Informe del IX Asamblea General. Religiones por la Paz
El día miércoles 11 de octubre de 2006, tuvo lugar la IX Asamblea General de Religiones por la Paz – El Salvador, en el Centro Cultural de la Embajada de España.
La reunión fue inaugurada por el Reverendo Martín Barahona de la Iglesia Anglicana, dilatando el programa de este encuentro varias horas y que se basó sobre los puntos siguientes:
Mencionar el informe del Departamento de Comunicación, el cual se basó sobre la discriminación ancestral hacia los pueblos indígenas nativos de El Salvador.
presentación detallada sobre la identidad ancestral y la discriminación histórica en el país, presentada por el Sacerdote Maya Gustavo Pineda. Dentro del mismo se hizo mención de la permanencia histórica de la cultura de los ancestros, a través de la cultura de principios, presentada por la Sacerdotisa Maya Sra. Maria Eugenia Aguilar del Instituto RAIS.
Dentro del mismo contexto se aclararon algunos trabajos realizados por RAIS desde la comisión social y cultural, a la protección de las raíces sociales, como culturales, lo cual ha permitido un ejemplo de permanencia de los pueblos originarios, en la agricultura, gastronomía y las profesiones manuales (artesanos); quedando pendiente la investigación del resto del saber indígena; que Religiones por la Paz se compromete a realizar.
Después se hizo énfasis sobre las bases arqueológicas a través de trabajos realizados por RAIS, e informar al pueblo salvadoreño sobre las bases fundamentales en las que se rige la cultura indígena, mostrando su verdadera identidad. Esta exposición fue presentada por Ismael Crespín del Instituto RAIS.
Al reinicio de la sesión tomó la palabra la Lic. Maria Elena Sol de la Comunidad Budista Zen, para pedir disculpas por la barbarie que sufrió el pueblo indígena a través del racismo, colonialismo y la discriminación cultural e histórica. Hay que llamar a todos los departamentos gubernamentales para que prevalezcan los valores indígenas, a nivel de esta cultura de vida y enriquecedora de la espiritualidad dentro de la sociedad. Así, los pueblos originarios podrán vivir dignamente a nivel nacional; buscándose las raíces indígenas desde una perspectiva de valor, social, ética e histórica.
En resumen, la Asamblea General de Religiones por la Paz; capítulo El, Salvador, tomó las siguientes consideraciones:
La discriminación a los pueblos indígenas y a la identidad ancestral continúa en El Salvador. A quinientos catorce años del llamado descubrimiento de América, diversas comunidades se mantienen vivas en el país, pese a la despreocupación jurídica, displicencia y abandono de la Sociedad.
En El Salvador ha existido una histórica discriminación social, esta marginación es mucho más aguda hacia los pueblos nativos, quienes en ocasiones se mantienen en la sombra. Las consecuencias de los hechos ocurridos hace más de cinco siglos son las que vivimos ahora. La marginación ha ido trascendiendo de generación en generación.
El documento “Perfil de los Pueblos Indígenas de El Salvador” realizado por CONCULTURA, la Unidad Regional de Asistencia Técnica – RUTA – del Banco Mundial y el Equipo Técnico Multisectorial de los Pueblos Indígenas (CTMPI) en el 2002, reconoce un 10% de población indígena en El Salvador. Aún así, no se conocen esfuerzos reales por fortalecer la cultura indígena y el respeto de su desarrollo. Fuera de ello, el elemento indígena en la sangre de los salvadoreños es notorio; y esencial, tomarlo en cuenta.
El Instituto RAIS se ha sumado a Religiones por la Paz, en la búsqueda de alianzas para rescatar nuestra cultura real y poner en relieve la situación de estas comunidades.
La tradición es un complemento del desarrollo y la cultura, no un estorbo; debemos ayudar a que desaparezcan los estereotipos negativos sobre la cultura indígena y que las políticas de desarrollo estén a favor de su identidad, a la par de proyectos de mejoramiento social.
Consideramos un buen comienzo para dignificar estas comunidades, reconocerlas, respetarlas y dignificar sus vidas. Lo anterior debería significar, revitalizar sus tradiciones, arte, costumbres, religión, sus monumentos arqueológicos e históricos, crear seguridad jurídica, tal como lo sugiere las Naciones Unidas en el artículo 12 sobre los “derechos de las poblaciones indígenas”.
La tercera exposición se hizo referente a la explotación minera y sus consecuencias sobre el medio ambiente. Esta presentación fue hecha por el Sr. Antonio Pacheco de ADES Santa Marta y el Sr. Francisco Antonio Pineda del Comité Ambiental de Cabañas.
Durante la exposición se mostraron los daños ambientales sobre todo cuando se trata de aguas profundas que cada vez son más escasas por las excavaciones en diferentes puntos. También se nota un gran daño en la fauna y flora, por lo que afecta la gran cadena alimenticia.
En lo concerniente al proyecto El Dorado se usarán enormes cantidades de cianuro (venenoso); obteniendo 80 mil onzas de oro por año. Se necesitará excavar dentro de 1 TM de roca para poder obtener 1 gr. de oro, utilizando masivas cantidades de agua. La calidad del agua se deteriorará rápidamente, creando además lagunas de desechos tóxicos contaminantes, de 55 manzanas de área y 35 metros de profundidad.
El drenaje del ácido de las minas, contaminará el aire, ríos, lagos y al final la salud humana. La calidad del agua se daña aún más en la estación seca donde se necesitan excavaciones profundas, muchas de ellas bajo el nivel del mar.
Además de la gran contaminación que las minas producirán en nuestro país, el deterioro ecológico en general sería desastroso, fuera de que los beneficios para nuestro país serían prácticamente nulos, como ya hemos aclarado en programas anteriores de Aclarando Conceptos.
Religiones por la Paz, Capítulo El Salvador, apoya en forma unánime las iniciativas de preservar la herencia cultural indígena en nuestro país; y considera totalmente negativa la explotación minera en El Salvador, por anti-ecológica, anti-económica e inhumana.
La reunión fue inaugurada por el Reverendo Martín Barahona de la Iglesia Anglicana, dilatando el programa de este encuentro varias horas y que se basó sobre los puntos siguientes:
Mencionar el informe del Departamento de Comunicación, el cual se basó sobre la discriminación ancestral hacia los pueblos indígenas nativos de El Salvador.
presentación detallada sobre la identidad ancestral y la discriminación histórica en el país, presentada por el Sacerdote Maya Gustavo Pineda. Dentro del mismo se hizo mención de la permanencia histórica de la cultura de los ancestros, a través de la cultura de principios, presentada por la Sacerdotisa Maya Sra. Maria Eugenia Aguilar del Instituto RAIS.
Dentro del mismo contexto se aclararon algunos trabajos realizados por RAIS desde la comisión social y cultural, a la protección de las raíces sociales, como culturales, lo cual ha permitido un ejemplo de permanencia de los pueblos originarios, en la agricultura, gastronomía y las profesiones manuales (artesanos); quedando pendiente la investigación del resto del saber indígena; que Religiones por la Paz se compromete a realizar.
Después se hizo énfasis sobre las bases arqueológicas a través de trabajos realizados por RAIS, e informar al pueblo salvadoreño sobre las bases fundamentales en las que se rige la cultura indígena, mostrando su verdadera identidad. Esta exposición fue presentada por Ismael Crespín del Instituto RAIS.
Al reinicio de la sesión tomó la palabra la Lic. Maria Elena Sol de la Comunidad Budista Zen, para pedir disculpas por la barbarie que sufrió el pueblo indígena a través del racismo, colonialismo y la discriminación cultural e histórica. Hay que llamar a todos los departamentos gubernamentales para que prevalezcan los valores indígenas, a nivel de esta cultura de vida y enriquecedora de la espiritualidad dentro de la sociedad. Así, los pueblos originarios podrán vivir dignamente a nivel nacional; buscándose las raíces indígenas desde una perspectiva de valor, social, ética e histórica.
En resumen, la Asamblea General de Religiones por la Paz; capítulo El, Salvador, tomó las siguientes consideraciones:
La discriminación a los pueblos indígenas y a la identidad ancestral continúa en El Salvador. A quinientos catorce años del llamado descubrimiento de América, diversas comunidades se mantienen vivas en el país, pese a la despreocupación jurídica, displicencia y abandono de la Sociedad.
En El Salvador ha existido una histórica discriminación social, esta marginación es mucho más aguda hacia los pueblos nativos, quienes en ocasiones se mantienen en la sombra. Las consecuencias de los hechos ocurridos hace más de cinco siglos son las que vivimos ahora. La marginación ha ido trascendiendo de generación en generación.
El documento “Perfil de los Pueblos Indígenas de El Salvador” realizado por CONCULTURA, la Unidad Regional de Asistencia Técnica – RUTA – del Banco Mundial y el Equipo Técnico Multisectorial de los Pueblos Indígenas (CTMPI) en el 2002, reconoce un 10% de población indígena en El Salvador. Aún así, no se conocen esfuerzos reales por fortalecer la cultura indígena y el respeto de su desarrollo. Fuera de ello, el elemento indígena en la sangre de los salvadoreños es notorio; y esencial, tomarlo en cuenta.
El Instituto RAIS se ha sumado a Religiones por la Paz, en la búsqueda de alianzas para rescatar nuestra cultura real y poner en relieve la situación de estas comunidades.
La tradición es un complemento del desarrollo y la cultura, no un estorbo; debemos ayudar a que desaparezcan los estereotipos negativos sobre la cultura indígena y que las políticas de desarrollo estén a favor de su identidad, a la par de proyectos de mejoramiento social.
Consideramos un buen comienzo para dignificar estas comunidades, reconocerlas, respetarlas y dignificar sus vidas. Lo anterior debería significar, revitalizar sus tradiciones, arte, costumbres, religión, sus monumentos arqueológicos e históricos, crear seguridad jurídica, tal como lo sugiere las Naciones Unidas en el artículo 12 sobre los “derechos de las poblaciones indígenas”.
La tercera exposición se hizo referente a la explotación minera y sus consecuencias sobre el medio ambiente. Esta presentación fue hecha por el Sr. Antonio Pacheco de ADES Santa Marta y el Sr. Francisco Antonio Pineda del Comité Ambiental de Cabañas.
Durante la exposición se mostraron los daños ambientales sobre todo cuando se trata de aguas profundas que cada vez son más escasas por las excavaciones en diferentes puntos. También se nota un gran daño en la fauna y flora, por lo que afecta la gran cadena alimenticia.
En lo concerniente al proyecto El Dorado se usarán enormes cantidades de cianuro (venenoso); obteniendo 80 mil onzas de oro por año. Se necesitará excavar dentro de 1 TM de roca para poder obtener 1 gr. de oro, utilizando masivas cantidades de agua. La calidad del agua se deteriorará rápidamente, creando además lagunas de desechos tóxicos contaminantes, de 55 manzanas de área y 35 metros de profundidad.
El drenaje del ácido de las minas, contaminará el aire, ríos, lagos y al final la salud humana. La calidad del agua se daña aún más en la estación seca donde se necesitan excavaciones profundas, muchas de ellas bajo el nivel del mar.
Además de la gran contaminación que las minas producirán en nuestro país, el deterioro ecológico en general sería desastroso, fuera de que los beneficios para nuestro país serían prácticamente nulos, como ya hemos aclarado en programas anteriores de Aclarando Conceptos.
Religiones por la Paz, Capítulo El Salvador, apoya en forma unánime las iniciativas de preservar la herencia cultural indígena en nuestro país; y considera totalmente negativa la explotación minera en El Salvador, por anti-ecológica, anti-económica e inhumana.