Crisis Política a futuro
Martes 1º de Mayo de 2007-.
Nuestro querido país se encuentra en un frágil equilibrio; como se dice que está el Hospital de Maternidad: En alto, pero sobre varios metros de lodo. La crisis sin embargo no se manifestará en este período presidencial sino en el próximo, esto es alrededor del 2011 ó 2012, independientemente de cual sea el partido ganador; a no ser de que se tomen medidas correctivas y agresivas desde ya, no – como siempre se ha hecho – actuar con miopía política: resolvemos el problema inmediato y ganamos tiempo. No importa que la solución a futuro del problema que pospusimos, resulte más complicada.
Si parodiamos con Argentina estamos actualmente en
El caso de los préstamos internacionales es un ejemplo. El Gobierno presiona hasta la saciedad porque los necesita, aún sabiendo que no son solución, sino que un paliativo que dilata el problema, haciéndolo más difícil de solucionar, cuando los préstamos se venzan.
Ya el Diario de Hoy en un editorial de Agosto de 1984 lo manifestaba brillantemente:… Prestar para consumir es una fórmula suicida a mediano plazo… La falta de nuevos préstamos, sin embargo, complica la situación, porque ya se está girando inexorablemente en el círculo vicioso de los endeudamientos, donde los nuevos préstamos tan sólo sirven para compensar – y tan sólo parcialmente – el pago del servicio de la deuda externa (670 millones en el 2006),
Si ésta no existiera, o fuera lógica y manejable, no se necesitarían los préstamos, aún con el actual estado deficiente (aunque mejorado) nivel de recaudación. Esto fácilmente puede visualizarse a nivel personal con el uso desordenado de las tarjetas de crédito. Los comentarios adicionales sobran.
Generalmente el partido que gobierna es el que se endeuda o desea hacerlo, y la oposición política – sobre todo la más distinta – se opone tenazmente a ello. Sin ir muy lejos, cuando el Gobierno de Duarte se endeudaba o pretendía hacerlo la derecha se oponía; hoy la derecha en el poder presiona por más endeudamientos y la izquierda se opone.
Si el balance político cambiara, estoy seguro que los participantes políticos cambiarán automáticamente de papel pero la obra sería la misma: más endeudamiento.
Esto se ve favorecido por el ofrecimiento fácil de los Organismos de “ayuda” internacional que después presionan con medidas de saneamiento, que perjudican más a las clases más desposeídas: aumento del pan, aumento de la tortilla, aumento del IVA; eliminación de subsidios, aumento de los servicios, etc., etc., etc.
Algunos gobiernos prestan pensando en no pagar, (bueno, somos pueblos mala paga); pero no se percatan de que el endeudamiento y peor aún, la insolvencia, genera una dependencia económica – ideológica – política – que nos quita totalmente la parcial independencia de que podremos disponer.
El pago de la deuda externa es un problema mayúsculo del próximo futuro, pero tan solo uno de los muchos que aparecerán como una avalancha destructiva, si no se toman medidas correctivas – no paliativas – desde ya. A manera de ejemplo podemos mencionar algunos: El sistema de pensiones y la deuda previsional; el pago de bonos; el sistema público de salud; la falta de alimentos; la delincuencia; la crisis del agua; el desempleo, la corrupción – cada día más escandalosa y más descarada – que abarca no sólo a los altos dirigentes, sino que corroe a toda
El problema se complica porque no hay una participación efectiva de la sociedad civil. Los gremios se encuentran pasivos e impotentes, la mayoría de iglesias, más preocupadas por la obtención del diezmo y ofrecer la salvación automática; para la otra vida; sin obras obligadas para ésta; los empresarios, más pendientes de sus intereses sectoriales; el pueblo inexplicablemente silente.
Pero el problema se acentúa, porque el poder político, se obtiene a través de las elecciones y para acceder a ella se necesitan los partidos políticos.
Al menos en apariencia y eso nos preocupa grandemente, todos los partidos políticos, están más pendientes de ganar las elecciones del 2009, que en gobernar sabiamente. No importa los buenos deseos ni las buenas intenciones que se tengan. El período 2009-2014 será el período más difícil que tocará gobernar, cuando empiecen a exigirle las acciones paliativas acumuladas de períodos anteriores, aunadas a condiciones internacionales sumamente críticas que nos golpearán inexorablemente. En las 2 últimas elecciones ARENA buscó candidatos para ganar: Francisco Flores, un hombre de extracción popular; que se identificó con su pueblo al cual contactó permanentemente hasta que ganó las elecciones y se encerró en su torre de marfil. Y Elías Antonio Saca, un candidato, carismático y popular, pero dedicado más al manejo mediático que a gobernar. El Diario de Hoy en su Editorial del 20 de Diciembre de 2006 lo define brillantemente.
…“Hay desorientación, pensamos, porque a los ojos de los pobladores no hay claridad sobre lo que son los principios y objetivos superiores de ARENA, que más parece un movimiento alrededor de su principal figura, que un partido que está por encima de las coyunturas y los liderazgos de un particular momento en la historia del país. ARENA debe apoyar la gestión de sus lideres, pero tiene que hacerlo sin perder brújula y sin dejar de reiterar frente al país, lo que son sus ideales y su lucha fundamental”…
Y más adelante agrega:
…“Pero muy poco de esto se refleja en las campañas y el discurso de ARENA y del Ejecutivo enfrascado en destacar la figura de su principal líder y en sus programas sociales, lo que es necesario pero no suficiente. Preocupa que se haya caído en eslóganes confusos, que no dicen nada, como el de “un país unido tiene sentido” y “un gobierno con sentido humano”, lo que cualquier otro partido puede reclamar”…
Si esto funcionó antes, que nuestro país disponía de mayor margen de maniobra, sería fatal en el 2009. Se necesita candidatos capaces, con una gran dosis de conocimiento, estudio y humildad. Y esto también se lo envió como crítica constructiva al FMLN y a los demás partidos políticos. Pocos se imaginan lo difícil que será gobernar el próximo período. El carisma por sí solo no será suficiente. Si no se gobierna extremadamente bien y el país colapsa en el próximo período, la culpa será del partido gobernante en ese momento. No de los anteriores. Y ese partido quedará hundido políticamente, talvez para siempre.