Desinformación sobre temas árabes y musulmanes
Miercoles 8 de Noviembre de 2006.-
Es lamentable ver la ligereza con la cual se trata los temas árabes y musulmanes y peor aún, las equivocaciones o tergiversaciones de los que se autodenominan eruditos en dichos temas, que tan sólo pasan la prueba ácida (de la actitud de los tele-espectadores o incluso lectores) debido al casi total desconocimiento de dichos temas por la mayoría de los salvadoreños.
Hasta el día de ayer logramos observar una copia de una entrevista de televisión del 26.Sep.06, donde a un representante religioso católico se le preguntaba sobre el Islam, el profeta Muhammad y el Corán, un tema que definitivamente no conocía.
En dicha intervención mencionó que el Corán prohibía la violencia (lo cual es cierto),; pero que el Profeta Mahoma en su tercera etapa de su vida cuando estaba investido de poder, ordenó: la violencia y obligar a la fuerza a los árabes en tierras árabes a convertirse al Islam. Eso es totalmente falso como a continuación aclaramos:
Nada de los libros y decretos auxiliares puede contradecir al Corán, que es el libro máximo del Islam; y que constituye las palabras de Dios a través del profeta Muhammad y que no puede, ni cambiarse un punto, ni una letra, ni un signo (como también se menciona en la Biblia, aunque no se ha cumplido). De la misma forma los salmos de David; el Evangelio de Jesucristo y la Torá de Moisés, son revelaciones de Dios a través de ellos.
Los otros libros del Islam son inspirados por Dios; pero no son la palabra directa de Dios y por consiguiente no puede una disposición de ellos ser considerada válida si va en contra del Sagrado Corán. En el Capítulo 2 Versículo 256 se menciona claramente que no se puede obligar a alguien a cambiar de religión. Y esto es para todos y un deber de todo musulmán.
¿Cómo puede el Enviado de Dios, el profeta Muhammad, a quién Dios escogió para decretar el Corán; cambiar este mandato divino?
Aceptar que el Corán prohíbe la violencia y decir que Mahoma lo proponía es un error claro, imperdonable para los malintencionados; pero nosotros consideramos que es desconocimiento del entrevistado; que ha debido leer un libro de un malintencionado.
Incluso la toma de la Meca no representó ningún derramamiento de sangre, ni siquiera una gota, a pesar que el profeta tenía el poder para tomarla por la fuerza. La tolerancia, la paz, la hermandad, la concordia son fundamentos del Sagrado Corán y por consiguiente de los lineamientos del profeta Muhammad. Hay numerosas comunidades cristianas en el mundo musulmán y existen desde antes del Islam y se mantienen intactas aún después de éste y hasta nuestros días. Las iglesias cristianas incluyendo la Iglesia de la Natividad en Belén y la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, se han mantenido incólumes en Tierra Santa y nunca fueron convertidas a mezquitas. Sin embargo, las 2 más sagradas mezquitas de Jerusalén sí fueron convertidas en Iglesias cristianas durante el periodo del Reino Latino de Jerusalén.
El Sagrado Corán es un libro revelado directamente de Dios a través del Profeta Muhammad (Mahoma) y no puede contradecirse. Luego vienen los Hádices (lo que el Profeta dijo) y el Sunnah (que es lo que el Profeta hacía); que son actitudes y dichos del Profeta; si bien, inspirados por Dios.
Todos hablan de tolerancia y ninguno habla de obligar a alguien a cambiar de religión. Incluso, todos los hádices del profeta incluyendo su edicto relativo a la relación con judíos, y cristianos, ordenados por el profeta Muhammad hasta el final de los tiempos, habla de la protección de los religiosos, sacerdotes, monjas, y rabinos, sus pertenencias, sus casas, sus templos, etc.
Fueron los cristianos los que empezaron a perseguir musulmanes. El mismo Manuel Paleólogo II citado por el Papa Benedicto XVI, a pesar de ser sometido por los musulmanes no fue obligado a cambiar su religión y murió retirado en un monasterio cristiano ortodoxo. Este mismo emperador, aprovechando de una debilidad transitoria del imperio otomano durante su derrota con los mongoles, quemó las mezquitas menores; transformó las mezquitas mayores en iglesias cristianas y expulsó a todos los musulmanes de Bizancio. Lo mismo pasó en las cruzadas, la expulsión de judíos y musulmanes de España y Portugal, sur de Italia e Islas del Mediterráneo, etc.
El termino Sirá que menciona el entrevistado y que también llama Sirak y Shira no sabemos si se refiere a la Sharía o Jurisprudencia Islámica o a la Sira o Biografía del Profeta. Ambos tienen que estar basados en el Corán, los Hádices y el Sunna, que prohíben la conversión obligatoria a cualquier religión incluyendo el Islam.
En cuanto a la definición de Yijad, fue traducido incorrectamente por los cruzados como guerra santa. El término Yijad es lucha interior y no guerra y constituye el cambio interior primero y luego la lucha defensiva contra el opresor o el invasor. No se permiten las guerras de agresión ni el ataque de civiles indefensos.
En cuanto a los ataques que periódicamente salen en El Diario de Hoy contra los árabes y su cultura; los palestinos y su patria y los musulmanes y su religión con estereotipos repetidos y trillados; ya nosotros los hemos contestado en sendos programas de Aclarando Conceptos. Repetirlos ahora sería continuar con más de lo mismo y entrar en una discusión de disco rayado que no nos interesa. No hay casi nada nuevo en los ataques: lo mismo de siempre. Solo una nueva aseveración equivocada: no somos mahometanos; sino que musulmanes. No seguimos a Mahoma, sino a Dios y sólo a él nos sometemos y adoramos. Ahora bien, si lo que se pretende es ofendernos, pierden su tiempo. Nosotros somos musulmanes occidentales del siglo XXI, pero embebidos de un espíritu de amplitud, conocimiento y tolerancia de los primeros siglos del islamismo. Y cuando alguien no sabe, le aclaramos. Si está perdido, le orientamos; pero si no sabe y no sabe que no sabe y no quiere aprender sobre el Islam, nos apartamos.
La persona que ofende puede continuar en sus ofensas; y el que se equivoca sin mala intención puede seguir equivocándose, si lo desea. Nosotros simplemente al analizar su contenido lo aprobamos o descalificamos. Y luego aclaramos.
Mañana hablaremos en forma positiva, sobre el Islam, el Corán y los musulmanes, si Dios nos lo permite.
Es lamentable ver la ligereza con la cual se trata los temas árabes y musulmanes y peor aún, las equivocaciones o tergiversaciones de los que se autodenominan eruditos en dichos temas, que tan sólo pasan la prueba ácida (de la actitud de los tele-espectadores o incluso lectores) debido al casi total desconocimiento de dichos temas por la mayoría de los salvadoreños.
Hasta el día de ayer logramos observar una copia de una entrevista de televisión del 26.Sep.06, donde a un representante religioso católico se le preguntaba sobre el Islam, el profeta Muhammad y el Corán, un tema que definitivamente no conocía.
En dicha intervención mencionó que el Corán prohibía la violencia (lo cual es cierto),; pero que el Profeta Mahoma en su tercera etapa de su vida cuando estaba investido de poder, ordenó: la violencia y obligar a la fuerza a los árabes en tierras árabes a convertirse al Islam. Eso es totalmente falso como a continuación aclaramos:
Nada de los libros y decretos auxiliares puede contradecir al Corán, que es el libro máximo del Islam; y que constituye las palabras de Dios a través del profeta Muhammad y que no puede, ni cambiarse un punto, ni una letra, ni un signo (como también se menciona en la Biblia, aunque no se ha cumplido). De la misma forma los salmos de David; el Evangelio de Jesucristo y la Torá de Moisés, son revelaciones de Dios a través de ellos.
Los otros libros del Islam son inspirados por Dios; pero no son la palabra directa de Dios y por consiguiente no puede una disposición de ellos ser considerada válida si va en contra del Sagrado Corán. En el Capítulo 2 Versículo 256 se menciona claramente que no se puede obligar a alguien a cambiar de religión. Y esto es para todos y un deber de todo musulmán.
¿Cómo puede el Enviado de Dios, el profeta Muhammad, a quién Dios escogió para decretar el Corán; cambiar este mandato divino?
Aceptar que el Corán prohíbe la violencia y decir que Mahoma lo proponía es un error claro, imperdonable para los malintencionados; pero nosotros consideramos que es desconocimiento del entrevistado; que ha debido leer un libro de un malintencionado.
Incluso la toma de la Meca no representó ningún derramamiento de sangre, ni siquiera una gota, a pesar que el profeta tenía el poder para tomarla por la fuerza. La tolerancia, la paz, la hermandad, la concordia son fundamentos del Sagrado Corán y por consiguiente de los lineamientos del profeta Muhammad. Hay numerosas comunidades cristianas en el mundo musulmán y existen desde antes del Islam y se mantienen intactas aún después de éste y hasta nuestros días. Las iglesias cristianas incluyendo la Iglesia de la Natividad en Belén y la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, se han mantenido incólumes en Tierra Santa y nunca fueron convertidas a mezquitas. Sin embargo, las 2 más sagradas mezquitas de Jerusalén sí fueron convertidas en Iglesias cristianas durante el periodo del Reino Latino de Jerusalén.
El Sagrado Corán es un libro revelado directamente de Dios a través del Profeta Muhammad (Mahoma) y no puede contradecirse. Luego vienen los Hádices (lo que el Profeta dijo) y el Sunnah (que es lo que el Profeta hacía); que son actitudes y dichos del Profeta; si bien, inspirados por Dios.
Todos hablan de tolerancia y ninguno habla de obligar a alguien a cambiar de religión. Incluso, todos los hádices del profeta incluyendo su edicto relativo a la relación con judíos, y cristianos, ordenados por el profeta Muhammad hasta el final de los tiempos, habla de la protección de los religiosos, sacerdotes, monjas, y rabinos, sus pertenencias, sus casas, sus templos, etc.
Fueron los cristianos los que empezaron a perseguir musulmanes. El mismo Manuel Paleólogo II citado por el Papa Benedicto XVI, a pesar de ser sometido por los musulmanes no fue obligado a cambiar su religión y murió retirado en un monasterio cristiano ortodoxo. Este mismo emperador, aprovechando de una debilidad transitoria del imperio otomano durante su derrota con los mongoles, quemó las mezquitas menores; transformó las mezquitas mayores en iglesias cristianas y expulsó a todos los musulmanes de Bizancio. Lo mismo pasó en las cruzadas, la expulsión de judíos y musulmanes de España y Portugal, sur de Italia e Islas del Mediterráneo, etc.
El termino Sirá que menciona el entrevistado y que también llama Sirak y Shira no sabemos si se refiere a la Sharía o Jurisprudencia Islámica o a la Sira o Biografía del Profeta. Ambos tienen que estar basados en el Corán, los Hádices y el Sunna, que prohíben la conversión obligatoria a cualquier religión incluyendo el Islam.
En cuanto a la definición de Yijad, fue traducido incorrectamente por los cruzados como guerra santa. El término Yijad es lucha interior y no guerra y constituye el cambio interior primero y luego la lucha defensiva contra el opresor o el invasor. No se permiten las guerras de agresión ni el ataque de civiles indefensos.
En cuanto a los ataques que periódicamente salen en El Diario de Hoy contra los árabes y su cultura; los palestinos y su patria y los musulmanes y su religión con estereotipos repetidos y trillados; ya nosotros los hemos contestado en sendos programas de Aclarando Conceptos. Repetirlos ahora sería continuar con más de lo mismo y entrar en una discusión de disco rayado que no nos interesa. No hay casi nada nuevo en los ataques: lo mismo de siempre. Solo una nueva aseveración equivocada: no somos mahometanos; sino que musulmanes. No seguimos a Mahoma, sino a Dios y sólo a él nos sometemos y adoramos. Ahora bien, si lo que se pretende es ofendernos, pierden su tiempo. Nosotros somos musulmanes occidentales del siglo XXI, pero embebidos de un espíritu de amplitud, conocimiento y tolerancia de los primeros siglos del islamismo. Y cuando alguien no sabe, le aclaramos. Si está perdido, le orientamos; pero si no sabe y no sabe que no sabe y no quiere aprender sobre el Islam, nos apartamos.
La persona que ofende puede continuar en sus ofensas; y el que se equivoca sin mala intención puede seguir equivocándose, si lo desea. Nosotros simplemente al analizar su contenido lo aprobamos o descalificamos. Y luego aclaramos.
Mañana hablaremos en forma positiva, sobre el Islam, el Corán y los musulmanes, si Dios nos lo permite.