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Proclama de la Comunidad Islámica.

VIERNES 24 DE AGOSTO DE 2007.

Proclama de la Comunidad Islámica.

Además de que el Islam es una religión de paz y tolerancia, hermandad y concordia, debemos considerar un punto adicional que es necesario subrayar.

Somos musulmanes, pero también somos salvadoreños y estamos conscientes que necesitamos unirnos, evitando antagonismos estériles y confrontaciones innecesarias. Como Centro Geográfico de América, debemos ser un punto de luz, de acercamiento, solidaridad, y paz, para ser puesto como ejemplo y referencia a nivel mundial y para otros sectores de la vida nacional, incluyendo la política. Como ejemplo más evidente es el intercambio de visitas y convivios fraternales entre los máximos líderes de las Comunidades judías y musulmana, tanto en la Mezquita, como en la Sinagoga y en los templos de otras iglesias, de otras denominaciones.

Además, el acercamiento con otras religiones, especialmente con la judía y las diferentes denominaciones cristianas, a través, de Religiones por la Paz, nos dan en El Salvador y diferentes países del Mundo, el insumo necesario para considerarnos hermanos; dejando la extrañeza y la confrontación por la amistad y la fraternidad, con todas las Religiones del mundo.

Somos musulmanes del siglo XXI, ávidos de conocimiento, pero embebidos no de un modernismo, que no deja de ser confrontativo, sino del espíritu de amplitud, hermandad y tolerancia de los primeros siglos del Islam.

Proclama pública de la Comunidad Salvadoreña Musulmana

1- Afirmamos que el Islam es una religión de paz. Su nombre proviene de la paz interior que se logra con la sumisión a la voluntad de Dios. Su saludo permanente “SALAM ALEIKUM”, que significa la paz sea con ustedes, es un mensaje de concordia, amor y ayuda al prójimo. Las sociedades islámicas han sido históricamente amplias y tolerantes; e incluso cuando ha habido violencia, ellas han sido normalmente las agredidas y no, las agresoras; incluso hasta por los mismos extremistas que la dicen representar. Como seres humanos, y como musulmanes estamos en contra de la guerra y a favor de la paz, pidiéndole a Dios, más allá de nuestras cinco oraciones diarias obligatorias, que la paz y la concordia se establezcan en nuestro Mundo, cada vez más caótico.

2- Ratificamos que somos una comunidad pacífica, que rechazamos la violencia, que aceptamos a nuestros hermanos y hermanas de otras religiones y razas, con cariño y tolerancia y que estamos en contra de todo tipo de violencia y fanatismo, venga de donde venga.

3- El fanatismo es causa de toda la violencia. Los fanáticos que creen únicamente en su fe o sus principios y no toleran que otros piensen diferentes a ellos, están perdidos; y por sus métodos desproporcionados y violentos, están afuera incluso del mismo grupo religioso, que dicen representar. Debe también considerarse que el antifanatismo es también negativo; porque el antifanático es también fanático de su propio antagonismo.

4- En esta vorágine de negatividades, tanto más necesario se hace, que los dirigentes religiosos orienten a sus seguidores en un camino de paz y tolerancia; y antes que eso, traten de obtener un sólido y adecuado conocimiento mutuo; porque muchas veces la ignorancia revestida de sabiduría, es la causa primera de la intolerancia. Fuera de ello, es necesario que los medios de comunicación informen con objetividad sobre las religiones y no de manera tendenciosa, como por desgracia sucede hoy a menudo en los medios occidentales, es especial en lo que respecta al Islam; quien ahora ocupa el lugar de los judíos, quienes antes eran acusados injustamente e incluso perseguidos.

5- Es necesario y más que eso, es esencial; evitar la intolerancia religiosa; buscando los puntos de concordia entre nuestras diferencias; y fomentando la paz, la solidaridad y la hermandad.

6- Desde el inicio del Islam, el profeta Muhammad, la bendición y la paz sean con él y su descendencia, dio una proclamación en su propio nombre y a cuya observancia obligaba a todos los musulmanes de modo estricto hasta el día de la Resurrección y terminación del Mundo; ordenando la protección de todos los cristianos y judíos, que se encontraren en tierra musulmana; tanto de su vida, pertenencias, templos, propiedades, etc.

Proclama hábilmente ocultada en Occidente e irrespetada por los fanáticos extremistas que existen en todos los grupos políticos y todas las religiones.

7- Que consideramos que la integración con otras religiones hermanas, en El Salvador a través del Consejo de Religiones por la Paz, nos hace potencializar nuestra fuerza y llevar más allá nuestro principio común: de amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, por amor de Dios; considerando que nadie es un verdadero creyente, si no desea para su hermano, lo que desea para sí mismo.

8- Nuestro deseo que las diferencias entre los salvadoreños y salvadoreñas se resuelvan de forma pacífica, como hermanos, utilizando el diálogo y no la confrontación; la paz y no la guerra; la tinta y no la sangre; la concordia y no el enfrentamiento; y que reinen la justicia, el amor, la libertad y la verdad, permanentemente.

9- Nuestra Comunidad no tiene ningún interés partidarista que conlleve la búsqueda del poder, ni la afiliación a ninguna bandera política, ni nuestra inscripción a ningún partido político, ni nuestra colaboración en el accionar político partidarista.

10- Nuestra salvadoreñidad y por consiguiente que estamos para ayudar a nuestro País y no para actuar en su contra. Que amamos a El Salvador y que deseamos para nuestro país y para todos los salvadoreños y salvadoreñas, las bendiciones y la misericordia del único Dios; el Dios de todo, todos y todas.

Salam Aleikum, wa rajmatuláh, wa barakatuju.

Que la Paz, la Misericordia de Dios y sus Bendiciones, se derramen sobre toda la Humanidad.

Amén.