Jesus y Maria en el Islam
Miércoles 5 de Abril de 2006
Los musulmanes sienten un gran respeto y veneración por las personas de Jesús y su madre María, con ambos sea la bendición y la paz. Creemos que hacer luz sobre este punto, mostrar como concibe el Islam al verbo encarnado de Dios, Jesús y a su madre María, la mujer más pura que ha habido y habrá, le permitirá al tele-escucha cristiano superar muy antiguos prejuicios y comprender qué cerca están los musulmanes de la fe cristiana.
En cuanto a la Virgen María, su mención en el Corán es incluso más sublime y bella que en el Nuevo Testamento.
María, es en el Islam el paradigma de la perfección en la mujer y su historia adquiere tanta relevancia que la revelación coránica le ha dedicado todo un capítulo, la Sura 19, que lleva su nombre.
Jesús, que ocupa un lugar particularmente eminente en el Islam y de quien los musulmanes no pronuncian el nombre más que con veneración, es llamado siempre en el Corán “Jesús hijo de María” (´Isa ibn Maryam). Esto quiere decir que su nacimiento virginal está testificado por la Revelación y representa un artículo de fe que ningún creyente pondría en duda. En cuanto a María (Maryam), su madre, ella es la mujer más venerada de los musulmanes ya que es la única cuyo nombre es mencionado en el Corán. Los pasajes del Libro sagrado, que datan tanto del comienzo de la Revelación así como de sus fases más tardías; subrayan la eminencia y la perfección de María, lo mismo que informan de las circunstancias que han rodeado el nacimiento milagroso de su hijo.
El Profeta (la paz y bendiciones sean con él) afirmó, en un dicho famoso; que María la madre de Jesús; nació inmaculada y que tuvo un hijo también inmaculado, Jesús, sin contacto carnal y que María es la mujer más pura, que ha habido y habrá.
La inmaculada concepción de María que es un dogma coránico tiene una especial relevancia, ya que de todas las otras religiones, incluyendo todas las denominadas cristianas, sólo la Iglesia Católica reconoce la Inmaculada Concepción de María, que no se encuentra en la Biblia y que fue adoptado por la Iglesia Católica hasta el Siglo XX y en el Islam desde el Siglo VII.
Los teólogos católicos reconocen que los niños nacen con el pecado original, lo cual no es aceptado por el Islam. Muy ocasionalmente algunos teólogos musulmanes han sostenido una doctrina de pecado hereditario. Sin embargo, el principio básico del Islam, es que ningún niño o niña es nacido pecador, pero el diablo lo toca, excepto a María y su hijo Jesús, que nacieron y permanecieron inmaculados.
Parte del relato referido a la categoría espiritual de María, y a su misión, puede encontrarse en la Sura tercera, llamada “La Familia de ´Imrán (Joaquín)”, versículos 33 al 59. Dice el Sagrado Corán <
La exégesis de estos versículos del Sagrado Corán, basados en las tradiciones proféticas, nos dicen que la esposa de Joaquín esperaba dar a luz un hijo, pues había consagrado el fruto de su vientre a Dios y al servicio del templo desde antes del nacimiento. Al nacer una hija mostró sorprendida, pues las mujeres no se dedicaban a esa función religiosa; no obstante, los signos que había recibido previamente se cumplirían, ya que María tendría la envergadura espiritual de un profeta, sin serlo.
No obstante ser mujer, maría fue asignada al templo y quedó bajo la protección de Zacarías a quien se eligió entre varios de la familia mediante un procedimiento descrito en el versículo 44 del tercer capítulo. María era asistida por los Ángeles en el templo y aparecerían ante ella frutos y comida que no correspondían incluso a la estación. Esto provocaba asombro de Zacarías, sacerdote y profeta, por la elevada posición de María ante su Señor. Dice el Sagrado Corán a este respecto: <<>> (3:42)
En la Sura de María se relata el episodio de la concepción y nacimiento de Jesús. Parecido al relato bíblico, contiene 2 milagros adicionales y sublimes que el Sagrado Corán relata y la Sagrada Biblia no menciona.
Que Jesús habla recién nacido defendiendo a su madre del señalamiento de mujer soltera (José no aparece todavía) y el aparecimiento divino de un arroyo a los pies de la Virgen de aguas cristalinas, para que ella apagara su sed y de dátiles frescos que maduraron inmediatamente para que ella comiera, inmediatamente después del parto.
Dios estaba siempre pendiente de ella; como dice la oración, que en árabe es Salam Aleki, Maríam - La paz sea contigo María – ya que ave maría y Dios te salve son saludos romanos; “llena eres de gracia, el señor (Alah) es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Jesús y sierva sumisa de Dios.