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Jerusalen

Lunes 01 de mayo de 2006


Jerusalem es una Ciudad Santa, triplemente santa y con la posición única en el mundo de ser la única ciudad Santa para las tres grandes religiones monoteístas, que son las únicas que creen en un solo Dios: Judaísmo, Cristianismo e Islamismo.
Jerusalem: Yarashalim – Jebussalem – (la búsqueda, el encuentro o el fundamento – de la paz). Es bueno conocer el significado histórico de su formación – Yarah, el verbo significa la búsqueda, el encuentro; Salem, Shalim, Shalom, Salam: la paz.
Jerusalem tiene que ser así, el ejemplo de la paz del mundo; esa paz que la Humanidad necesita urgentemente conseguir.
Jerusalem emerge en la historia total junto con otras ciudades cananeas, como Jericó, en la Edad de Bronce, fundada hace 4,200 años por uno de los pueblos que conforman la estirpe palestina: los jebuseos, de origen cananeo. Su nombre, Jebus-Salem. Incorporan la palabra Salam, que significa la paz. Mil años después, los conquistadores judíos: Josué y Gedeón, no pudieron tomarla. La misma Biblia dice y la Enciclopedia Judaica lo confirma, que el rey de Jerusalem comandó los ejércitos para unir a todos los amoritas (entre ellos los cananeos), en la lucha de su territorio. Fue dada en ese momento a la tribu de Benjamín, pero permaneció amorita-jebusita hasta que el rey David, el hombre justo antes los ojos de Dios, la tomó. Dios quiso así que un profeta enviado de Dios, el autor de los Salmos tan lindo, que se constituyen como palabras de Dios, tomara Jerusalem, en lugar de los conquistadores.
Y David ordenó que no se tocara ni se matara ni se torturara a ningún miembro de esa ciudad, Jerusalem. Los jebuseos, cananeos, nuestro tronco original palestino, por orden del rey David, se le dejó viviendo en paz en Jerusalem, e, incluso, recibieron funciones administrativas.
La ciudad adquirió preponderancia en el año 1,003 A.C. y su máximo esplendor, al fin del reinado de Salomón, en el año 992 A.C. sin embargo, después de esa fecha, Israel se dividió en dos reinos enemigos aunque hermanos: Israel y Judá.
Posteriormente fue tomada por Egipto, Asiria y Babilonia, Persia, Grecia y Roma. En el año 70 D.C. fue destruida por los romanos y más de 300,000 personas fueron masacradas, prohibiendo habitarla por 61 años; posteriormente se permitió el ingreso de nuevos pobladores, siendo la gran mayoría de ellos cristianos, y los otros judíos.
El emperador Constantino se autonombra el Gran Maestro de Palestina en el año 324 y prohibió la entrada de judíos en Jerusalem. Con la caída del imperio romano de Occidente en el siglo V, Jerusalem pasa a dominio bizantino.
Jerusalem es rescatada por los árabes de la Península, cuando entraron en el año 638 y nuevamente como en los tiempos del rey David, se establece la tolerancia entre las razas y religiones.
El califar Omar disminuye los impuestos y permite entrar a los judíos en Jerusalem. Nuevamente, árabes (cristianos y musulmanes) y judíos, viven en paz.
En el año de 1099, Jerusalem es conquistada a sangre y fuego por los cruzados con Godofredo de Boullón. Y otra vez, por pueblos europeos no semitas, todos sus habitantes sufren por doquier : judíos y musulmanes por igual, son masacrados y los historiadores europeos, como Gustavo Le Bon, afirman que sólo en el templo de Salomón los asesinatos de niños, mujeres y hombres judíos y musulmanes eran tan grandes, que la sangre llegaba hasta las rodillas y con las puertas abiertas. Cuando los cruzados se cansaron de matar judíos y musulmanes, se dedicaron a matar cristianos orientales. La causa: el ansia desmedida de poder y la codicia de los bienes materiales, por medio del pillaje, la destrucción y el asesinato.
En el año de 1187, Saladino (Salah-Al-Din) reconquista la ciudad permanentemente y permite salir a los descendientes de los invasores, sin represalia alguna, otorgándoles un salvoconducto y un ducado de oro. Menos de la mitad parten y otros se integran a las comunidades locales.
Se consolida así el estatus musulmán de la ciudad con una proyección árabe, luego Kurda, mameluca, fatimida y finalmente turca.
Posteriormente, después de la I Guerra Mundial, Palestina queda bajo mandato británico y en 1948 se decretó su participación entre árabes y judíos. Sin embargo, Jerusalem nunca fue partida en dos y siempre ha sido compartida por las tres grandes religiones: Cristianismo, Islamismo y Judaísmo.
En ese crisol histórico de razas, los palestinos, si bien inmersos en el cúmulo de peculiaridades que conforman la nación árabe, tenemos nuestra particularidad especial.
El pueblo palestino es así cananeo-filisteo, fusionados por completo con oleadas de inmigraciones tempranas de la península arábiga (2,500 años A.C.), junto con un fuerte elemento racial árabe y con influencias de elementos asirio, arameo, hebreo, babilónico, persa, griego, romano, armenio, turco y europeo (cruzado). Además, en la antigüedad, las fronteras no estaban definidas; las migraciones eran masivas y constantes; las mezclas de razas a veces por alianzas se fomentaban y las conversiones religiosas eran frecuentes y siendo además pueblos hermano... ¿Quién es quién ahora? El rey David es llamado el Éfrata, ya que es originario de la ciudad de Belén, que conforma junto con las ciudades de Bet-Yala y Bet-Sajur dicha comarca. La honda de David ha sido el instrumento de los niños palestinos...

Fuera de la unión e interrelación étnica de los pueblos que conforman el Medio Oriente y de su origen común, hay un parentesco bíblico entre árabes y judíos a través de los hijos de Isaac e Ismael que los define como primos hermanos. Con los palestinos (Génesis 25:23) el parentesco se aproxima, en Esaú y Jacob. Véase la profecía: “En tu vientre hay dos varones, dos hermanos mellizos, que representan dos naciones, dos pueblos que están en lucha, desde antes de nacer”.
El perdón de Esaú a su hermano Jacob, a su regreso a Tierra Santa, es histórico y significativo; ambos pueblan dicha tierra bendita y tienen allí sus descendientes, que se mezclan con tribus locales.
Hay que recordar que la Palestina histórica, comprendía 4 comarcas definidas: la Tetrarca de Filipo: Judea, Samaria Galilea e Idumea. Jesús es así el profeta palestino, que vino a la tierra profesando la religión judía; se elevó a los cielos como cristiano y regresará a la tierra en su segunda venida física, como musulmán.