Lunes, 3 de septiembre de 2007.
Alameda Roosvelt: Zona abandonada
La Alameda Roosvelt, otrora la vía más elegante de la cuidad (la famosa “doblevía”) se encuentra, sobre todo en la parte media de la misma, totalmente abandonada; peor aún en la parte posterior, en las calles aledañas de la Colonia Flor Blanca… Muchas son las causas de ese evidente abandono; pero una cosa es cierta, todos los sectores involucrados son corresponsables de esa situación y como tal, deberían ser solidarios y trabajar conjuntamente en la solución del problema; a saber: los dueños de los inmuebles (esto es, la Empresa Privada); la Alcaldía Municipal de San Salvador, con la limpieza y alumbrado público; CONCULTURA, (ya que los inmuebles forman parte del Patrimonio Cultural ); la PNC por su nivel de vigilancia de la zona; la ciudadanía colaborando en el manejo racional de los desechos sólidos y en el caso de los alrededores del Gimnasio Nacional, el INDES.
Tratar de solucionar el problema en forma integral, se consigue colaborando todos en la solución del problema; no echándole uno la culpa al otro, no para buscar resolver el problema, sino para obtener raja política, o bien, evadir responsabilidades.
La zona comprendida entre la 37 y la 39 Av. Sur de la Colonia Flor Blanca, correspondiente a la Alameda Roosvelt por el norte y calle el Progreso por el Sur, es un ejemplo típico y a la vista de lo que no debería hacerse.
Tanto del lado de la Alameda Roosvelt, como en la Calle el Progreso, se encuentran edificios en ruinas y/o totalmente abandonados; con vagabundos viviendo al interior de las ruinas (no son sólo indigentes, porque la mayoría usa drogas y se dedica a la vagancia); la vigilancia de la PNC es nula; en la calle el Progreso, justo frente a una de las entradas del Gimnasio Nacional, un botadero a cielo abierto, con basura regada en la calle, con bolsas abiertas y desperdigadas, producto de la exploración de los vagos de la zona; no es sólo basura depositada por los habitantes de la zona, sino por basura que llegan a tirarla allí, pick-ups que provienen de otras zonas, a manera de un botadero a cielo abierto, que necesita ser clausurado. Enfrente, el Gimnasio Nacional, a oscuras; despintado, sin un simple farol que lo ilumine; un lugar donde se celebran encuentros deportivos; competencias internacionales; eventos artísticos y hasta la Teletón. Debería de ser, un monumento nacional, útil para eventos trascendentales; utilizando su tamaño y su techado. Enfrente un redondel de gran extensión, abandonado; con maleza sin cortar; sin luz alguna y sin vigilancia; refugio de maleantes; con llantas abandonadas, propicias para criaderos de zancudos, propiedad del INDES, no de la Alcaldía. Las casas abandonadas, sin que los propietarios gasten un solo centavo en cuidarlas, o cortar su maleza o limpiarlas. El Ministerio de Salud Pública y el Ministerio del Medio Ambiente, sin participación alguna y CONCULTURA, tampoco. Al menos deberían presionar, para que otros trabajen.
La inseguridad de la zona es colosal; con casi nula iluminación, total abandono y cero vigilancia, basta leer la noticia del 17.08.2007 en Diario el Mundo.
Joven es asesinado a puñaladas.
El joven Miguel Ángel Mejía Reyes, de 21 años, murió ayer a consecuencia de puñaladas que le ocasionaron personas desconocidas.
Según el reporte de la Policía Nacional Civil, el crimen fue cometido el pasado miércoles a las 10:00 de la noche, sobre la Alameda Roosevelt, entre la 37 y la 39 Avenida Sur, de la Colonia Flor Blanca, San Salvador. La corporación policial dijo que desconoce las circunstancias en que sucedieron los hechos, ya que no encontraron testigos. Sin embargo, no descartaron el robo. La Fiscalía ordenó que el cadáver fuera trasladado a Medicina Legal para los exámenes respectivos.
Según la Policía, el lugar donde ocurrió el crimen es altamente peligroso, ya que muchas viviendas están desmanteladas y son habitadas por indigentes, aseguró un agente policial.
Nuestra empresa construyó un edificio en la esquina de dicha zona, entre la Alameda Roosvelt, calle el progreso y la 37 Av. Sur, considerando que tiene potencial y que es necesario embellecer nuestro patrimonio cultural. Seguimos todos los controles y requisitos que nos implantó CONCULTURA, y nos sometimos al criterio de que no podíamos descartar el estilo arquitectónico existente en dicha zona, así que no construimos; sino que reconstruimos y donde se pudo, restauramos. Tarea doble y difícil.
Incorporamos a dicho edificio, las oficinas administrativas del Club Kiwanis Internacional, un club de servicio social existente en 84 países; de la Media Luna Verde, sociedad de beneficencia islámica y construimos nuestra segunda Mezquita: Dar Ibrajim: La casa de Abraham; incorporando el nombre del Patriarca, respetado por las 3 religiones monoteístas: judíos, cristianos y musulmanes; como símbolo de unión entre las 3 religiones, en un mundo cada vez, más caótico y confrontado, que necesita urgentemente la paz, para sobrevivir.
Hemos construido un oasis de belleza, en medio de una zona abandonada, que necesita ser rehabilitada.
Nosotros hacemos un llamamiento público a las Instituciones y personas mencionadas y ofrecemos nuestra colaboración en mejorar esa zona.
Nos unimos a la campaña que está realizando la Alcaldía Municipal de San Salvador, “Avanzando hacia lo limpio”, armonizando el medio ambiente, salud y belleza de la capital, eliminando ese botadero a cielo abierto y basura desperdigada justa en una de las entradas del Gimnasio Nacional; y al INDES, a quien le solicitamos la dación de una Comodato del redondel que mantiene abandonado enfrente de sus instalaciones para cuidarlo y mejorarlo; o bien, que realice el parqueo adicional que el Indes tiene proyectado desde hace muchos años y que nunca realiza. Cualquier cosa que resulte en la belleza y arreglo de la zona.
Lo malo es permanecer estático y peor aún, indiferentes. Mientras ese proyecto se realiza, deberían al menos limpiar el redondel, iluminarlo y vigilarlo.
Los dueños de las casas abandonadas tienen que colaborar, al menos, limpiando sus propiedades; la PNC aumentando su vigilancia; las otras instituciones, vigilando y colaborando…
Para nosotros esto constituye un punto de honor, porque construimos en dicha zona considerando, que podemos luchar juntos en un San Salvador mejor; y podría servir para que otros propietarios sigan nuestro ejemplo. Nosotros somos incisivos y perseverantes. No aceptamos dejadez, ni desidia ni mucho menos indiferencia. Ni podemos aceptar que los esfuerzos individuales caigan en saco roto, sobre todo, estando por medio la responsabilidad de los funcionarios públicos.