La Paz
Martes 16 de Enero de 2007.-
El 16 de marzo de 1992, hace 15 años, se firmaron los Acuerdos de Paz, fecha histórica y trascendental en la historia de nuestro País, donde se dieron los primeros pasos para una paz duradera; la cual tenía luego que buscarse, encontrarse, fortificarse y consolidarse. El fin del conflicto armado y la apertura democrático-política fueron 2 triunfos espectaculares. Sin embargo, mucho tiene que hacerse para encontrar la paz verdadera… Una paz que se encuentra sostenida por 4 pilares fundamentales: justicia, libertad, verdad e igualdad y basados en una premisa fundamental: el amor…
Como el Gran Maestro Mahamma Ghandi decía: No hay camino para la paz; la paz es el camino. Este camino es así una tendencia hacia la perfección, sin encontrarla nunca, totalmente.
Sin embargo, podemos tratar de cambiar, de ser cada día mejores, de buscar el reino de Dios y su justicia; de tratar de hacer el bien y evitar el mal. Como bien dice el refrán: Nadie hace el bien de la misma manera, pero el resultado son la paz y el orden; nadie hace el mal de la misma manera pero el resultado son las perturbaciones.
Si bien es necesario luchar para esta vida, eso es, satisfacer todas nuestras necesidades materiales (y también espirituales); no debemos olvidarnos que también debemos luchar para la otra y que si podemos torcer la vara de la justicia terrenal; nos caerá implacable la “vara” de la justicia divina – la del Gran Juez – en manos del Dios vivo.
Recordemos que Dios es todo misericordioso, pero también es justo y la justicia divina – es implacable.
Dios nos quiso hacer diferentes, pero tenemos que saber administrar nuestras diferencias. Nos hizo también seres sociales y tenemos que aprender a vivir en convivencia. Tenemos que aprender a vivir en paz; con tolerancia y con concordia, en todos los aspectos: político, religioso, económico, racial, etc.
El fanatismo es causa de toda violencia. El fanático que cree únicamente en su fe o en sus principios y no tolera que otro piense diferente a él, está perdido; aunque él se cree iluminado y escogido o salvo.
Pero esta violencia no es solamente física sino que también ideológica. Tan violento y fanático es aquel que atenta físicamente, como aquel que tomando el papel de Dios, juzga a su prójimo y lo manda irremediablemente al infierno.
Son los que únicamente ellos se salvan; son los que no escatiman esfuerzos para considerar a los otros que están condenados a una vida de sufrimiento para toda la eternidad.
Hay otros que tratan de dañar a un tercero y a veces, sin tan siquiera recibir un beneficio personal; sólo a la “satisfacción” del dolor ajeno.
A esas personas, el gran Maestro José Ingenieros, llama: “los contrabandistas de la vida, los que faltos de personalidad son sólo eco, los que no tienen líneas propias, ni en su propia sombra. ¡Debemos orar por ellos! Porque creyendo estar en la verdad, no oirán consejos.
¡No saben y no saben que no saben!
Tanto más necesario se hace, que los dirigentes orienten a sus seguidores en un camino de paz y tolerancia; y antes que eso, traten de obtener un sólido y adecuado conocimiento mutuo; porque muchas veces la ignorancia revestida de sabiduría, es la causa primera de la intolerancia. Fuera de ello, es necesario que los medios de comunicación informen con objetividad.
Y los que piensen diferentes deben buscar los puntos de concordia entre nuestras diferencias; empezando con el diálogo, el acercamiento, tolerancia, solidaridad y hermandad, dejando a un lado el sectarismo fanático y el dogmatismo ciego; trayendo un poco de unión, en nuestro mundo en crisis y nuestro país dividido y confrontado. Como una demostración manifiesta de paz, para ser puesta como ejemplo y referencia a nivel mundial.
Debemos recordar las palabras de Albert Einstein:
“El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad”.
La sumatoria de las acciones positivas en absoluta convergencia, nos da un comportamiento colectivo ejemplar.
Los políticos partidaristas deben también comprender que la confrontación debe existir únicamente durante la campaña electoral y que luego tiene que haber un diálogo y una crítica constructiva.
Los Gobiernos deben comprender que se debe gobernar para todo el pueblo, no sólo para sus simpatizantes.
…Como Iglesia Islámica fuimos invitados a la celebración de los Acuerdos de Paz el Sábado 13 de enero en el Estadio Mágico González. Nos agradó el espíritu de tolerancia y concordia. Nadie se agenció triunfos partidarios, no hubo propaganda parcializada, ni los slogans ni estribillos del Gobierno fueron mencionados. Incluso el discurso del Presidente Saca fue ecuánime y centrado. Como lo criticamos cuando el discurso lo parcializa, tenemos que felicitarlo ahora que no lo hizo. También se nos dice que en España, la celebración fue un éxito, con excepción de haber discriminado a Megavisión, aunque a último momento se intentó subsanar. Ojala que la apertura política y tolerancia religiosa sea la tónica del próximo futuro…
Si hay un espíritu de colaboración multipartidista y multisectorial las negatividades de nuestro país y de nuestro pueblo, pueden trasmutarse. La fuerza de los problemas puede ser la fuerza de las soluciones.
La necesidad de disminuir la delincuencia y de salir de nuestro subdesarrollo histórico, nos obligan a la convivencia. Tenemos que eliminar la eterna disputa y buscar fórmulas de entendimiento y acción conjunta.
También debemos apostarle a la educación y al establecimiento de una cultura de paz.
El 16 de marzo de 1992, hace 15 años, se firmaron los Acuerdos de Paz, fecha histórica y trascendental en la historia de nuestro País, donde se dieron los primeros pasos para una paz duradera; la cual tenía luego que buscarse, encontrarse, fortificarse y consolidarse. El fin del conflicto armado y la apertura democrático-política fueron 2 triunfos espectaculares. Sin embargo, mucho tiene que hacerse para encontrar la paz verdadera… Una paz que se encuentra sostenida por 4 pilares fundamentales: justicia, libertad, verdad e igualdad y basados en una premisa fundamental: el amor…
Como el Gran Maestro Mahamma Ghandi decía: No hay camino para la paz; la paz es el camino. Este camino es así una tendencia hacia la perfección, sin encontrarla nunca, totalmente.
Sin embargo, podemos tratar de cambiar, de ser cada día mejores, de buscar el reino de Dios y su justicia; de tratar de hacer el bien y evitar el mal. Como bien dice el refrán: Nadie hace el bien de la misma manera, pero el resultado son la paz y el orden; nadie hace el mal de la misma manera pero el resultado son las perturbaciones.
Si bien es necesario luchar para esta vida, eso es, satisfacer todas nuestras necesidades materiales (y también espirituales); no debemos olvidarnos que también debemos luchar para la otra y que si podemos torcer la vara de la justicia terrenal; nos caerá implacable la “vara” de la justicia divina – la del Gran Juez – en manos del Dios vivo.
Recordemos que Dios es todo misericordioso, pero también es justo y la justicia divina – es implacable.
Dios nos quiso hacer diferentes, pero tenemos que saber administrar nuestras diferencias. Nos hizo también seres sociales y tenemos que aprender a vivir en convivencia. Tenemos que aprender a vivir en paz; con tolerancia y con concordia, en todos los aspectos: político, religioso, económico, racial, etc.
El fanatismo es causa de toda violencia. El fanático que cree únicamente en su fe o en sus principios y no tolera que otro piense diferente a él, está perdido; aunque él se cree iluminado y escogido o salvo.
Pero esta violencia no es solamente física sino que también ideológica. Tan violento y fanático es aquel que atenta físicamente, como aquel que tomando el papel de Dios, juzga a su prójimo y lo manda irremediablemente al infierno.
Son los que únicamente ellos se salvan; son los que no escatiman esfuerzos para considerar a los otros que están condenados a una vida de sufrimiento para toda la eternidad.
Hay otros que tratan de dañar a un tercero y a veces, sin tan siquiera recibir un beneficio personal; sólo a la “satisfacción” del dolor ajeno.
A esas personas, el gran Maestro José Ingenieros, llama: “los contrabandistas de la vida, los que faltos de personalidad son sólo eco, los que no tienen líneas propias, ni en su propia sombra. ¡Debemos orar por ellos! Porque creyendo estar en la verdad, no oirán consejos.
¡No saben y no saben que no saben!
Tanto más necesario se hace, que los dirigentes orienten a sus seguidores en un camino de paz y tolerancia; y antes que eso, traten de obtener un sólido y adecuado conocimiento mutuo; porque muchas veces la ignorancia revestida de sabiduría, es la causa primera de la intolerancia. Fuera de ello, es necesario que los medios de comunicación informen con objetividad.
Y los que piensen diferentes deben buscar los puntos de concordia entre nuestras diferencias; empezando con el diálogo, el acercamiento, tolerancia, solidaridad y hermandad, dejando a un lado el sectarismo fanático y el dogmatismo ciego; trayendo un poco de unión, en nuestro mundo en crisis y nuestro país dividido y confrontado. Como una demostración manifiesta de paz, para ser puesta como ejemplo y referencia a nivel mundial.
Debemos recordar las palabras de Albert Einstein:
“El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad”.
La sumatoria de las acciones positivas en absoluta convergencia, nos da un comportamiento colectivo ejemplar.
Los políticos partidaristas deben también comprender que la confrontación debe existir únicamente durante la campaña electoral y que luego tiene que haber un diálogo y una crítica constructiva.
Los Gobiernos deben comprender que se debe gobernar para todo el pueblo, no sólo para sus simpatizantes.
…Como Iglesia Islámica fuimos invitados a la celebración de los Acuerdos de Paz el Sábado 13 de enero en el Estadio Mágico González. Nos agradó el espíritu de tolerancia y concordia. Nadie se agenció triunfos partidarios, no hubo propaganda parcializada, ni los slogans ni estribillos del Gobierno fueron mencionados. Incluso el discurso del Presidente Saca fue ecuánime y centrado. Como lo criticamos cuando el discurso lo parcializa, tenemos que felicitarlo ahora que no lo hizo. También se nos dice que en España, la celebración fue un éxito, con excepción de haber discriminado a Megavisión, aunque a último momento se intentó subsanar. Ojala que la apertura política y tolerancia religiosa sea la tónica del próximo futuro…
Si hay un espíritu de colaboración multipartidista y multisectorial las negatividades de nuestro país y de nuestro pueblo, pueden trasmutarse. La fuerza de los problemas puede ser la fuerza de las soluciones.
La necesidad de disminuir la delincuencia y de salir de nuestro subdesarrollo histórico, nos obligan a la convivencia. Tenemos que eliminar la eterna disputa y buscar fórmulas de entendimiento y acción conjunta.
También debemos apostarle a la educación y al establecimiento de una cultura de paz.