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La Santísima Virgen María en el catolicismo y el Islam.

Miércoles 26 de septiembre de 2007.

La Santísima Virgen María en el catolicismo y el Islam.

No hay duda, que de todas las religiones que existen en el mundo, es en el Catolicismo y en el Islam donde la Santísima Virgen María se venera con mayor esplendor.
Luego siguen otras denominaciones cristianas; aunque hacemos la salvedad, que hay algunas que no solo no la veneran sino que incluso hablan mal de ella, injuriándola y vilipendiándola, e incluso publican libros y folletos, donde amparándose en una “libertad de expresión ilimitada”; cometen el pecado más abominable (al menos para la otra vida): La blasfemia.
En nuestro País, fuera de la nueva legislación penal que sanciona con mayor penalidad este tipo de delitos, y que algunos señalan y critican, existe un asidero constitucional que lo regula.
En efecto: de acuerdo al artículo 25 de nuestra Constitución Política – se garantiza el libre ejercicio de todas las religiones, sin más límite que el trazado por la moral y el orden público. Y de acuerdo al Artículo 6 de la misma; “Toda persona puede expresarse y difundir libremente sus pensamientos siempre que no subvierta el orden público, ni lesione la moral, el honor y la vida privada de los demás.
Yo como musulmán me siento ofendido en mi honor, mi moral y mis principios, por esos panfletos que se venden en algunas librerías. Para aquellos que no les importa y peor aún, para aquellos que venden, aceptan y promueven sus enseñanzas, no debe importarles tanto el enojo de mi persona o el de los musulmanes y espero que también de los católicos, sino el de Jesús, el verbo encarnado de Dios, al mancillar a su madre y peor aún el de Dios, Allah, al momento que se enfrenten a Él, el día de la Resurrección de los muertos o día del Juicio final. ¡Los compadezco!
Sin embargo, a pesar de que hay un sustento legal: tanto constitucional, como en la Ley secundaria, hay una marcada dejadez, y permanente pasividad de los fieles y la dirigencia católica, en al menos protestar legalmente, utilizando la Ley.
Los panfletos siguen repartiéndose; la blasfemia contra la Virgen María se multiplica y aparte de las denuncias que manifiesto en Aclarando Conceptos, no encuentro reacción católica alguna, a la cual pueda yo, unir mis esfuerzos.
A pesar de ser fuerte, la iglesia católica lamentablemente sigue siendo débil, por la pasividad exagerada de su alta dirigencia y de la mayoría de sus fieles.
¡Espero que Dios los ilumine y los fortifique y los dirija a la acción!... ¡Ojalá!...
Aprovecho la edición de este programa de “Aclarando Conceptos” para recalcar las siguientes aclaraciones:
1-A pesar de la grandeza de la Santísima Virgen María, el culto de Adoración (Latría) se le dispensa únicamente a Dios. El único, el infinito. Allahu Akbar. Dios, es lo más grande. Es el todo.
A la Virgen se le venera (dulía); aunque su veneración es de un grado elevado, por lo que se le denomina hiperdulía. Como musulmanes, sólo adoramos a Dios, a quién a los cristianos llaman “el Padre”, poniendo la cabeza en el suelo físicamente cuando podemos hacerlo; o mentalmente, cuando estamos impedidos físicamente para ello.

2-La veneración a la Santísima Virgen María, no se la hemos prestado a nuestros hermanos católicos; sino que la hemos obtenido del Corán. Esto es así, una respuesta colectiva para muchos católicos que se extrañan y algunos de ellos me preguntan, porqué un musulmán habla tan bien de la Virgen María.
A esto aclaramos, que la mención de la Virgen María, en el Corán, es incluso más sublime y bella que en el Nuevo Testamento.
María, es en el Islam el paradigma de la perfección en la mujer y su historia adquiere tanta relevancia que la revelación coránica le ha dedicado todo un capítulo, la Sura 19, que lleva su nombre; además de ser mencionada en otros capítulos, entre ellos, en la Sura 3. “La familia de Imrán” (Joaquín) o sea, la familia de la Virgen María.
La Inmaculada Concepción de María, junto con la Inmaculada Concepción de Jesús, están testificados por la Revelación Coránica y representan dos artículos de fe, que ningún creyente musulmán pondría en duda. Son así dogmas de fe desde el siglo VII. De todas las iglesias cristianas, sólo la Iglesia católica reconoce como dogma de fe, la Inmaculada Concepción de María, que no se encuentra en la Biblia y que fue reconocida hasta el siglo XX. María (Mariam), es la mujer más venerada de los musulmanes. Los pasajes del Libro sagrado, que datan tanto del comienzo de la Revelación así como de sus fases más tardías; subrayan la eminencia y la perfección de María, lo mismo que informan de las circunstancias que han rodeado el nacimiento milagroso de su hijo.

El Profeta (la paz y bendiciones sean con él) afirmó, en un dicho famoso; que María la madre de Jesús; nació inmaculada y que tuvo un hijo también inmaculado, Jesús, sin contacto carnal y que María es la mujer más pura, que ha habido y habrá.
En la Sura 3 María era asistida por los Ángeles en el templo y aparecerían milagrosamente ante ella, frutos y comida que no correspondían incluso a la estación. Esto provocaba asombro de Zacarías, sacerdote y profeta, por la elevada posición de María ante su Señor. Dice el Sagrado Corán a este respecto: <<>> (3:42).
En la Sura de María se relata el episodio de la concepción y nacimiento de Jesús. Parecido al relato bíblico, contiene 3 milagros adicionales y sublimes en el Sagrado Corán, que la Sagrada Biblia no menciona.
1- Que Jesús habla recién nacido, defendiendo a su madre, del señalamiento de mujer soltera (José no aparece todavía) 2- el aparecimiento milagroso de un arroyo a los pies de la Virgen de aguas cristalinas, para que ella apagara su sed y 3- de dátiles frescos que maduraron instantáneamente para que ella comiera, inmediatamente después del parto.
Dios estaba siempre pendiente de ella; como dice la oración, que en árabe es Salam Aleki, Mariam - La paz sea contigo María – ya que Ave María y Dios te salve, son saludos romanos; “llena eres de gracia, el señor (Allah) es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito, el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Jesús y sierva sumisa de Dios. Amén.