuando se pactaba un acuerdo de paz; el empalamiento de Caupolicán, guerrero araucano-chileno; el Cacique Rumiñahui, ejecutado por no decir donde estaba el oro; el aperreamiento de los 18 caciques nicaragüenses, obligados a una lucha con un palo cada uno contra perros de caza, hambrientos; otros casos: Tupac Amaru, Guaicaipuro, Tamanaco, etc, etc, etc.
El abuso no fue sólo contra los indios; sino que incluso contra los que les hacían favores. Mal paga el diablo a quien bien le sirve.
Veamos a Cristóbal Colón, que tanta gloria le dio a España. En 1,500 fue llevado a España preso y encadenado por Francisco de Bobadilla. En 1,502 salió libre para realizar el 4º viaje, para beneficio de la corona española. En 1,504 fue nuevamente apresado y dejado en una mazmorra húmeda de la cárcel de Valladolid. Salió libre sólo después de renunciar al 10% acordado de regalías por sus viajes. Esto es tan sólo un indicio, pero es la realidad generalizada. Los libros españoles no dicen nada de esto, sino todo lo contrario. Emilio Castelar en 22.9.1854 refiriéndose a España, en ese tiempo atrasada. “Todos dicen que nuestra patria camina a la retaguardia de la civilización. No olvidéis que fuimos un día pueblo civilizado, nosotros llevamos la civilización a la América. Verdad es que América fue ingrata. Claro, esto es solamente cuestión de perspectiva”, como habitantes de esta América bendita, podemos decir que Europa fue la ingrata.