Editorial de Oriana Fallaci / Islam
Jueves 21 de septiembre de 2006
El Editorial de El Diario de Hoy del 18.9.2006 transcribe pensamientos de una escritora italiana Oriana Fallaci, quien murió de cáncer el 15.9.06; sin indicar su autor si avala lo dicho por dicha escritora o simplemente lo transcribe y sin aclarar como lo manifestara el Papa Benedicto XVI con respecto a la cita del Emperador Bizantino Manuel II Paleólogo, que “no expresó de ninguna manera, su pensamiento personal”.
Los ataques alevosos contra el Islam de parte de la escritora Oriana Fallaci, son los mismos de siempre y ya han sido aclarados en anteriores programas de Aclarando Conceptos. Volverlo a hacer es repetir la historia y dar más, de lo mismo.
Encontramos sin embargo cambios radicales en 2 Editoriales recientes:
En efecto, en el Editorial del Diario de Hoy del 25.08.06 se leía:
“Contrario a la imagen que prevalece en los países occidentales, resultado a su vez de las distorsionadas noticias que se propagan, más del 95% de los iraquíes quieren un país unificado, donde los seguidores de ambas sectas religiosas vivan en paz”.
Y en el Editorial del Diario de Hoy del 18.9.06
En Iraq, los musulmanes chiitas están degollando y masacrando sunitas y a la inversa; la locura no conoce límites.
¡Una evidente contradicción!
Como quiera que sea, aunque prefiriendo pensar que el Editorialista no avala el pensamiento personal de Oriana Fallaci, hablaremos un poco más de ella.
Oriana Fallaci no creía en Dios y por consiguiente no creía en el Dios de los musulmanes, ni en el de los judíos ni en el de los cristianos, que es el mismo. El único Dios.
Eso así la descalifica para hablar del Islam o de cualquier religión, cuyo principal mandamiento consiste en Amar a Dios sobre todas las cosas.
Nos da lástima pensar en su muerte solitaria, sin creer en Dios, ni en sus enviados y por consiguiente, sin creer en una vida después de la muerte.
Aunque el Editorialista se refiere a ella, como la gran escritora o la gran cronista, no pasa de ser pequeña.
Sentimos lástima por ella y esperamos que el Dios verdadero, en el cual ella no creía, la perdone.
Y eso es la primera explicación de su odio hacia los musulmanes y el temor hacia ellos; la religiosidad del Islam; perdida en Occidente, la irrisión (burla insultante) a lo Sagrado, por parte de la cultura occidental, crítica permanente del Papa Benedicto XVI en sus discursos papales en contraposición a un Islam practicante; creyente; orante y sumiso a la voluntad de Dios.
Oriana Fallaci, en su escrito: ¡Mi patria, mi Italia! no sólo ataca el Islam, sino también al catolicismo, algo que el Editorialista no menciona, pero que nosotros aclaramos. He aquí sus palabras textuales:
“A pesar de que no le haya perdonado jamás al catolicismo las infamias que me impuso durante siglos; comenzando por la Inquisición; que quemaba incluso a las abuelas; pobres abuelas; y a pesar de que no esté en absoluto de acuerdo con los curas y no entienda nada de sus plegarias; me gusta tanto la música de las campanas”…
Oriana Fallaci era extremadamente racista, identificándose con los sentimientos negativos del medioevo europeo y siendo partidaria así de un choque entre civilizaciones. Su pensamiento es así, inquisidor, identificada con el fascismo o el nazismo racista.
Nuestra identidad cultural – manifestaba – no puede soportar una oleada migratoria de gente diferente.
Decía que no le gustaba la inquisición, pero ella era inquisidora. Recordemos que la inquisición fue realizada contra herejes (cristianos no católicos) y contra infieles (judíos y musulmanes). Eso se ve incluso, en una descriminación suya en un ejemplo estético, aparentemente baladí:
Y además, admitámoslo. Nuestras Catedrales son más bellas que las mezquitas o las Sinagogas ¿Sí o no? Son más bellas también que las iglesias protestantes.
Siendo atea, su “identidad cristiana” era únicamente cultural. Y en su intolerancia, era así una fiel representante de la cultura Occidental vs, el Oriente; un choque de civilizaciones, al igual que Silvio Berlusconi y otros políticos influyentes que buscan la confrontación…
Vivimos bajo la amenaza del choque de culturas, en la aldea global, en el inicio del tercer milenio, articulada en unas sociedades cada vez más diversas e interrelacionadas; el encuentro entre razas, etnias, naciones, culturas y religiones, lamentablemente dista mucho de haber superado la tensión del enfrentamiento. Ante ello debemos anteponer: El ideal de la tolerancia, que no se contenta con “aceptar al otro” (el reto de la tolerancia ilustrada); sino que trate de comprenderlo y valorarlo en igualdad de condiciones, al mismo tiempo que se respete completamente la dignidad del contrario y se elimine el etno-centrismo (tendencia a sobrevalorar sobre otros, a un grupo, una raza o una nacionalidad).
Oriana Fallaci, a pesar de su ateísmo confeso, manifestaba que “se sentía menos sola con las obras del Cardenal Ratzinger, Benedicto XVI y que no le perdonará a su Santidad Juan Pablo II, su debilidad hacia el mundo islámico y su cariño hacia él ¿Porqué?
¿Por qué ha sido tan débil? Se lamentó.
A pesar de su militancia laica, el Papa Benedicto XVI, la recibió el año pasado en su residencia veraniega de Castel Gandolfo.
Pensamientos racistas y etnocéntricos como el de Oriana Fallaci, no deben fomentarse.
Como se ve, no fue acertado escogerla a ella, para definir al mundo musulmán en dicho editorial.