Papa Juan Pablo II (1º Parte)
Lunes 03 de Abril de 2006.
El Domingo, 2 de abril del 2006 se cumplió el primer aniversario de la muerte física del Santo Padre Juan Pablo II, el grande, por su nobleza, su gallardía, su espiritualidad, su mensaje...digo muerte física, porque quien fructifica en la vida y tira su semilla y esta cae en buena tierra, nunca se muere realmente, porque su mensaje y enseñanzas quedan vivos imperecederamente.
Por eso el Papa Benedicto XVI mencionó: él continúa presente en nuestras mentes y nuestros corazones y más adelante agregó: Juan Pablo II enfrentó su enfermedad con coraje y nos hizo más conscientes del dolor humano. Juan Pablo II murió como había vivido, animado por el coraje indomable de la fe, entregándose a Dios y confiándose en María Santísima.
Karol Wojtyla, Cardenal de Cracovia, fue elegido Papa el 16.OCT.1978, a los 58 años, durando su papado 27 años. Fue un regalo de Dios a la iglesia católica. Sabía que las fuerzas del mal se cernían sobre su Iglesia y tuvo que viajar, para apacentar y proteger a su grey. Realizó 104 viajes por el mundo y 144 por Italia. Publicó 14 encíclicas, comenzando con la redemptor Hominis, en la que trazó las líneas de su pontificado.
Pocos líderes en la historia de la humanidad han inspirado la confianza y el ánimo de espíritu que caracterizó a Juan Pablo II dondequiera que se encontrara y no sólo con católicos, sino que con fieles de todas las religiones e incluso con los poderosos “que lo esperaban y escuchaban sin armas en la mano”. Era un dirigente que a las masas apasionaba; su carisma era inmenso y el mundo católico lo necesitaba con avidez y necesidad. Hoy que se fue físicamente...queda su mensaje. La Iglesia Católica tiene que cerrar filas y guardar su consistencia, ya que vienen tiempos difíciles. Menciono a continuación 4 consejos:
1- Hay que rezar y orar más.
El mismo Juan Pablo II en su libro cruzando el umbral de la esperanza pone de ejemplo a los musulmanes en ese sentido:
“La religiosidad de los musulmanes merece respeto: no se puede dejar de admirar, por ejemplo su fidelidad a la oración, la imagen del creyente en Alá (Dios) que sin preocuparse ni del tiempo ni del sitio, se postra de rodillas y se suma a la oración; es modelo para los católicos, en particular de aquellos que desertando de sus maravillosas catedrales e iglesias, rezan poco o no rezan en lo absoluto.
2-Hay que mantener la definición y defender los principios católicos. No deben tolerarse la blasfemia y los insultos; ni pasar inadvertidos los ataques alevosos contra su liturgia, sus funcionarios y peor aún, contra los elementos de su doctrina.
Hay sectas por allí que dicen con largueza que el Papa es el anticristo y la Iglesia católica es la bestia del Apocalipsis. Si bien es cierto que los que dicen esto no sólo están en el error, sino que están en la ignominia y el pecado; también es cierto que la indolencia de la mayoría de los católicos es inaudita e inaceptable. No se necesita responder con violencia, pero sí con firmeza.
3-Cumplimiento de la fe y de la liturgia ¿Cuántos católicos saben cuáles son los 5 mandamientos de la Iglesia? ¿Cuántos son los que los cumplen?
4- El respeto y veneración a la Santísima Virgen María, que diferencia a la Iglesia Católica del resto de iglesias cristianas y que últimamente, con excepción de algunos países católicos, como México y Polonia, ha decaído enormemente.
Hay que retomar el lema del pontificado de el Santo Padre Juan Pablo II, Totus Tuus, todo de María.
Juan Pablo II asegura que en un primer momento le había parecido que debía alejarse un poco de la devoción mariana de la infancia, en beneficio de un cristianismo cristocéntrico. Gracias a San Luis Grignon de Montforte, Juan Pablo II comprendió que la verdadera devoción a la Virgen María es cristocéntrica, a través entre otras cosas, del Misterio de la Encarnación.
Así descubrí – dice Juan Pablo II en Cruzando el umbral de la esperanza; con conocimiento de causa, la nueva piedad mariana; de allí la Redemptoris mater; la mulieris dignitatem y la lumen gentium. La devoción Mariana de Juan Pablo II y sobre todo, su actitud de total abandono en María, ese Totus Tuus, no debe ser olvidado por los católicos ni por la jerarquía del catolicismo. En la Virgen hallarás la senda, dice un mensaje (las profecias de Juan XXIII) enviado a Benedicto XVI 29 años antes de ser elegido.
De todas formas, es en la veneración de la Virgen María donde el catolicismo adquiere su justa identificación y se diferencia de las otras Iglesias Cristianas. Cuando se habla de Cristo todas son cristianas y están llenas de un gran contenido bíblico; Pero cuando se habla de la virgen María, la mayoría son insípidas y algunas (digo algunas), son incluso satánicas.
Sólo el catolicismo y el Islam ponderan en su justa dimensión a la Virgen María, que nació inmaculada y que es la mujer más sublime, pura y bella que ha habido y habrá.
Los musulmanes en El Salvador por mi medio, saludamos a los hermanos católicos en este primer año del fallecimiento de su Santidad el Papa Juan Pablo II y pedimos al mismo Dios, Uno y Único, al Dios de todo, todos y todos los proteja y proteja a su Iglesia. Amén.
El Domingo, 2 de abril del 2006 se cumplió el primer aniversario de la muerte física del Santo Padre Juan Pablo II, el grande, por su nobleza, su gallardía, su espiritualidad, su mensaje...digo muerte física, porque quien fructifica en la vida y tira su semilla y esta cae en buena tierra, nunca se muere realmente, porque su mensaje y enseñanzas quedan vivos imperecederamente.
Por eso el Papa Benedicto XVI mencionó: él continúa presente en nuestras mentes y nuestros corazones y más adelante agregó: Juan Pablo II enfrentó su enfermedad con coraje y nos hizo más conscientes del dolor humano. Juan Pablo II murió como había vivido, animado por el coraje indomable de la fe, entregándose a Dios y confiándose en María Santísima.
Karol Wojtyla, Cardenal de Cracovia, fue elegido Papa el 16.OCT.1978, a los 58 años, durando su papado 27 años. Fue un regalo de Dios a la iglesia católica. Sabía que las fuerzas del mal se cernían sobre su Iglesia y tuvo que viajar, para apacentar y proteger a su grey. Realizó 104 viajes por el mundo y 144 por Italia. Publicó 14 encíclicas, comenzando con la redemptor Hominis, en la que trazó las líneas de su pontificado.
Pocos líderes en la historia de la humanidad han inspirado la confianza y el ánimo de espíritu que caracterizó a Juan Pablo II dondequiera que se encontrara y no sólo con católicos, sino que con fieles de todas las religiones e incluso con los poderosos “que lo esperaban y escuchaban sin armas en la mano”. Era un dirigente que a las masas apasionaba; su carisma era inmenso y el mundo católico lo necesitaba con avidez y necesidad. Hoy que se fue físicamente...queda su mensaje. La Iglesia Católica tiene que cerrar filas y guardar su consistencia, ya que vienen tiempos difíciles. Menciono a continuación 4 consejos:
1- Hay que rezar y orar más.
El mismo Juan Pablo II en su libro cruzando el umbral de la esperanza pone de ejemplo a los musulmanes en ese sentido:
“La religiosidad de los musulmanes merece respeto: no se puede dejar de admirar, por ejemplo su fidelidad a la oración, la imagen del creyente en Alá (Dios) que sin preocuparse ni del tiempo ni del sitio, se postra de rodillas y se suma a la oración; es modelo para los católicos, en particular de aquellos que desertando de sus maravillosas catedrales e iglesias, rezan poco o no rezan en lo absoluto.
2-Hay que mantener la definición y defender los principios católicos. No deben tolerarse la blasfemia y los insultos; ni pasar inadvertidos los ataques alevosos contra su liturgia, sus funcionarios y peor aún, contra los elementos de su doctrina.
Hay sectas por allí que dicen con largueza que el Papa es el anticristo y la Iglesia católica es la bestia del Apocalipsis. Si bien es cierto que los que dicen esto no sólo están en el error, sino que están en la ignominia y el pecado; también es cierto que la indolencia de la mayoría de los católicos es inaudita e inaceptable. No se necesita responder con violencia, pero sí con firmeza.
3-Cumplimiento de la fe y de la liturgia ¿Cuántos católicos saben cuáles son los 5 mandamientos de la Iglesia? ¿Cuántos son los que los cumplen?
4- El respeto y veneración a la Santísima Virgen María, que diferencia a la Iglesia Católica del resto de iglesias cristianas y que últimamente, con excepción de algunos países católicos, como México y Polonia, ha decaído enormemente.
Hay que retomar el lema del pontificado de el Santo Padre Juan Pablo II, Totus Tuus, todo de María.
Juan Pablo II asegura que en un primer momento le había parecido que debía alejarse un poco de la devoción mariana de la infancia, en beneficio de un cristianismo cristocéntrico. Gracias a San Luis Grignon de Montforte, Juan Pablo II comprendió que la verdadera devoción a la Virgen María es cristocéntrica, a través entre otras cosas, del Misterio de la Encarnación.
Así descubrí – dice Juan Pablo II en Cruzando el umbral de la esperanza; con conocimiento de causa, la nueva piedad mariana; de allí la Redemptoris mater; la mulieris dignitatem y la lumen gentium. La devoción Mariana de Juan Pablo II y sobre todo, su actitud de total abandono en María, ese Totus Tuus, no debe ser olvidado por los católicos ni por la jerarquía del catolicismo. En la Virgen hallarás la senda, dice un mensaje (las profecias de Juan XXIII) enviado a Benedicto XVI 29 años antes de ser elegido.
De todas formas, es en la veneración de la Virgen María donde el catolicismo adquiere su justa identificación y se diferencia de las otras Iglesias Cristianas. Cuando se habla de Cristo todas son cristianas y están llenas de un gran contenido bíblico; Pero cuando se habla de la virgen María, la mayoría son insípidas y algunas (digo algunas), son incluso satánicas.
Sólo el catolicismo y el Islam ponderan en su justa dimensión a la Virgen María, que nació inmaculada y que es la mujer más sublime, pura y bella que ha habido y habrá.
Los musulmanes en El Salvador por mi medio, saludamos a los hermanos católicos en este primer año del fallecimiento de su Santidad el Papa Juan Pablo II y pedimos al mismo Dios, Uno y Único, al Dios de todo, todos y todos los proteja y proteja a su Iglesia. Amén.