Desarrollo Nacional, basado en la Ingeniería.
Jueves 6 de Septiembre 2007
Desarrollo Nacional, basado en la Ingeniería.
Desarrollar un país no es sólo aumentar su producto territorial bruto, como un simple incremento estadístico, sino que se produzcan mayores bienes, al menor costo, con utilización racional de productos propios, de la manera más rápida posible, usando nuestros ecosistemas y evitando su destrucción y hacia un porcentaje mayoritario de la población; teniendo como base esencial, la satisfacción de las necesidades básicas y la mejoría en la calidad de vida.
El Salvador al no disponer de riquezas apreciables, no sólo mantiene un P.I.B bajo, sino que debido a las desigualdades sociales, éste se encuentra mal distribuido. Toda la vida le hemos apostado a un monosistema de desarrollo: en tiempo de la colonia era el comercio esclavo; luego el añil, que devastó todos los bosques de pinos y encinas de la zona norte y centro del país; luego el café, cuyo desarrollo no fue suficiente, si bien, al menos nos evitó desertificarnos, por el casi único bosque que nos queda, aparte de los manglares: el bosque cafetero. A éste se le agregó el cultivo del algodón, que no solo contaminó con exceso de insecticidas la tierra y el agua, sino que contribuyó a talar la zona costera. Posteriormente le apostamos a una “industrialización” que como fue diseñada, produjo industrias “fantasmas” que al amparo de la protección fiscal desproporcionada se dedicaron a la última etapa del proceso fabril; prácticamente “ensambladoras” o “pulidoras”, que dependían de la materia prima importada, que generalmente eran productos semi-elaborados o en proceso de finalización.
Recientemente se apostó a los servicios: primero: el sector financiero y últimamente al Turismo. Al menos en el caso del desarrollo agrario, se produjeron empleos masivos. Actualmente, con las políticas actuales de desarrollo, los trabajos son tan escasos, que una masa laboral de más de 100,000 trabajadores anuales, no consigue trabajo. Dos son las válvulas de escape, que le han dado a nuestro País, la salvaguarda necesaria, para que no explote violentamente: el comercio informal y la emigración a los Estados Unidos, ésta última base fundamental de las remesas, nuestro principal ingreso; el cual nos ha permitido hasta ahora sobrevivir. 2 válvulas de escape, que inexplicablemente empiezan a ser reprimidas, con resultados, en caso de agudizarse, tremendamente trágicos en el próximo futuro. No le hemos apostado a ponerle a nuestras exportaciones un alto valor agregado. Generalmente hemos exportado materias primas sin transformación alguna; o bien productos industriales, que hemos traído casi prácticamente terminados. Inflamos así nuestras exportaciones, ya que consideramos como exportación total, los productos con un alto contenido elaborado en el extranjero. Le apostamos a la maquila y consideramos como exportación, todos los insumos que importamos en tránsito y aquí sólo ensamblamos. Fuera de ello, somos ahora uno de los mayores “exportadores” de etanol (alcohol etílico) a los Estados Unidos como combustible, pero la materia prima, alcohol hidratado lo traemos de Brasil. (Aquí solo realizamos la última etapa: la deshidratación) para aprovechar utilizar la exención de la importación del etanol, del orden de los US $0.54 galón por el TLC); exportamos biocombustibles y no producimos ni higuerillo, ni aceite de palma ni prácticamente ninguna cantidad industrial de oleaginosos; etc., etc., etc.
Nuestras exportaciones son generalmente un espejismo y a veces, realidades infladas.
Antes se analizaba la producción de Soda Cáustica o de Ácido Sulfúrico, para medir la industrialización de un país; hoy se mide por el número de Ingenieros que trabajan normalmente, en especial los Ingenieros Químicos, con esa mezcla dosificada de matemáticas, química y física, aplicadas al desarrollo.
Los ingenieros son hombres y mujeres de Ingenio, preparados para el proceso de industrialización de un país.
Un país industrializado o en franco proceso de desarrollo, necesita urgentemente ingenieros en todas las especialidades. Pero un país que no produce nada o mejor dicho, que no transforma los recursos ni sus materias primas; ni sus desperdicios (que muchas veces son materias primas para otras empresas); descuida las Ingenierías; produce pocos técnicos auxiliares y produce masivas formaciones de profesionales de oficina; no de campo ni de desarrollo fabril. La investigación es dejada de lado. Los presupuestos de los Institutos de ciencia y tecnología son risibles; las escuelas de Ingeniería, descuidadas. Los técnicos auxiliares, escasos o inexistentes; La Ingeniería Química, abandonada. Mientras tengamos préstamos, remesas y emigración masiva, el sistema puede subsistir. Pero, cuando este equilibrio metaestable (pseudo equilibrio) falle, el sistema podría colapsar.
…No sabemos que materias primas disponemos, ni cuáles son nuestros recursos disponibles; ni sabemos cuáles, cuánto, dónde, y cómo obtenerlos. Y seguimos concediendo exploraciones y permisos de explotación, sin saber lo que se explota o se exporta. Contaminamos y permitimos que se nos contamine. Reforestamos con árboles no apropiados para nuestro clima, que luego se secan; y deforestamos inmisericordemente; botamos residuos al mar, que podrían ser extraídos e industrializados, pero que sólo sirven para contaminar; autorizamos extracciones y producciones altamente contaminantes; ignoramos protocolos internacionales; aceptamos con ingenuidad científica o por codicia, proyectos ecológicamente nocivos, con beneficios económicos para los productores, no para el país; importamos “petróleo reconstruido” útil para quemarlo pero inútil para industrializarlo; descuidamos nuestro autosuficiencia alimentaria; no sabemos negociar; no controlamos los precios, pero permitimos que los productores u operadores los manipulen; recibimos donativos vencidos; sustancias nocivas; alimentos degradados y contaminados; etc., etc., etc., etc.
Y esto no sólo es la realidad presente…es la realidad histórica y quizás…nuestro destino.
El problema se complica porque tradicionalmente los que actúan no piensan, y los que piensan, no actúan.
No me refiero a la fachada de la modernización, que nos indica que estamos progresando, ni siquiera a las injusticias sociales, que nos demuestra que el progreso no llega a las grandes mayorías.
…Me refiero a esa gran dosis de ingenuidad política, que hace que a muchos funcionarios muchas veces los sobornen; pero muchas veces más que eso, solo los enganchan…
Desarrollo Nacional, basado en la Ingeniería.
Desarrollar un país no es sólo aumentar su producto territorial bruto, como un simple incremento estadístico, sino que se produzcan mayores bienes, al menor costo, con utilización racional de productos propios, de la manera más rápida posible, usando nuestros ecosistemas y evitando su destrucción y hacia un porcentaje mayoritario de la población; teniendo como base esencial, la satisfacción de las necesidades básicas y la mejoría en la calidad de vida.
El Salvador al no disponer de riquezas apreciables, no sólo mantiene un P.I.B bajo, sino que debido a las desigualdades sociales, éste se encuentra mal distribuido. Toda la vida le hemos apostado a un monosistema de desarrollo: en tiempo de la colonia era el comercio esclavo; luego el añil, que devastó todos los bosques de pinos y encinas de la zona norte y centro del país; luego el café, cuyo desarrollo no fue suficiente, si bien, al menos nos evitó desertificarnos, por el casi único bosque que nos queda, aparte de los manglares: el bosque cafetero. A éste se le agregó el cultivo del algodón, que no solo contaminó con exceso de insecticidas la tierra y el agua, sino que contribuyó a talar la zona costera. Posteriormente le apostamos a una “industrialización” que como fue diseñada, produjo industrias “fantasmas” que al amparo de la protección fiscal desproporcionada se dedicaron a la última etapa del proceso fabril; prácticamente “ensambladoras” o “pulidoras”, que dependían de la materia prima importada, que generalmente eran productos semi-elaborados o en proceso de finalización.
Recientemente se apostó a los servicios: primero: el sector financiero y últimamente al Turismo. Al menos en el caso del desarrollo agrario, se produjeron empleos masivos. Actualmente, con las políticas actuales de desarrollo, los trabajos son tan escasos, que una masa laboral de más de 100,000 trabajadores anuales, no consigue trabajo. Dos son las válvulas de escape, que le han dado a nuestro País, la salvaguarda necesaria, para que no explote violentamente: el comercio informal y la emigración a los Estados Unidos, ésta última base fundamental de las remesas, nuestro principal ingreso; el cual nos ha permitido hasta ahora sobrevivir. 2 válvulas de escape, que inexplicablemente empiezan a ser reprimidas, con resultados, en caso de agudizarse, tremendamente trágicos en el próximo futuro. No le hemos apostado a ponerle a nuestras exportaciones un alto valor agregado. Generalmente hemos exportado materias primas sin transformación alguna; o bien productos industriales, que hemos traído casi prácticamente terminados. Inflamos así nuestras exportaciones, ya que consideramos como exportación total, los productos con un alto contenido elaborado en el extranjero. Le apostamos a la maquila y consideramos como exportación, todos los insumos que importamos en tránsito y aquí sólo ensamblamos. Fuera de ello, somos ahora uno de los mayores “exportadores” de etanol (alcohol etílico) a los Estados Unidos como combustible, pero la materia prima, alcohol hidratado lo traemos de Brasil. (Aquí solo realizamos la última etapa: la deshidratación) para aprovechar utilizar la exención de la importación del etanol, del orden de los US $0.54 galón por el TLC); exportamos biocombustibles y no producimos ni higuerillo, ni aceite de palma ni prácticamente ninguna cantidad industrial de oleaginosos; etc., etc., etc.
Nuestras exportaciones son generalmente un espejismo y a veces, realidades infladas.
Antes se analizaba la producción de Soda Cáustica o de Ácido Sulfúrico, para medir la industrialización de un país; hoy se mide por el número de Ingenieros que trabajan normalmente, en especial los Ingenieros Químicos, con esa mezcla dosificada de matemáticas, química y física, aplicadas al desarrollo.
Los ingenieros son hombres y mujeres de Ingenio, preparados para el proceso de industrialización de un país.
Un país industrializado o en franco proceso de desarrollo, necesita urgentemente ingenieros en todas las especialidades. Pero un país que no produce nada o mejor dicho, que no transforma los recursos ni sus materias primas; ni sus desperdicios (que muchas veces son materias primas para otras empresas); descuida las Ingenierías; produce pocos técnicos auxiliares y produce masivas formaciones de profesionales de oficina; no de campo ni de desarrollo fabril. La investigación es dejada de lado. Los presupuestos de los Institutos de ciencia y tecnología son risibles; las escuelas de Ingeniería, descuidadas. Los técnicos auxiliares, escasos o inexistentes; La Ingeniería Química, abandonada. Mientras tengamos préstamos, remesas y emigración masiva, el sistema puede subsistir. Pero, cuando este equilibrio metaestable (pseudo equilibrio) falle, el sistema podría colapsar.
…No sabemos que materias primas disponemos, ni cuáles son nuestros recursos disponibles; ni sabemos cuáles, cuánto, dónde, y cómo obtenerlos. Y seguimos concediendo exploraciones y permisos de explotación, sin saber lo que se explota o se exporta. Contaminamos y permitimos que se nos contamine. Reforestamos con árboles no apropiados para nuestro clima, que luego se secan; y deforestamos inmisericordemente; botamos residuos al mar, que podrían ser extraídos e industrializados, pero que sólo sirven para contaminar; autorizamos extracciones y producciones altamente contaminantes; ignoramos protocolos internacionales; aceptamos con ingenuidad científica o por codicia, proyectos ecológicamente nocivos, con beneficios económicos para los productores, no para el país; importamos “petróleo reconstruido” útil para quemarlo pero inútil para industrializarlo; descuidamos nuestro autosuficiencia alimentaria; no sabemos negociar; no controlamos los precios, pero permitimos que los productores u operadores los manipulen; recibimos donativos vencidos; sustancias nocivas; alimentos degradados y contaminados; etc., etc., etc., etc.
Y esto no sólo es la realidad presente…es la realidad histórica y quizás…nuestro destino.
El problema se complica porque tradicionalmente los que actúan no piensan, y los que piensan, no actúan.
No me refiero a la fachada de la modernización, que nos indica que estamos progresando, ni siquiera a las injusticias sociales, que nos demuestra que el progreso no llega a las grandes mayorías.
…Me refiero a esa gran dosis de ingenuidad política, que hace que a muchos funcionarios muchas veces los sobornen; pero muchas veces más que eso, solo los enganchan…