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Ministerio de Hacienda y Aduanas.

MARTES 2 DE OCTUBRE DE 2007.

Ministerio de Hacienda y Aduanas.

En octubre/2006, en 2 programas de Aclarando Conceptos, hablé de la presión desproporcionada del Ministerio de Hacienda, especialmente contra pequeños, medianos e incluso grandes empresarios; estos últimos tan sólo cuando no forman parte del selecto grupo de intocables, privilegiados o protegidos; y también, de serios problemas a la hora de registrar mercaderías, en las aduanas; por trabas injustificadas; presiones exageradas y atrasos inexplicables en las “cambiantes” aduanas.
En ciertos casos, actuando (las aduanas) con excesos y en otros, con inexcusables defectos. Rigidez absoluta en ciertos casos y tolerancia extrema, en otros.
…Como he repetido muchas veces: en nuestro querido País, no importa lo que se haga; sino quien lo haga!...
Hoy, en octubre/2007, aproximadamente un año después, la situación en el caso de las Aduanas se mantiene en su mismo nivel problemático; pero en el caso de las revisiones fiscales de Hacienda, el problema se complica, porque el acoso fiscal se ha incrementado.
El Gobierno se resiste a incrementar los impuestos (tal parece que esa impopular decisión se la pretende trasladar al nuevo Gobierno); y de esa forma, al no aprobarse nuevos impuestos, la política Fiscal está basada en el cumplimiento del pago de los impuestos y su supervisión permanente. Sin embargo, la supervisión fiscal de los pequeños y medianos empresarios, no debe dar lugar al acoso fiscal, como a veces se observa. O a la presión exagerada sobre la “competencia no deseada” o sobre los “inconformes manifiestos”…
No sólo se trata de justicia social, sino de eficiencia empresarial. Dado el número siempre deficitario de inspectores fiscales; la utilización exagerada de dichos inspectores para presionar repetidamente a una empresa señalada, realizando “una cacería de brujas” debe verse también como una relación costo-beneficio; ya de que por acosar a una empresa, más allá de la normalidad, se dejan de visitar y revisar muchos potenciales evasores… Tal parece que muchas veces la revisión, también tiene un porcentaje apreciable de presión política…
Fuera de ello, dada las circunstancias desfavorables de la micro, pequeña y mediana empresa, incluyendo la violencia y la delincuencia y el bajo nivel adquisitivo del pueblo, lo que genera disminución de las ventas y aumento de gastos, una política restrictiva y persecutiva, más allá de los límites normales, de parte de las instancias gubernamentales; no sólo genera pesimismo; sino que puede hacer cerrar definitivamente a las empresas tambaleantes, que no son pocas… Demás está decirlo, que la Empresa privada es un motor de desarrollo nacional y debe ser fomentada, o al menos, no perseguida.
Es cierto que el Gobierno necesita ingresos, pero estos se logran automáticamente con una sana economía y fomentando la actividad económica, no restringiéndola…
Estamos claros que se necesita transparencia, tanto del sector privado, a la hora de pagar, como la del sector gubernamental (en todas sus instancias) a la hora de administrar; pero hay una serie de situaciones; donde parece que la fiscalización obedece a multas pre-establecidas. El Fisco presiona para que se pague, utilizando amenazas; “sombrerazos”, tiempos inadecuados; inasistencia a las citas; amenazas, previa a vacaciones o fines de semana (logrando amargárselas, al menos a los timoratos); y persistentemente, hasta hacer pagar por miedo o por cansancio.
Muchos inspectores de Hacienda, ante la plática a conciencia reconocen las planteadas “injusticias” pero alegan orden superior… Otros manifiestan que la política es revisar e insistir, para luego retirarse. Para aparecer después realizando el proceso inverso. Insistiendo primero y revisando después, hasta que el contribuyente pague.
…Esto puede producir mayores ingresos a corto plazo, pero se deteriora la eficiencia de los ingresos a mediano plazo…
Muchos empresarios y profesionales, con sus clínicas o despachos u oficinas están ya retirándose e incluso emigrando, a buscar soñar en otra parte y el fisco, a pesar de su dureza; en el próximo futuro, recaudaría menos, por que habrán menos ingresos que gravar y menos contribuyentes que declaren.
A eso se le agrega que estamos entrando a un período preelectoral; y el comportamiento de Hacienda, exageradamente inquisitivo; con la mayoría de empresarios, siendo una realidad, neutralizaría cualquier ventaja propagandística, de Arena, de presentar al Supremo Gobierno como protector de la Empresa privada Vs. un posible Gobierno del Frente, el cual se piensa señalar como anti-empresarial. Siendo algo a futuro, tan sólo sería una posibilidad; o al máximo, una probabilidad; versus la situación actual que es real y permanente.
De allí que ese acoso permanente sobre la casi totalidad de empresarios, no sólo es una injusticia evidente, sino que una ingenuidad política.
Es cierto que la gran empresa y las transnacionales están satisfechas; pero aunque de mayor volumen económico, no aportan votos de calidad, los cuales fueron eliminados desde la Revolución Francesa. Todos los votos son iguales y son muchos más, los medianamente ricos; los medianamente pobres y los simplemente pobres; que continúan decepcionándose ante tantas promesas incumplidas.
Al acoso fiscal se suma las deficientes aduanas; las que obstaculizan la importación legal de mercaderías, gravando con multas, pequeños faltantes, muchas veces producto de sustracciones internas en las mismas aduanas, y atrasando los registros con cargas de almacenaje excesivas y controles exagerados. Una aduana exigente y estricta en algunos casos y tolerante, liviana y descontrolada, en otros casos.
¡Es fácil diferenciar cuándo hay evasión intencional o cuándo existe un pequeño error sin consecuencia!
A eso se le suma la persecución sobre el empleo informal; la subida inmisericorde de los servicios; la injusticia sobre los lancheros artesanales; la contaminación inmisericorde sobre grandes poblaciones; los salarios congelados, la delincuencia, el desempleo; el aumento en el costo de la vida, la carencia de medicinas, etc., etc., etc.
Posibles votos de resentimiento, que pueden pesar negativamente, lamentando luego, por no prevenir.Gasten menos, negocien mejor y hagan conciencia con el gran capital, nacional y extranjero, para que tengan mayor responsabilidad fiscal. Así Hacienda talvez dejaría de acosar a los medianos y perseguir a los micro y pequeños empresarios.