Desempleo y Delincuencia
Martes 2 de Mayo de 2006
De acuerdo a encuesta publicada en la Prensa Gráfica del Domingo 30 de abril/2006; a la contestación de la pregunta ¿cuál es a su juicio, el principal problema del país en estos momentos?
La contestación fue la siguiente:
1-Desempleo – 26.5%
2-Delincuencia – 23.3%
Si a cada uno le sumamos los problemas parecidos, esto, es al desempleo le agregamos mala economía – 11.3% -, pobreza –10.1%-, inflación –1.9%-; y a la delincuencia, la inseguridad 5.4%, los pandilleros 1.2%, mala administración de justicia 1.2% nos da que los problemas más graves que la población salvadoreña siente y observa, están basados en los problemas económicos (50%) y en la delincuencia y la seguridad ciudadana (35%); esto es así los problemas más grandes que a nuestro país aquejan y a donde las políticas del Supremo Gobierno deben enfilarse prioritariamente. Debe también considerarse que ambos problemas se encuentran entremezclados.
El problema además se complica porque en los últimos años la tendencia ha sido el empeoramiento de ambas situaciones. A pesar de que la macro-economía se mantiene aparentemente estable; las condiciones microeconómicas del pueblo trabajador y peor aún del pueblo sub-empleado y desempleado se deterioran continuamente, con el encarecimiento de la canasta básica, imposible de obtener con menos de 3 ó 4 salarios mínimos, hasta el punto que la canasta básica, que es tremendamente básica, está volviéndose una canasta suntuaria.
El panorama a futuro se complica, por que las fuentes que mantienen la micro-economía a flote: emigración a los Estados Unidos y permanencias de las remesas, están siendo tremendamente combatidas (Aún el mantenimiento de los salvadoreños que ya viven en EU en situación de ilegalidad o semi-ilegalidad se encuentra complicado, ni se piense, de una nueva emigración) y por el otro lado, el comercio informal, que de acuerdo al cumplimiento de las leyes secundarias, sé esta volviendo un comercio ilegal.
Si la defensa de nuestros hermanos en el exterior es mínima, ya que el Gobierno no tiene mayor incidencia (aunque esperamos que la salvadoreñidad – unida a ese gran latinidad – se manifieste colectivamente y haga auto-defender sus derechos; el comercio informal sí compete y es de responsabilidad nacional.
Nadie niega que el cumplimiento de las leyes es básico para disponer de un Estado de derecho; pero debe dársele prioridad al cumplimiento de la ley fundamental; la Constitución de la República.
Léase el Art. 2 de la Constitución de la República – Toda persona tiene derecho a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad, a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión y a ser protegido en la conservación y defensa de los mismos.
Art. 37 – El trabajo es una función social, goza de la protección del Estado y no se considera artículo de comercio. El Estado empleará todos los recursos que están a su alcance para proporcionar ocupación al trabajador, manual o intelectual, y para asegurar a él y a su familia las condiciones económicas de una existencia digna. ¿Se hace esto? ¿Al menos se intenta?
Un verdadero Estado de derecho, no sólo tiene que exigir el cumplimiento de las leyes secundarias, sino que sobre todo, cumplir con su ley fundamental, la Constitución de la República.
Por el otro lado la delincuencia e inseguridad siguen sin control y de acuerdo a las estadísticas, las cifras ya altas anteriormente, se incrementaron notablemente en estos 2 últimos años, hasta el punto de lograr a finales del año pasado, la notable pero no tan honrosa distinción, de ser el país más violento de todas las Américas, incluyendo Norte-Centro-Sur América y el Caribe.
Un nuevo planteamiento para revertir ambas tendencias, realizando un verdadero punto de inflexión se necesita urgentemente. Luego, tiene que venir la colaboración decidida de todos; ya que sin una participación colectiva y total no habrá solución alguna.
Sin embargo; la acción decidida tiene que venir inmediatamente después de una adecuada planificación. Hasta los héroes fracasan o perecen en el camino sin un plan definido y coherente que los lleve a la acción. Y antes de ese plan, está la buena voluntad de hacerlo. ¿La tenemos?
En el caso de la delincuencia e inseguridad ciudadana existe la voluntad; pero falta la planificación adecuada y completa (que abarque todo tipo de delincuencia). En el caso del desempleo y problemas micro-económicos de las grandes mayorías, ni siquiera se dispone de la voluntad requerida.
La planeación de nuevas empresas están basadas únicamente en su rentabilidad y el apoyo estatal incluyendo políticas sectoriales no contemplan el fomento del empleo.
!Urge un cambio de mentalidad¡ Que el Dios de todos y todas nos ilumine.
De acuerdo a encuesta publicada en la Prensa Gráfica del Domingo 30 de abril/2006; a la contestación de la pregunta ¿cuál es a su juicio, el principal problema del país en estos momentos?
La contestación fue la siguiente:
1-Desempleo – 26.5%
2-Delincuencia – 23.3%
Si a cada uno le sumamos los problemas parecidos, esto, es al desempleo le agregamos mala economía – 11.3% -, pobreza –10.1%-, inflación –1.9%-; y a la delincuencia, la inseguridad 5.4%, los pandilleros 1.2%, mala administración de justicia 1.2% nos da que los problemas más graves que la población salvadoreña siente y observa, están basados en los problemas económicos (50%) y en la delincuencia y la seguridad ciudadana (35%); esto es así los problemas más grandes que a nuestro país aquejan y a donde las políticas del Supremo Gobierno deben enfilarse prioritariamente. Debe también considerarse que ambos problemas se encuentran entremezclados.
El problema además se complica porque en los últimos años la tendencia ha sido el empeoramiento de ambas situaciones. A pesar de que la macro-economía se mantiene aparentemente estable; las condiciones microeconómicas del pueblo trabajador y peor aún del pueblo sub-empleado y desempleado se deterioran continuamente, con el encarecimiento de la canasta básica, imposible de obtener con menos de 3 ó 4 salarios mínimos, hasta el punto que la canasta básica, que es tremendamente básica, está volviéndose una canasta suntuaria.
El panorama a futuro se complica, por que las fuentes que mantienen la micro-economía a flote: emigración a los Estados Unidos y permanencias de las remesas, están siendo tremendamente combatidas (Aún el mantenimiento de los salvadoreños que ya viven en EU en situación de ilegalidad o semi-ilegalidad se encuentra complicado, ni se piense, de una nueva emigración) y por el otro lado, el comercio informal, que de acuerdo al cumplimiento de las leyes secundarias, sé esta volviendo un comercio ilegal.
Si la defensa de nuestros hermanos en el exterior es mínima, ya que el Gobierno no tiene mayor incidencia (aunque esperamos que la salvadoreñidad – unida a ese gran latinidad – se manifieste colectivamente y haga auto-defender sus derechos; el comercio informal sí compete y es de responsabilidad nacional.
Nadie niega que el cumplimiento de las leyes es básico para disponer de un Estado de derecho; pero debe dársele prioridad al cumplimiento de la ley fundamental; la Constitución de la República.
Léase el Art. 2 de la Constitución de la República – Toda persona tiene derecho a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad, a la seguridad, al trabajo, a la propiedad y posesión y a ser protegido en la conservación y defensa de los mismos.
Art. 37 – El trabajo es una función social, goza de la protección del Estado y no se considera artículo de comercio. El Estado empleará todos los recursos que están a su alcance para proporcionar ocupación al trabajador, manual o intelectual, y para asegurar a él y a su familia las condiciones económicas de una existencia digna. ¿Se hace esto? ¿Al menos se intenta?
Un verdadero Estado de derecho, no sólo tiene que exigir el cumplimiento de las leyes secundarias, sino que sobre todo, cumplir con su ley fundamental, la Constitución de la República.
Por el otro lado la delincuencia e inseguridad siguen sin control y de acuerdo a las estadísticas, las cifras ya altas anteriormente, se incrementaron notablemente en estos 2 últimos años, hasta el punto de lograr a finales del año pasado, la notable pero no tan honrosa distinción, de ser el país más violento de todas las Américas, incluyendo Norte-Centro-Sur América y el Caribe.
Un nuevo planteamiento para revertir ambas tendencias, realizando un verdadero punto de inflexión se necesita urgentemente. Luego, tiene que venir la colaboración decidida de todos; ya que sin una participación colectiva y total no habrá solución alguna.
Sin embargo; la acción decidida tiene que venir inmediatamente después de una adecuada planificación. Hasta los héroes fracasan o perecen en el camino sin un plan definido y coherente que los lleve a la acción. Y antes de ese plan, está la buena voluntad de hacerlo. ¿La tenemos?
En el caso de la delincuencia e inseguridad ciudadana existe la voluntad; pero falta la planificación adecuada y completa (que abarque todo tipo de delincuencia). En el caso del desempleo y problemas micro-económicos de las grandes mayorías, ni siquiera se dispone de la voluntad requerida.
La planeación de nuevas empresas están basadas únicamente en su rentabilidad y el apoyo estatal incluyendo políticas sectoriales no contemplan el fomento del empleo.
!Urge un cambio de mentalidad¡ Que el Dios de todos y todas nos ilumine.