Racismo, Clasismo y Realeza
Martes 30 de Octubre 2007
Racismo, Clasismo y Realeza
En el programa anterior hablamos de la complejidad del Mundo de Hoy; pero más aún, de la mente humana.
…La Sociedad está formada por seres humanos y como cada cabeza es un mundo; tenemos una sociedad realmente fragmentada, aunque unida en apariencia. Esto se logra a través de compromisos sociales y costumbres arraigadas, que casi todo el Mundo incumple. Y que la sociedad tolera, con tal que se hagan a escondidas.
¡Ojos que no ven, corazón que no siente! Se dice por allí y esto se ha vuelto un “perfecto” paradigma…
Sin embargo, los problemas se posponen únicamente, ya que no hay nada oculto, que no salga a la luz en su momento, y que no sea del dominio público.
La Sociedad también tiene sus cláusulas de salvaguarda, buscando en los otros, generalmente los diferentes al grupo dominante, sus chivos expiatorios. Incluso muchas veces, a las víctimas se las convierte en los victimarios; o bien, continúan siéndolo, pero se encuentra un justificativo: Nacieron para servir, para sufrir, o para ser esclavos (y ahora que la esclavitud ha sido nominalmente suprimida; para ser dominados y sometidos, que en la práctica sigue siendo lo mismo, o a veces, incluso peor.).
El racismo (sentirse superior por el color de la piel; generalmente, entre más rubio y más blanco, mejor) y el clasismo (el que más tiene, más vale) y la nobleza (el mito de la “sangre real” y los “plebeyos”), es algo que se mantiene vigente, en las mentes de los dominantes y –cosa extraña por cierto- también en muchas mentes de los sometidos. Estos, en vez de unirse, se estratifican aún más, clasificándose en superiores e inferiores, entre ellos mismos.
Para nosotros, hay 2 verdades derivadas de esa posición humana histórica y presente:
1- ¡Que compleja es la mente humana!
2- ¡Que el racismo, el clasismo y la “nobleza”, entendida ésta, como sangre real, son tremendas idioteces.
Por ellos se justificaron las guerras de conquista; el pillaje y el robo de las riquezas de los pueblos; las invasiones para proteger la “democracia”; los juicios sumarios; los asesinatos en masa; el genocidio; la estratificación de las sociedades; la discriminación y “el apartheid”; la destrucción de civilizaciones, las persecuciones; la esclavitud; el sometimiento de pueblos enteros”, etc.
Hace 14 siglos, el profeta del Islam, Muhammad, proclamó que todos los hombres y mujeres son iguales como los dientes del tejedor. No hay superioridad del blanco, sobre el negro. Ni del árabe sobre el no árabe. Y esto en su completa grandeza se ve en el Hayy, el peregrinaje anual musulmán a la Meca, donde todos sin distinción se encuentran unidos y con la misma vestimenta: El IJRÁM.
Pobres, ricos, blancos, negros, amarillos, cobrizos, altos, bajos, jóvenes, viejos, etc. Esta unidad y cero descriminación, es lo que hizo reconocer a los Black muslims (musulmanes negros) de Estados Unidos, (quien en contraposición al Dios blanco y al diablo negro; habían definido su inverso también equivocado de un Dios negro y un diablo blanco); que el racismo no existe en el Islam y que, la descriminación del blanco contra el negro, no es generalizada, si no que es típica del blanco anglosajón.
Todos los seres humanos tenemos una máscara que corrige nuestras imperfecciones. Al quitárnosla generalmente reconocemos al individuo, tal cual es, aunque con algún defecto adicional. Hay otros, sin embargo, que sin máscara, son totalmente diferentes; y ante un rostro bondadoso con ella, podremos ver, al quitársela, una bestia oculta.
También colectivamente, los grupos de poder disponen de una máscara que los dignifica y suaviza y para ser más creíbles, buscan culpables, dentro de los pueblos sometidos.
Este fue el proceso común de “los conquistadores”, que se autodenominaron “civilizadores”. Los vimos en América, en Asia, en Oceanía. En el caso de los judíos, fue totalmente diferente. Expulsados por los romanos, se esparcieron por toda Europa, en los que se llamó su “Diáspora”. Ni conquistadores ni conquistados, formaron comunidades pacíficas y exitosas, descollando en las ciencias, las artes, el comercio y las finanzas. Manteniendo su identidad y sus costumbres fueron fácilmente identificables. Siendo al mismo tiempo exitosos, fueron también envidiados y luego, injustamente perseguidos. Y a veces, masacrados o expulsados:
Ejemplo: Inglaterra 1290; Francia: 1240, 1306; España: 1391, 1492, 1720. Alemania 1096, 1243, 1519; persecuciones constantes (Progroms) en Rusia y Polonia; matanzas (conjuntamente con musulmanes) en la Inquisición y en las Cruzadas; hasta llegar con el abominable Holocausto de Hitler y sus secuaces, en los tristemente célebres Campamentos de exterminio de la Alemania Nazi, Cristiana y Europea.
Para justificar las persecuciones, tortura, expropiaciones y matanzas, los judíos por su raza y religión diferentes, eran señalados con cuanto defecto humano existiese y se les atribuía injustamente la causa de todos los males..
Con la derrota de Hitler; en 1944 los judíos dejaron de ser perseguidos. Y se buscó un nuevo chivo expiatorio: El Islam y por derivada, la nación árabe.
El problema es así confrontativo y también de desinformación.
Como no podemos influir en los Gobiernos, no tocaremos la política mundial sobre este tema, al menos por ahora y trataremos de aclarar dudas individuales, anteponiendo la información veraz a la desinformación acostumbrada.
…Este programa de Aclarando Conceptos, está abierto a la verdad y el razonamiento: como ya lo decía antes William Drumond: El que no quiere razonar es un fanático; el que no sabe razonar es un necio; el que no se atreve a razonar, es un esclavo. Y como lo dijo Jesús de Nazareth en el Evangelio de San Juan: La verdad, os hará libres.