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El Rey está desnudo

Lunes, 31 de diciembre de 2007.

Hans Christian-Andersen, es el escritor más universal de Dinamarca, nacido el 02 de abril de 1805, sus obras, principalmente cuentos, han sido traducidas a 146 idiomas. Entre ellas: La Sirenita (que constituye a su vez el símbolo escultórico de Copenhagen, la capital de Dinamarca; El Soldadito de Plomo; el Patito Feo, La Niña de los Fósforos; La Reina de las Nieves; El Niño Moribundo, El Improvisador y muchas obras más.

Su obra “El Traje nuevo del Emperador” (conocido también como “EL Rey está Desnudo”, es una obra maestra, que se convirtió en sinónimo de la vanidad humana y un aviso claro para los que detentan el poder, que no se desubiquen por los aduladores - que abundan en estas esferas – y se crean investidos de divinos poderes. Ser grande y al mismo tiempo humilde, es la más grande de las virtudes. He aquí su argumento resumido:

Hace muchos años había un Emperador vanidoso que se creía lo mejor del mundo. Nadie osaba contradecirle. No soportaba crítica alguna. El era todo: El más capaz, el más elegante, el más apto. Tenia una afición desmedida por la ropa nueva y le gustaba exhibirla y exhibirse.

Un día llegaron 2 estafadores haciéndose pasar por tejedores, asegurando que podían tejer la más maravillosas telas.

No sólo los colores y diseños eran hermosísimos, sino que las prendas confeccionadas por dichas telas poseían la curiosa disposición de ser invisibles ante los ignorantes, o ineptos o irremediablemente tontos.

¡Deben ser magníficos vestidos, pensó el Emperador! Si los tuviese podría averiguar que funcionarios del reino son ineptos o ignorantes. Podría distinguir entre los inteligentes y los tontos. Sin darse cuenta que el más tonto era él, al creer en semejante mentira.

Mandó a los dos pícaros a hacer la tela y les adelantó una considerable suma en efectivo.

Ellos montaron un telar y simularon que trabajaban, pero no tenían nada en la máquina. A pesar de ello se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de mejor calidad, el cual se embolsaban, mientras aparentaban que trabajaban en los telares vacíos.

“Me gustaría saber si avanzan con la tela” dijo el Rey y envió a su Ministro más cercano, el cual al acercarse no vio nada. El Ministro pensó: Ni tonto voy a contradecir al Rey; y el empleo que tengo no lo suelto. Y se deshizo en alabanzas de la tela que no veía.

…El emperador envió luego a otros funcionarios, los cuales – unos por seguirle la corriente (los pícaros) y otros más ignorantes, para que no se dieran cuenta que por tontos, no la veían – manifestaban lo admirable de la tela. Una hábil propaganda hizo que todos los pobladores hablaran de la magnífica tela del Emperador.

Al final éste se dispuso a ver la tela con todo su séquito, los cuales, por algunas de las razones anteriormente expuestas aplaudían la tela.

¿Cómo, pensó el Emperador? ¡Yo no veo nada! Esto es terrible! ¿Seré tonto? ¿Acaso no sirvo para Emperador? ¡Sería espantoso!

¡Oh si, es muy bonita! dijo. Me gusta, la apruebo. Y con un gesto de agrado miraba el telar vacío. No quería confesar que no veía nada. ¡Es preciosa, elegantísima, estupenda! Eso, corría de boca en boca y todo el mundo parecía extasiado con ella.

Esa noche, “los pícaros” trabajarían “la tela” y “harían” el traje del Emperador. Al día siguiente, llegó el Emperador en compañía de sus máximos allegados; y los 2 truhanes, levantando los brazos, como si sostuviesen algo, dijeron:

…Estos son los pantalones. Ahí está la capa. Aquí tenéis el manto. Las prendas son ligeras, como su fuesen telaraña; uno creería no llevar nada sobre el cuerpo; más precisamente esto es lo bueno de la tela., dijeron

Sí, asistieron todos los cortesanos, a pesar de que no verían nada, pues nada había.

¿Quiere dignarse vuestra Majestad quitarse el traje que lleva, dijeron los 2 bribones, para que podamos vestiros el nuevo, delante del espejo?

Se quitó el Emperador sus prendas, aunque suponemos que no los calzoncillos, y los 2 simularon ponerle las diversas prendas del vestido nuevo. ¡Dios y qué bien le sienta! ¡Le va estupendamente! ¡Que preciosos los vestidos del Emperador! ¡Que hermoso es todo! Nuestro Emperador es el mejor del mundo: El más elegante, el más distinguido, el más sabio, el mejor orador, el más bueno…

… El Emperador ya se creía todo: De una mentira repetida muchas veces, algo queda. Y si se tiene megalomanía o complejo de superioridad, queda todo. Además, la propaganda repetida, crea ilusiones. Y al final se cree todo…

Y así, a los pícaros que sabían que todo era una farsa y que adulaban al Emperador y a los tontos e ignorantes, que aunque no veían nada, decían que veían para no demostrar su torpeza; se unían: los que les gusta ser rebaño y pensar siempre con la cabeza de otros y los que sucumben a la mentira propalada muchas veces que termina para ellos siendo verdad. En este último caso se encontraba el Emperador, con una característica secundaria original; el gusto por la adulación. ¿A quién no le gusta ser distinguido, elegante, culto e inteligente? Los aduladores existen y se multiplican, porque a los adulados les gusta creer sus fantasías.

¡Pero si no lleva nada! Exclamó de pronto un niño!…

… ¡Pero si no lleva nada, gritó al fin el pueblo entero…

La mentira tiene patas cortas y la verdad, tarde o temprano siempre la alcanza…

Aquello inquietó al Emperador. ¿El pueblo tendría razón? Más pensó: hay que aguantar hasta el fin y siguió más altivo que antes y los ayudantes continuaron sosteniendo la cola del inexistente vestuario… ¿Qué pasó después? El cuento allí termina. Este cuento no tiene un final contundente. Puedo ponerle un final que encaje; pero prefiero, en estos tiempos donde todo el mundo habla de democracia; que cada estimado tele-audiente le ponga el desenlace que desee.

Sólo un final consejo para todos, los que en alguna forma detentan el poder: Todos los días hay que lavarse simbólicamente las manos, cerebro y corazón, ya que el poder, es viscoso y se adhiere.

Hay que tratar de que el poder no nos pierda y desubique, y también hay que recordar que todo poder termina más temprano que tarde.

Entendimiento Religioso

Viernes, 28 de diciembre de 2007.


El mundo entero – y nuestro querido país no es la excepción – no es lugar de armonía, comprensión y tolerancia, si no todo lo contrario.

Es vivero de división, de violencia, de desunión, de guerra, de destrucción, de injusticia, de intransigencia. Y estos enfrentamientos no sólo se dan en los campos financieros, económicos o políticos, si no incluso, y últimamente con mayor incidencia en lo religioso. A veces se atenta derramando sangre; pero otras veces, utilizando tinta.

Por eso, bien se dice que “la palabra es más poderosa que el cañón”. De allí es que hay que ser muy cuidadoso a la hora de restañar viejas heridas, sobre todo, cuando se consideraban definitivamente superadas.

…Hans Küng, teólogo e historiador de las religiones, colega y amigo durante años del Cardenal Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) en la Universidad Alemana de Tubinga, manifiesta sus famosas frases programáticas: “No habrá paz entre naciones sin paz entre las religiones. No habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones. No habrá dialogo entre las religiones si no se investigan los fundamentos de las religiones. Y a eso agrega: El problema que se presenta es el fanatismo religioso, el cual se encuentra en todas las religiones y yo agrego, y también entre los que no creen en ellas.

“Si estoy sentado a la misma mesa continúa diciendo Hans Küng con judíos y musulmanes, tengo que partir de que cada una de las 3 religiones es para sus seguidores una religión verdadera. Eso tengo que aceptarlo también como cristiano”, y luego agrega:

“Si se adopta la perspectiva interna, está claro que cada uno de los representantes de estas religiones tiene, al igual que yo, su propia convicción y fe, una convicción que bajo ningún concepto querría sacrificar simplemente por amor a la paz. Para mí, como cristiano, dice Hans Küng, Jesucristo significa “el camino, la verdad y la vida”, pero al mismo tiempo reconozco que “el camino, la verdad y la vida” son para el judío, la Torá y para el musulmán, el Corán. De esta manera es posible una convivencia basada en el mutuo respeto”…

Por el contrario, el fanatismo es causa de toda la violencia. Los fanáticos que creen únicamente en su fe o sus principios y no toleran que otros piensen diferentes a ellos, están perdidos; y por sus métodos desproporcionados y violentos, están afuera incluso del mismo grupo religioso, que dicen representar. En esta vorágine de negatividades, tanto más necesario se hace, que los dirigentes religiosos orienten a sus seguidores en un camino de paz y tolerancia; y antes que eso, traten de obtener un sólido y adecuado conocimiento mutuo; porque muchas veces la ignorancia revestida de sabiduría, es la causa primera de la intolerancia. Fuera de ello, es necesario que los medios de comunicación informen con objetividad sobre las religiones y no de manera tendenciosa, como por desgracia sucede hoy a menudo en los medios occidentales, es especial en lo que respecta al Islam; quien ahora ocupa el lugar de los judíos, quienes antes eran acusados injustamente e incluso perseguidos.

Ahora nuevamente, con la renovada tendencia de aplicar a los judíos, el injusto apelativo de pueblo deicida, (mataron a Dios) sin serlo, que en el pasado fue esgrimido, sobre todo en la Europa cristiana. De esa forma, al señalar nuevamente a los judíos, se mantiene la dupla de señalados históricos: Judíos y musulmanes, dando paso a una Europa, unida políticamente a través de un “cristianismo” nominal, no religioso... Esto es peligroso y no debe fomentarse…

Es necesario y más que eso, es esencial; evitar la intolerancia religiosa; buscando los puntos de concordia entre nuestras diferencias; empezando con el acercamiento, tolerancia, solidaridad y hermandad entre los líderes religiosos de las diferentes denominaciones; para luego como buen ejemplo se traslade a los demás miembros de nuestras Comunidades. Dejando a un lado el sectarismo fanático y el dogmatismo ciego; trayendo un poco de unión, en nuestro mundo en crisis, dividido y confrontado. Como una demostración manifiesta de paz, para ser puesta como ejemplo y referencia a nivel mundial.

Fuera de ello, estamos concientes que el amor de Dios se complementa con el amor a la Patria; así que mejorar nuestras relaciones internas no es suficiente. Debemos tratar de colaborar en la solución de la problemática nacional con crítica constructiva y predicando con el ejemplo.

La ley de Dios y de los profetas base del islamismo y del judaísmo nos indica que tenemos que realizar buenas obras. En el Nuevo Testamento, base de todas las religiones cristianas, incluyendo la católica, se lee en Felipe, que la fe sin obras, no vale nada.

La sumatoria de las acciones positivas en absoluta convergencia, nos daría un comportamiento colectivo ejemplar.

Pedimos a Dios, que la tolerancia religiosa prospere y se fomente y se transmita a otros sectores de la vida nacional, incluyendo la política.

…Las iglesias de todas las denominaciones están para guiar a la otra vida en forma positiva a sus correligionarios; pero también en velar por ellos en ésta y para ayudar a todos nuestros hermanos necesitados aunque sean de otras religiones; ya que son también ellos, nuestro prójimo. Amén…

¿Renacimiento o Destrucción de la Humanidad?

Jueves, 27 de diciembre de 2007.


Tenemos un futuro incierto, motivado en gran medida, en la dificultad de razonar en nuestro mundo presente.

¿Nuestro mundo está en crisis? ¿O está en evolución? ¿En progreso? ¿O en retroceso?

Si nos dificulta determinar ¿Qué somos? Como podremos esbozar al menos en el ¿A dónde vamos?

Las incertidumbres y el azar se multiplican en todas partes. Hay crisis de valores; ruptura de regulaciones; problemas económicos, profundización de los antagonismos; polarización de las posiciones, etc., y la magnitud del problema nos indica claramente que estos no son focalizados, sino que tienen dimensión planetaria.

Nuestra “civilización” ha producido nuevas formas de destrucción y muerte, pero no por ello ha reducido las formas tradicionales, sino que las ha avivado y asociado con ellas.

En la crisis del mundo, que no es capaz de ser un solo mundo. Somos una sola Humanidad, pero nos seguimos dividiendo e incluso atomatizando nuestro planeta, que no es más que un punto pequeñísimo en la dimensión del espacio; que se subdivide a su vez en porciones cada vez más pequeñas, que nosotros las consideramos grandes, debido a nuestra propia pequeñez.

Hemos entrado aún más en la oscuridad de la noche, desde cuando Heidegger decía: “Nuestro tiempo está en lo más profundo de la noche del mundo, y de la penuria”.

Vivimos en un mundo de contrastes: Entre más pequeño es el Big Bang, el punto inicial en la creación de nuestro Universo, más grande es el tamaño de la expansión. Sólo si el Big Bang fue cero, la expansión sería infinita. Los extremos se unen.

Entre más oscura es la noche; más brillante será el despertar.

Es al decir de Novalis, cuando soñamos que soñamos estamos más próximos al despertar.

No sabemos si hemos entrado al nacimiento o a la muerte de la Humanidad. Tenemos así que estar preparados a esperar, y a desesperar. Por una parte, la Humanidad puede fácilmente auto-destruirse, pero también puede, material y técnicamente, mejorarse y autorealizarse.

La Biblia reconoce, al igual que El Corán, que vendrán tiempos difíciles, el Apocalipsis; pero luego vendrá el renacer espiritual y llegarán tiempos de paz y amor.

La esperanza es la última virtud que desaparece. Incluso cuando muere, nace de nuevo.

En este nuestro mundo, tan complejo y; en un proceso de renovación constante; el ser humano no puede ser juguete de tantas incertidumbres y de tantos conocimientos. Tenemos que tener fe en las cosas nuevas, pero es necesario tener la capacidad para crearlas, pero también, el poder suficiente para controlarlas. Tenemos que desarrollar todo aquello que haga prevalecer nuestra grandeza. Como el mismo Fausto de Goethe lo decía: “Hay que aspirar siempre a la más alta existencia”.

Hace 20 siglos, Cristo proclamó la igualdad ontológica entre todos los seres humanos. El Corán también reconoce que todos los seres humanos somos iguales ante Dios y que no existe la Supremacía racial. Sin embargo, en la práctica es en el Islam donde la discriminación racial ha sido totalmente anulada, el cual al decir de Arnold Toynbee, famoso historiador británico; “este es uno de los logros más notables del Islam y en el Mundo contemporáneo existe una necesidad imperante de propagar esta virtud islámica”.

Es cierto que todavía existe el racismo, ese mito de las razas superiores, donde fácilmente se establece una distinción preconcebida entre dominantes y dominados. Conquistadores y esclavos. Amos y sirvientes y lo que es peor, en una dicotomía basada en la raza y olvidándose que:

Buenos, regulares y malos y también inteligentes, normales y tontos hay en todas las razas y todos los estratos.

Es cierto que hay razas actualmente más desarrolladas que otras, pero eso es tan solo cierto, si analizamos un punto tangencial de la historia. Si analizamos ésta, en una línea contínua a través del tiempo, nos daríamos cuenta fácilmente que todas las razas han tenido y tendrán su normalidad, progreso y decadencia.

Jaspers en su estudio sobre la libertad decía que no pretendamos tener la verdad absoluta, porque entonces destruiríamos la libertad humana; pero también debemos recordar que el miedo y la angustia no son buenas actitudes: Grave es la ciega obediencia de los débiles, que engendra tiranías diversas y que diviniza a los hombres, a las razas, a las escuelas científicas, a la técnica y a la materia.

Si creemos en Dios ya no es posible endiosar a los hombres, a las razas y a los países. “No debemos sentirnos superiores, pero tampoco considerarnos inferiores; ni tampoco ver inferiores a los demás”. Debemos también recordar que un marcado instinto de superioridad se fundamente muchas veces en un complejo de inferioridad; no siempre evidente. Sería ideal que todos enterráramos tanto, la codicia exagerada como la potencialización excesiva sobre nuestros intereses personales y sectarios y trasmutáramos la envidia por la caridad; el fanatismo por la tolerancia; el racismo por el humanismo y trabajáramos en unidad o al menos en convergencia por el engrandecimiento de nuestra Patria. Hora es que los salvadoreños transformemos nuestros pecados en virtudes…

No tenemos conciencia solidaria y muchas veces tratamos de apagarle la luz al contrario, para brillar más nosotros. En las noches sin luna; una luciérnaga parece un sol en miniatura. Nuestra carrera no es de ganar por contraste, sino en la de sumar esfuerzos, como en una carrera de relevos. Abundan los nacionales de mente colonial, inclinados en la más vil servidumbre ante el extranjero poderoso: Nos sentimos colonia añorando el pasado; o incluso, anexados a los Estados Unidos, en un deseo histórico permanentemente mantenido a través de la historia y en los tiempos presentes.

No es correcto: ni la xenofobia, ni el chauvinismo (sintiendo que solo lo nuestro vale); pero tampoco ni el servilismo ni el malinchismo (la entrega servil a gobiernos extranjeros).

Somos salvadoreños de diferentes extracciones raciales, totalmente mezclados como lo son todas las razas del mundo, orgullosos de nuestra sangre y reconociendo que las razas que conforman nuestro mestizaje son a su vez participantes con su propio mestizaje.

Renán decía que la nacionalidad, la patria, nace de haber hecho en el pasado grandes cosas juntos, pero sobre todo el deseo de quererlas hacer nuevamente en el porvenir. Esto es, Historia y Destino. Debemos también recordar que ninguna inquisición puede encadenar pensamiento y vocablo. Y que el miedo excesivo, disfrazado de prudencia, es letra muerta.

Complejidades del Mundo

Miércoles, 26 de diciembre de 2007.


Nadie hace el bien de la misma manera, pero el resultado son la paz y el orden. Nadie hace el mal de la misma manera, pero el resultado son las perturbaciones. El gran maestro Confucio nos enseña así el camino. Exigimos todo tipo de bien para que la paz reine. Cualquier mal nos perturbará.

El gran educador Comenio decía – Hay que tener fe en las cosas nuevas, pero hay que tener capacidad para crearlas.

Esa capacidad no pertenece sólo a determinadas razas ni a determinadas naciones. Pertenece a toda la Humanidad.

La República de Platón, la Ciudad de Dios de San Agustín, la Utopía de Tomás Moro; la perfección que soñó Kant, fueron sistemas fallidos para perfeccionar a un Mundo, que incluso era casi inmóvil.

Y si eso era así, que pasaría con nuestro mundo actual, que ha visto en estos 20 últimos años más innovaciones e inventos que en veinte siglos anteriores.

La ciencia ha puesto en manos de ciertos hombres, medios de destrucción, capaz de terminar con el progreso y la vida biológica del planeta, o al menos con la vida humana; la dilapidación de los recursos naturales es preocupante; el aumento constante de los millones de seres humanos que no han podido salir de la miseria histórica de la Humanidad. Hay progresos magníficos, pero a la par se multiplican las amenazas mortales.

El desarrollo económico-tecnológico-transnacional ha creado por un lado deshumanizaciones de las Empresas... Una corporación con la que tuve problemas tuvo la sinceridad de manifestarme ante mis reclamos “que las corporaciones no tenemos corazón”; pero tratando de proponerme un arreglo intermedio, continuó; pero, nosotros no somos tan inhumanos: “tenemos hígado”.

Los directivos de dichas empresas se deshumanizan, despersonalizándose y los técnicos asistentes se convierten en mentalidades homogéneas y pasivas.

Y que decir del pueblo, que generalmente es el cuchillo del mismo pueblo.

Fuera de ello, enormes problemas externos:

La destrucción del medio ambiente; la explotación inmisericorde de los recursos; la pobreza humana circundante, la guerra, el hambre, la peste, la carencia de vivienda y su construcción en terrenos inadecuados; la mala calidad de productos; el encarecimiento progresivo de los medios de subsistencia del pueblo, la destrucción de naciones, la pérdida de ética y moral en los seres humanos, la enemistad entre los pueblos y entre diferentes personas de un mismo pueblo (“la cuña para que apriete tiene que ser del mismo palo, dice el sabio refranero popular”); violencia intrafamiliar, crímenes y vejámenes realizados por los mismo progenitores o familiares cercanos; violencia institucionalizada y en aumento progresivo; corrupción aumentada con la variante tenebrosa actual, de cínica y descarada; impunidad; etc, etc, etc.

El mundo de hoy es sumamente nuevo y complejo, con un desarrollo científico-tecnológico espectacular, pero sin moral para iluminarlo. Todos los valores que nos parecían más sólidos y estables están comprometidos y señalados, que no sabemos que quedará vivo y que quedará muerto; cuál será la lista de las pérdidas y cuáles serán las novedades programadas. No se sabe; pero aunque se supieran estas serían tan sólo un espejismo.

¡Al seguir cambiándose continua y permanentemente!

Ante la carencia de moral, virtudes y humanismo; tan sólo nos queda la esperanza. Es la última virtud que desaparece. Sin esperanza, no hay futuro.

La esperanza, dice Valery, impera y triunfa. Permanece y canta. No ajenos al dominio creciente de la ciencia, ni al poder destructivo del hombre por un lado y por el otro, a la carencia de moral y de humanismo (cariño y respeto por la humanidad, por y para todos nuestros semejantes), estamos en la obligación de colaborar cada uno en la medida de nuestras capacidades y disponibilidades, de enviar a todos nuestros semejantes nuestro mensaje de salvación, las ideas reconfortantes de la cultura y de la libertad, puestas al servicio de la vida; la exigencia de la justicia; nuestro ejemplo, nuestra lucha inclaudicable por las causas nobles. Sabemos que una sola golondrina no hace verano. Pero si cada uno de nosotros pone su participación positiva, la sumatoria de nuestras acciones individuales, nos dará una conciencia colectiva, de igual calidad, pero de mucha magnitud.

Los peligros existentes en nuestra sociedad y en el mundo entero, han de ser conjurados por el sentimiento de un destino común y de un respeto incondicional y profundo a la persona humana, más allá de cualquier diferencia de religión, nación, ideología, raza, género, clase social o económica, etc; de cualquier naturaleza. Hay que reconstruir el mundo para la Humanidad, con mayúscula.

Pensemos y obremos. Aunque el pensamiento tiende al infinito; la acción es sólo limitada. Quiera Dios, que ambos sean auténticos y constantes.

No podemos echarle la culpa a otros de nuestros males, mientras permanecemos inactivos y en silencio agobiador. Tenemos que ejercer un trabajo constructivo y creador.

Aunque los problemas de nuestro país parezcan enormes e insolucionables; no hay nada que no podamos resolver, si hombres y mujeres de buena voluntad, nos proponemos hacer desde nuestras respectivas trincheras; diferentes, pero complementarias.

Recordemos además que cualquier cantidad por más grande que sea, empieza con la unidad.

Finalmente, independientemente de nuestras creencias, invoquemos al único Dios, al Dios de todo, todos y todas que nos ilumine, nos guíe y nos proteja. Amén.

Crisis Mundial y Soluciones

Martes, 25 de diciembre de 2007.

Nuestro mundo cada día se complica; los problemas se multiplican, magnifican y recrudecen y las voces de alerta y los mensajes de esperanza permanecen. Ante el mundo trágico que nos rodea y a veces nos golpea, me dispuse a pensar un rato y luego decidí leer y encontré la Declaración del II Parlamento de las Religiones del Mundo, celebrado en Chicago en 1993, hace ya 13 años, y auspiciado por la UNESCO, para el diálogo interreligioso. He aquí algunos párrafos extractados de dicha declaración, que aclaran conceptos y también, los ratifican. Y me permito trasmitirlos ahora.

“Nuestro mundo atraviesa una crisis de alcance radical; una crisis de la economía mundial, de la ecología mundial, de la política mundial. Por doquier se lamenta la ausencia de una visión global, una alarmante acumulación de problemas sin resolver, una parálisis política, la mediocridad de los dirigentes políticos, tan carentes de perspicacia como de visión de futuro y, en general, faltos de interés por el bien común. Demasiadas respuestas anticuadas para nuevos retos.

Cientos de millones de personas, cada día más, padecen en nuestro planeta el desempleo, la destrucción de las familias, la pobreza y el hambre. La esperanza de una paz duradera entre los pueblos se desvanece progresivamente. Las tensiones entre los sexos y las generaciones han alcanzado dimensiones inquietantes. Los niños mueren, asesinan y son asesinados. Cada vez se ven mas Estados sacudidos por casos de corrupción política y económica. La convivencia pacífica en nuestras ciudades se hace más y más difícil por los conflictos sociales, raciales y étnicos, por el abuso de la droga, por el crimen organizado, incluso por la anarquía. Hasta los vecinos viven a menudo angustiados. Nuestro planeta sigue siendo saqueado sin miramientos. Nos amenaza la quiebra de los ecosistemas”.

Y más adelante agrega: “La humanidad dispone hoy de suficientes recursos económicos, culturales y espirituales como para instaurar un mejor orden mundial. A pesar de ello, una serie de tensiones étnicas, nacionalistas, sociales, económicas y religiosas, antiguas y modernas, ponen en peligro la construcción pacífica de un mundo mejor. Nuestra época, ciertamente, ha experimentado un progreso científico y técnico sin precedentes. Pero también es un hecho innegable que, a lo largo y ancho del mundo, la pobreza, el hambre, la mortandad infantil, el paro, el empobrecimiento y la destrucción de la Naturaleza no han decrecido sino que por el contrario han seguido aumentando. Muchos pueblos están amenazados por la ruina económica, el desmantelamiento social, la marginación política, la catástrofe ecológica, o la quiebra nacional.

En tan dinámica situación mundial, a la Humanidad no le bastan los programas y las actuaciones de carácter político. Necesita ante todo una visión de la convivencia pacífica de los distintos pueblos, de los grupos étnicos y éticos y de las religiones, animados por una común responsabilidad para con nuestro planeta Tierra.

Y luego continúa:

Todos los humanos sin excepción somos seres falibles, imperfectos, con límites y deficiencias. Además tenemos experiencia de la realidad del mal. A este respecto somos conscientes de que nuestras diferentes tradiciones éticas y religiosas fundamentan el criterio, a menudo de forma muy diversa, sobre lo que es para el hombre útil o dañino, justo o injusto, bueno o malo.

También somos conscientes de que las religiones por sí solas no pueden resolver los problemas ecológicos, económicos, políticos y sociales que padece nuestro planeta. Pero si pueden conseguir lo que solamente con planes económicos, programas políticos y regulaciones jurídicas resulta a todas luces inalcanzable: un cambio interior del hombre, un cambio total de la mente. Con otras palabras, la transformación del – corazón – humano mediante la –conversión- a una nueva actitud de vida, alejándole del camino equivocado. ¡todo ser humano debe recibir un trato humano! Esto significa que todo ser humano, sin distinción de sexo, edad, raza, clase, color de piel, capacidad intelectual o física, lengua, religión, ideas políticas, nacionalidad o extracción social, posee una dignidad inviolable e inalienable.

Los egoísmos de todo tipo, sean individuales o colectivos, aparezcan en forma de ideología de clase, de racismo, de nacionalismo o de sexismo, son reprobables. Nosotros los condenamos porque le impiden al ser humano ser verdaderamente humano. Autodeterminación y autorrealización sólo son plenamente legítimas cuando no aparecen desligadas de la responsabilidad individual frente a uno mismo y frente al mundo, cuando se vinculan a la responsabilidad para con el prójimo y con el planeta tierra.

Esta regla de oro incluye una serie de normas muy concretas a las que debemos atenernos. De ella dimanan cuatro antiquísimos principios que podemos encontrar en la mayoría de las religiones del mundo.

  1. Compromiso a favor de una cultura de la no violencia y respeto a toda vida.
  2. Compromiso a favor de una cultura de la solidaridad y de un orden económico justo.
  3. Compromiso a favor de una cultura de tolerancia y un estilo de vida honrado y veraz.
  4. Compromiso a favor de una cultura de igualdad y compañerismo entre hombre y mujer.

Nuestra Tierra no puede cambiar a mejor sin que antes cambie la mentalidad del individuo. Abogamos por un cambio de conciencia individual y colectiva, por un despertar de nuestras fuerzas espirituales mediante la reflexión, la meditación, la oración y el pensamiento positivo, por la conversión del corazón ¡Juntos podemos mover montañas! Sin riesgos y sin sacrificios no será posible un cambio fundamental de nuestra actual situación. Por eso nosotros nos comprometemos a favor de una ética mundial común, de un mejor entendimiento mutuo y de unas formas de vida socialmente conciliadoras, promotoras de paz y amantes de la Naturaleza.

¡Invitamos a todos los seres humanos, religiosos o no, a hacer lo mismo!

Que el Dios Todopoderoso, el Dios único, el Dios de todos y todas, nos ilumine y nos proteja. Amén.

Significado del árbol de navidad.

Lunes, 24 de diciembre de 2007.


Recién pasó la navidad y muchos iluminaron árboles de navidad, en sus casas, oficinas y en los sitios públicos.

¿Pero esto es acaso una costumbre cristiana?

Definitivamente no. Tiene sus orígenes en la Antigua creencia germánica, de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol (lo que podría explicar la costumbre de poner a los árboles, luces). Fuera de ello, los druidas, sacerdotes celtas originarios primitivamente del suroeste de Alemania (aunque luego se extendieron por casi toda la vieja Europa, quedando finalmente confinados a Irlanda), consideraban que los dioses habitaban en los árboles, los cuales se tocaban con las manos para pedirles favores; de allí la costumbre de “tocar madera para impedir un mal presagio”.

La mayoría de pueblos de Alemania (Godos, Germanos, Celtas y Sajones) tenían también la costumbre, de que cuando en invierno los árboles perdían sus hojas, “vestían a los árboles” generalmente con manzanas o piedras pintadas para lograr que regresaran pronto los espíritus buenos que habitaban en los árboles.

En algunas casas en los países nórdicos durante el invierno, se cortaban algunas ramas y se les decoraba con pan, adornos llamativos y frutas, para ponerle un poco de colorido en las casas durante transcurría el gélido invierno.

Por otro lado, aunque no se sabe el día exacto del nacimiento de Jesús, muchos lo consideran en primavera, en el mes de Nisan, nuestro actual abril, cuando los campos reverdecían en Palestina y los pastores podrían estar con sus ovejas en campo abierto.

Sin embargo, a mediados del siglo IV, el Papa Julio I, estableció la fecha del 25 de diciembre, día próximo a muchas fiestas del solsticio de invierno e inicio de las fiestas romanas, los bacanales, que duraban 1 semana y terminaban el 31 de diciembre, que era el fin de calendario solar romano y el 1º de enero que era el primer día del nuevo año. De esa forma se trasladó al invierno del norte de Europa cristiana, la celebración más importante de la cristiandad.

La costumbre del “árbol del invierno” se incorporó así a la celebración de la Navidad.

Se cuenta que un misionero inglés en Alemania, comprendiendo que era imposible erradicar de raíz esa tradición pagana, la adoptó dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo.

Los primeros documentos que hablan de colocar árboles de abeto o de pino en las casas son del siglo XVII en la región de Alsacia.

En los países nórdicos, por esa misma fecha, se empezaban a reunir las familias en torno a un árbol de Navidad. El día 24 de diciembre los niños eran llevados a pasear o de día de campo, mientras los adultos colocaban y decoraban con dulces u juguetes el árbol; a su regreso los niños eran sorprendidos con el árbol y los regalos y así daba inicio la celebración de la fiesta de Navidad. En 1,750, en Bohemia, se incorporan las bolas de cristal. Cuando la Reina Victoria de Inglaterra para celebrar la Navidad hace colocar un árbol en el palacio decorándolo con velitas que hacen relucir una serie de bellos y finos adornos, la costumbre del árbol de Navidad se vuelve moda.

La aparición de Papá Noel, también llamado Santa Claus, Sinterklaas o Pére Noel, según el país, así como la tradición del árbol navideño o la representación del pesebre, son costumbres básicas y permanentes, durante la celebración de la Navidad Cristiana, así como el reparto de regalos a los niños y el intercambio de regalos con los adultos. (En España sin embargo los regalos se reparten el día de los Reyes Magos, 6 de enero).

Si bien la simbología de la navidad – árbol de navidad incluido – no tiene un origen cristiano; ni la fecha de nacimiento del niño Jesús, es cronológicamente correcta; es lícito y conveniente, celebrar la Navidad, compartiendo la alegría y la meditación sobre esta fecha tan memorable… No podemos aislarnos de una identidad común y una civilización compartida, inmersa en las tradiciones de nuestro pueblo, del cual todos formamos parte…

En 25 países de mayoría musulmana se considera fiesta nacional la navidad católica (25 de diciembre) o la navidad cristiana ortodoxa (6 de enero). Tanto Jesús, el verbo encarnado de Dios y la Virgen María, la mujer más pura que habido y habrá, son venerados en el Corán, en tal magnitud, que son las únicas personas inmaculadas, esto es, que nacieron y permanecieron inmaculadas. De allí que la Inmaculada Concepción de María, al igual que la Inmaculada Concepción de Jesús, son dogmas de fe en el Sagrado Corán. Jesús fue creado por Dios, en el vientre de María, por medio del Espíritu de Dios, a través del Arcángel Gabriel. Kun Faya Kun. Sé y Jesús se hizo en el vientre inmaculado de María y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. “Y el verbo era con Dios y el verbo era de Dios”.

No hay una concepción más inmaculada que ésta, en ser Humano alguno. Ese es el milagro de la Navidad, que el Corán reconoce, y de allí la importancia de celebrarla con fe y meditación. Lo demás es folklore y tradición.

Sin embargo si se quiere iluminar árboles, es la palmera, el árbol de Navidad, ya que Jesús nace a la sombra de una Datilera, en una enramada, cerca de un pesebre, no adentro de él y cuyos frutos maduran para que la Virgen satisfaciera su hambre y un arroyo de aguas cristalinas, para que apagara su sed, todo por milagro de Dios. (Corán. Capítulo XIX – Mariam – María – Versículos 24 y 25).

En lugar de los pinos y abetos, la iluminación de las palmeras en Navidad, que año con año toma más auge, está más cerca de la realidad religiosa.

¿Será un deseo manifiesto de Dios, para que la iluminación y el adorno de los árboles, se hagan en su justa dimensión y la tradición se oriente a su verdadero significado?

Relación histórica entre Árabes y Judíos

Viernes, 21 de diciembre de 2007.


En la práctica, exceptuando la época presente, en el mundo Árabe y musulmán se tiene constancia de las buenas relaciones históricas con las comunidades judías. No existió nunca, discriminación alguna, ni holocausto, ni vulneración de los derechos humanos, ni genocidio alguno. Al contrario, los judíos siempre fueron bienvenidos en momentos de adversidad y protegidos en momentos del apogeo árabe, donde se desarrollaron conjuntamente.

Véase su notable desarrollo de la Comunidad judía en España, durante el dominio musulmán en el Andalus, (Sefarad); y luego de su expulsión forzada por los reyes católicos en 1492, fueron acogidos con benevolencia y amistad en el Imperio Otomano musulmán.

…Un caso, bastante pintoresco, y prácticamente desconocido en Occidente lo constituye la costumbre ancestral en Jerusalén , que empezó en el siglo XII, con la persecución de Judíos y musulmanes, en el Reino Latino de Jerusalén, fundado en 1099 por Godofredo de Bouillon y que continuó aún después de que éste terminara en 1187, cayendo en desuso, cuando empezaron los movimientos europeos de la “Recuperación de Palestina” en 1896, con el Manifiesto Sionista de Theodore Herzl y la formación del Estado judío, que fue seguido por influencias negativas, en la otrora comunidades hermanas judías y musulmanas de Palestina, especialmente Jerusalén. La rivalidad palestino – israelí o judío – musulmana es reciente y la historia – que no puede esconderse – indica que existió anteriormente un alto grado de hermandad y de unión, compartiendo la misma historia y los mismos enemigos.

He aquí la costumbre, vigente desde principios del siglo XII hasta finales del siglo XIX…

……“Desde tiempos inmemoriales existía en Jerusalén una costumbre emocionante: los niños judíos y musulmanes nacidos en el mismo barrio y en la misma semana eran tratados por sus familias como hermanos de leche (una hermandad reconocida en la religión judía y en el mismo Corán): el niño judío era amamantado por la madre musulmana y el niños musulmán por la madre judía. Esta costumbre establecía relaciones íntimas y duraderas entre las dos familias y las dos poblaciones. La costumbre cayó en desuso, entrando al siglo XX”…

“Con esta referencia quiero refutar el mito de la enemistad tradicional entre judíos y árabes. La historia, hasta la funesta intervención en oriente medio por los europeos durante el siglo XIX, no había conocido conflictos serios entre ellos. Muy al contrario, estas dos ramas de la raza semítica habían vivido durante muchos siglos pacíficamente en Tierra Santa. El antisemitismo es una invención de occidente. Tiene sus raíces en el mundo greco-romano, y las primeras persecuciones de judíos tuvieron lugar en la Alejandrina helenística, y se agudizó con la destrucción de Jerusalén, por Tito, el emperador Romano en el año 70 D.C. Se intensificaron durante el obscurantismo medieval, cuando el pueblo judío fue difamado, atribuyéndoles el asesinato de Jesús. Cuando los cruzados conquistaron Jerusalén el año1099, pasaron a cuchillo no sólo a los habitantes musulmanes, sino también a los judíos y a los cristianos de distintas iglesias tradicionales dentro de la mismísima Iglesia del Santo Sepulcro, en una de las matanzas más horrorosas de la historia. Y durante los siglos que siguieron, los países islámicos fueron refugio para sus hermanos judíos perseguidos en Europa. Las víctimas de la inquisición española (los llamados sefardim o sefaradíes), huyeron a los países árabes de África del norte y hasta Egipto y el Oriente Medio, donde fueron recibidos fraternalmente”. E incluso recibieron puestos de Gobierno en las mismas cortes del Imperio Otomano musulmán.

De la misma manera este mundo árabe fue en el siglo XIX y XX refugio para los judíos que escaparon de las persecuciones en la Europa central y oriental, de aquellas horribles matanzas de Polonia y en Rusia y posteriormente del detestable holocausto Nazi. Con toda razón la ENCICLOPEDIA HEBRAICA, en su edición española de 1936, podía decir: “Durante varios siglos los países islámicos fueron la verdadera salvación para los judíos europeos”.

Todavía entre las dos guerras mundiales, en Marruecos y en Túnez hasta después de 1945, hubo judíos que figuraron como ministros en los gobiernos árabes. Durante la segunda guerra mundial, el rey de Túnez y el Rey de Marruecos emplearon todos sus esfuerzos para proteger a sus súbditos judíos contra las leyes racistas del régimen del mariscal francés Pétain durante la segunda guerra mundial. Y el autor judío Eric Rouleau, escribió en el prologo del autor sirio Sami al –Yundi, “juifs et árabes”, que “como judío que pasó su infancia y su juventud entre los árabes, y pude atestiguar que el anti-semitismo es completamente ajeno a las tradiciones y a la mentalidad de los pueblos de Oriente Medio”. Por otro lado, ¿cómo pueden ser los árabes antisemitas, si ellos son básicamente semitas también?

Ojalá que la paz y la concordia, revestidas de Justicia, se entronicen en el Medio Oriente y en todo el Mundo.

¡En el caso de Tierra Santa los problemas son complicados y parecen insalvables. Pero para Dios, no hay nada imposible.

Pidámosle a Dios Todopoderoso, al uno y único Dios, al Dios de todo, todos y todas establezca la paz universal que la Humanidad tanto necesita. Y que estas fiestas navideñas, sean motivo de meditación y reflexión y que sea la canción de Noche de Paz y Noche de Amor, no sólo un deseo, sino que una realidad para todos y que se mantenga permanentemente. Amén.

Relación histórica entre Árabes y Judíos

Viernes, 21 de diciembre de 2007.


En la práctica, exceptuando la época presente, en el mundo Árabe y musulmán se tiene constancia de las buenas relaciones históricas con las comunidades judías. No existió nunca, discriminación alguna, ni holocausto, ni vulneración de los derechos humanos, ni genocidio alguno. Al contrario, los judíos siempre fueron bienvenidos en momentos de adversidad y protegidos en momentos del apogeo árabe, donde se desarrollaron conjuntamente.

Véase su notable desarrollo de la Comunidad judía en España, durante el dominio musulmán en el Andalus, (Sefarad); y luego de su expulsión forzada por los reyes católicos en 1492, fueron acogidos con benevolencia y amistad en el Imperio Otomano musulmán.

…Un caso, bastante pintoresco, y prácticamente desconocido en Occidente lo constituye la costumbre ancestral en Jerusalén , que empezó en el siglo XII, con la persecución de Judíos y musulmanes, en el Reino Latino de Jerusalén, fundado en 1099 por Godofredo de Bouillon y que continuó aún después de que éste terminara en 1187, cayendo en desuso, cuando empezaron los movimientos europeos de la “Recuperación de Palestina” en 1896, con el Manifiesto Sionista de Theodore Herzl y la formación del Estado judío, que fue seguido por influencias negativas, en la otrora comunidades hermanas judías y musulmanas de Palestina, especialmente Jerusalén. La rivalidad palestino – israelí o judío – musulmana es reciente y la historia – que no puede esconderse – indica que existió anteriormente un alto grado de hermandad y de unión, compartiendo la misma historia y los mismos enemigos.

He aquí la costumbre, vigente desde principios del siglo XII hasta finales del siglo XIX…

……“Desde tiempos inmemoriales existía en Jerusalén una costumbre emocionante: los niños judíos y musulmanes nacidos en el mismo barrio y en la misma semana eran tratados por sus familias como hermanos de leche (una hermandad reconocida en la religión judía y en el mismo Corán): el niño judío era amamantado por la madre musulmana y el niños musulmán por la madre judía. Esta costumbre establecía relaciones íntimas y duraderas entre las dos familias y las dos poblaciones. La costumbre cayó en desuso, entrando al siglo XX”…

“Con esta referencia quiero refutar el mito de la enemistad tradicional entre judíos y árabes. La historia, hasta la funesta intervención en oriente medio por los europeos durante el siglo XIX, no había conocido conflictos serios entre ellos. Muy al contrario, estas dos ramas de la raza semítica habían vivido durante muchos siglos pacíficamente en Tierra Santa. El antisemitismo es una invención de occidente. Tiene sus raíces en el mundo greco-romano, y las primeras persecuciones de judíos tuvieron lugar en la Alejandrina helenística, y se agudizó con la destrucción de Jerusalén, por Tito, el emperador Romano en el año 70 D.C. Se intensificaron durante el obscurantismo medieval, cuando el pueblo judío fue difamado, atribuyéndoles el asesinato de Jesús. Cuando los cruzados conquistaron Jerusalén el año1099, pasaron a cuchillo no sólo a los habitantes musulmanes, sino también a los judíos y a los cristianos de distintas iglesias tradicionales dentro de la mismísima Iglesia del Santo Sepulcro, en una de las matanzas más horrorosas de la historia. Y durante los siglos que siguieron, los países islámicos fueron refugio para sus hermanos judíos perseguidos en Europa. Las víctimas de la inquisición española (los llamados sefardim o sefaradíes), huyeron a los países árabes de África del norte y hasta Egipto y el Oriente Medio, donde fueron recibidos fraternalmente”. E incluso recibieron puestos de Gobierno en las mismas cortes del Imperio Otomano musulmán.

De la misma manera este mundo árabe fue en el siglo XIX y XX refugio para los judíos que escaparon de las persecuciones en la Europa central y oriental, de aquellas horribles matanzas de Polonia y en Rusia y posteriormente del detestable holocausto Nazi. Con toda razón la ENCICLOPEDIA HEBRAICA, en su edición española de 1936, podía decir: “Durante varios siglos los países islámicos fueron la verdadera salvación para los judíos europeos”.

Todavía entre las dos guerras mundiales, en Marruecos y en Túnez hasta después de 1945, hubo judíos que figuraron como ministros en los gobiernos árabes. Durante la segunda guerra mundial, el rey de Túnez y el Rey de Marruecos emplearon todos sus esfuerzos para proteger a sus súbditos judíos contra las leyes racistas del régimen del mariscal francés Pétain durante la segunda guerra mundial. Y el autor judío Eric Rouleau, escribió en el prologo del autor sirio Sami al –Yundi, “juifs et árabes”, que “como judío que pasó su infancia y su juventud entre los árabes, y pude atestiguar que el anti-semitismo es completamente ajeno a las tradiciones y a la mentalidad de los pueblos de Oriente Medio”. Por otro lado, ¿cómo pueden ser los árabes antisemitas, si ellos son básicamente semitas también?

Ojalá que la paz y la concordia, revestidas de Justicia, se entronicen en el Medio Oriente y en todo el Mundo.

¡En el caso de Tierra Santa los problemas son complicados y parecen insalvables. Pero para Dios, no hay nada imposible.

Pidámosle a Dios Todopoderoso, al uno y único Dios, al Dios de todo, todos y todas establezca la paz universal que la Humanidad tanto necesita. Y que estas fiestas navideñas, sean motivo de meditación y reflexión y que sea la canción de Noche de Paz y Noche de Amor, no sólo un deseo, sino que una realidad para todos y que se mantenga permanentemente. Amén.

Fiesta del Sacrificio. Patriarca Abraham

Jueves 20 de Diciembre de 2007.

Aunque hubo profetas antes de Abraham, fue el deseo de Dios, que la última generación de profetas fuese de su descendencia. Por esta razón, Abraham se convirtió en el amigo de Dios y en un símbolo espiritual alrededor del cual gira la gente de fe. Toda la gran sucesión de profetas después de Abraham llamó al mensaje de Dios, cada uno, preparando el camino para el siguiente, de acuerdo con el decreto de Dios; de ese modo, no ha quedado ninguna sociedad sin la instrucción divina.

Para confirmarlo dice Dios en el Corán: “Ciertamente, esta Hermandad vuestra es una sola Hermandad, y Yo Soy vuestro Señor, el Sustentador. Así, pues, servidme” (Sagrado Corán 21:92). El Islam no se identifica con una persona en concreto o con una raza, sino que en la sumisión, y el reconocimiento de Dios. Por eso, sólo la fe en Muhammad no es suficiente, el Islam requiere la creencia en toda la serie de profetas de la cual Abraham es la vanguardia. Su descendencia incluye a Isaac, Ismael, Jacob, José, David, Salomón, Moisés, Jesús y Muhammad (la paz sea con todos ellos) y todos ellos son los maestros y el ejemplo para toda la Humanidad, cuyas misiones fueron asignadas solo por Dios; por ello, atribuir cualquier acción pecaminosa a cualquiera de ellos, seria cuestionar la sabiduría de Dios al escogerlos y es por esto que el Islam enfáticamente reafirma el estatus moral y ético de estos hombres y ha aclarado que negar o rechazar a cualquiera de los profetas significa abandonar la fe. De esta manera, preservando la integridad de los profetas, y de su linaje, el Islam prepara el terreno para la cooperación entre toda la gente del libro: Cristianos, Judíos y Musulmanes.

El Corán dice: “Las alabanzas son para Dios, el Señor de los Mundos” (Sagrado Corán 1:1). Así, queda claro que Dios no se identifica sólo con los musulmanes, los árabes o las tribus semíticas. El es el Señor de los Mundos, y por consiguiente es el Amo del Universo: de la Tierra y de todos los mundos visibles e invisibles y de todo lo que ellos contienen.

Los hijos de Abraham: judíos, cristianos y musulmanes, están ungidos por la creencia en la unicidad de Dios y a pesar de que la dirección, hacia donde se dirige la oración, difiera entre las diferentes religiones abrahámicas, esto sólo es una demarcación física, pues la dirección esencial del corazón sigue siendo una, la dirección hacia Dios. El Sagrado Corán dice que Abraham después de destruir los ídolos de su gente en Caldea dijo: “Dirijo mi rostro a quien ha creado los cielos y la tierra y no soy de los que asocian a otros dioses, con el único Dios. (Sagrado Corán 6-79). Más tarde y a su regreso de Egipto, en el camino a Palestina, Abraham construiría en la Meca, con su hijo Ismael, un altar para la adoración al Dios único”.

Los hijos de Abraham han estado unidos en la gran lucha histórica por defender el concepto de la Unicidad de Dios y en campañas contra la corrupción, el vicio, el pecado y contra todo acto de injusticia; Moisés luchó contra la tiranía del Faraón y Jesús contra la maldad de los romanos y contra quienes explotaban la religión y, a su vez, Muhammad luchó contra el malicioso paganismo de su época; así vemos como todas estas religiones provienen de la misma fuente y tienen el mismo objetivo.

El 20 de diciembre del 2007, los musulmanes celebramos la fiesta religiosa del Sacrificio o Eid-El Adja, que se celebra en todo el mundo y en especial en la Ciudad Santa de la Meca, donde 3 millones aproximadamente de peregrinos se encuentran reunidos, celebrando el Hayy o peregrinaje anual, que coincidió este año aproximadamente con las festividades religiosas de la Navidad cristiana y de la Januká Judía. La cercanía entre estas festividades nos deja un mensaje de reflexión tan profundo de integridad, paz, hermandad y fraternidad en sus máximas expresiones.

La fiesta de Eid-El-Adja o del Sacrificio, que llevan al cabo los creyentes musulmanes tiene su origen en la Sunna (práctica) del Profeta Abraham, cuando le fue revelado en sueños que debía sacrificar a su único hijo; lo cual Abraham dispuso hacerlo con el dolor de su alma en señal de sumisión absoluta a Dios, pero tan sólo era una prueba. Allah le dijo que su lealtad había sido probada y apareció un cordero en su lugar para el sacrificio, en sustitución de su hijo, conforme relata el Sagrado Corán: Sura Sáffat Aya 107. “Y rescatamos a su hijo, ordenando a Abraham que sacrificara en su lugar a un animal e hicimos una gran ofrenda”.

En dicho sacrificio es recomendable que la carne se divida en 3 partes: Un tercio se done a los pobres y necesitados; un tercio se destine para las amistades y para reforzamiento de los lazos familiares y el otro tercio, para el hogar.

Aunque las tres religiones monoteístas: judíos, cristianos y musulmanes son religiones Abrahámicas, porque provienen del patriarca Abraham, es únicamente en el Islam, donde la fiesta de Eid-El-Adja, o fiesta del sacrificio; en la cual el Profeta Abraham es el protagonista, se celebra con gran esplendor,

Los eruditos musulmanes dicen que Abraham de Ab=Padre; rajam: compasión o misericordia; significa padre compasivo y corresponde al mismo significado, en la mayoría de las lenguas semíticas de su tiempo. Hay, indiscutiblemente, una relación directa entre su nombre y el gran mensaje para el que Abraham fue escogido: le fue impuesta la responsabilidad de la llamada universal a Dios.

Sobre esto, se le ordena al profeta Muhammad, en el Sagrado Corán: “Dí: Mi Señor me ha guiado a un camino recto, a una práctica de adoración auténtica, a la religión de Abraham, que no era de los que asocian a otros dioses con el único Dios. Amén.

Origen de la Raza Árabe y Palestina

Miércoles, 19 de diciembre de 2007.


…Muchos definen a todos los árabes como descendientes de Ismael y eso es una torpe y estrecha definición.

Los árabes son los originadores de la raza semítica, de la cual todos los pueblos semitas de la antigüedad se derivan, incluyendo los hebreos, los babilonios, los asirios, los caldeos etc. y también, de la cual se deriva Ismael: Ismael tan solo forma una de las ramas ancestrales de lo árabes de la Península Arábiga y no constituye así, una generalidad.

Inicialmente los Árabes habitaron la península árabiga y dieron origen a lo que se denomina Al-Arabu Al-Ariba, o los árabes puros, que son los primeros que habitaron la Arabia después del diluvio; son descendientes de Aram, hijo de Sem, nieto de Noé y pertenecen a las nueve tribus que se salvaron en el Arca de Noé. (Ad, Zamud, Umain, Abil, Tesm, Amlic, Yúrhum, Yadis, Hasm).

Posteriormente, inmigraciones periódicas desde la Península Arábiga, hacia el Oriente Medio y el Norte de África, dando así, al origen de diferentes pueblos semíticos de origen Árabe: Babilonios, Caldeos, Amorreos, Cananeos, Nabateos, Fenicios, Hebreos, Egipcios, Acadios, Arameos, Asirios etc.

Si bien casi todos emigraban, también hubo formación de nuevas tribus, en la península arábiga, a saber

1. Las Tribus del Yemen

2. Los Hijos de Kashtán, hijo de Heber

3. Los hijos de Ismael, hijo de Abraham. Lo descendientes de Adnán, formaron en La Meca y Medina, la famosa tribu Kuraich de la cua1 desciende Mahoma (Muhammad) en línea directa...

Fuera de eso, cada pueblo árabe tiene otras peculiaridades.

El término árabe es un nombre genérico que se le da a un conjunto de naciones con similares características, costumbres y tradiciones y un idioma común. Equivale así, al concepto hispanoamericano. Entre las diferentes naciones árabes, hay diferencias raciales. Aún siendo Palestina fundamentalmente árabe, su nombre está inmerso entre el cúmulo de peculiaridades que comprenden a la nación árabe; si atendemos al tronco racial específico...el pueblo Palestino es así cananeo-filisteo, pueblos procedentes de la Península Arábiga que emigraron en una de las corrientes migratorias tempranas de esa península (2500 años antes de Cristo). Es básicamente de origen semita cananeo-filisteo, con un fuerte elemento racial árabe peninsular y con influencias adicionales de otras etnias (asirio, arameo, babilonio, persa, griego, romano, armenio, turco y cruzado-europeo) y con un gran porcentaje de elemento hebreo…

En tiempos de Jesús ya existía Palestina y estaba formada por 4 provincias: Judea, Samaria, Galilea, e Idumea. De las 12 tribus del pueblo de Israel, sólo 2 se mantienen vigentes y totalmente mezcladas: Judá y Benjamín. Las otras 10 tribus se “encuentran perdidas” o más bien, se encuentran integradas con los pueblos árabes del Medio Oriente, especialmente Palestina.

Ahora bien, si consideramos (la religión como elemento básico para determinar un origen racial, cometemos también una tremenda equivocación, más aún tomando en cuenta que en la antigüedad…las fronteras no estaban bien definidas, las áreas de influencias se entremezclaban, las migraciones eran constantes; las invasiones eran masivas, las mezclas de razas a veces por alianzas o conveniencias se fomentaban; buscando afianzar relaciones con otros pueblos, fuera que las conversiones religiosas eran frecuentes, sobre todo al caer un pueblo bajo el dominio de otro; y siendo además pueblos hermanos… Todos están así, completamente mezclados.

Como puede verse, desde tiempos inmemoriales existía Palestina. Jesucristo nació en Belén, Palestina y es por consiguiente palestino. Cuando regrese físicamente a la Tierra por segunda vez, como lo atestiguan las profecías bíblicas y coránicas, que nosotros reconocemos como verdaderas y que la ciencia física puede fácilmente explicar, veremos su semejanza física con los palestinos, que se han mantenido semitas, mucho más que la mezcla diferente a la que fue sometido el pueblo judío a través de su diáspora. Si racialmente Jesús es palestino, ¿Qué hay de su religión? Nació evidentemente como judío, en ese tiempo, la única religión que creía en un solo Dios; se elevó al cielo como cristiano – ya que sus enseñanzas – y su evangelio – habían sentado las bases de una nueva religión – el cristianismo – y volverá como musulmán, a poner orden y completar su misión... Es de aclarar que entre el cristianismo, judaísmo e Islam; las coincidencias son muchas y las diferencias son pocas; y su esencia original, prácticamente la misma.

Como puede verse, que todos los árabes (actualmente más de 400 millones) provengan de Ismael es un simplismo histórico. Los pueblos semitas tienen su origen en la Península Arábiga y de allí emigraron por todo el Oriente Medio y Norte de África formando diferentes pueblos, todos de origen árabe, que dieron inicio a la civilización actual; y que detallamos anteriormente, en este mismo programa de Aclarando Conceptos. De dichos pueblos semíticos de Origen Árabe, Grecia se inspiró, culturizando inicialmente a Europa.

Aunque eran pueblos Semitas-Árabes, no se les distinguía con ese apelativo, sino que con sus nombres específicos, anteriormente mencionados.

En cuanto a los palestinos, que también describimos en este mismo programa, como básicamente semitas, con otras mezclas peculiares; son desde la perspectiva bíblica descendientes de Abraham por 3 ramas: 1) Tanto de Isaac (por Esaú, primero y luego por Jacob, después que regresó y se mezclaron sus descendientes; 2)de los hijos de Cetura (Tercera esposa de Abraham) y 3) También de Ismael, a través de una de las esposas de Esaú, hija de Ismael y por la llegada de los árabes peninsulares desde el siglo VII.

Fue hasta en la Edad Media, con el advenimiento del Islam, que los pueblos semíticos de origen árabe, se unificaron generalizando su nombre. Y nuevamente, los árabes culturizaron a Europa.

El Mensaje Profético de las Religiones Abrahámicas

Martes 18 de Diciembre de 2007

…En el siglo VII en las ciudades de la Meca y Medina, un nuevo y verdadero profeta de Dios, Muhammad, que en español algunos lo traducen por Mahoma, transmitía una nueva revelación que procedía de Dios, el Sagrado Corán…

El uso inexacto de la palabra profeta, utilizado hasta para los adivinos e incluso para muchos que ahora se autodenominan profetas – sin serlo – minimiza la importancia de este término.

Ser profeta es una honrosa distinción para los escogidos de Dios. El término se aplica a los inspirados por Dios, o Nabi; y para aquellos que no sólo son inspirados por Dios; sino que también, cuando predican su doctrina, Dios habla a través de ellos, son los llamados Rasulu, esto es, mensajeros de Dios.

De allí que la doctrina que predican no es de ellos, sino que de Dios. ¡Dios habla a través de ellos!

La Toráh de Moisés; los Salmos de David; el Evangelio de Cristo y el Corán de Muhammad, son libros revelados por Dios, o mejor dicho, Dios habla en ellos.

Muhammad, profeta y mensajero de Dios, predicó durante 23 años: 13 años en la Ciudad de la Meca y 10 años en la Ciudad de Medina. Para leer el Corán es necesario conocer la cronología – esto es, el tiempo de la revelación, para ver si son aleyas generales o bien específicas, de un momento determinado.

Los acusadores del Corán, ya sea por ignorancia o mal intencionados, sacan de contexto algunos versículos específicos y luego los generalizan, equivocándose en su interpretación. Lo correcto es estudiar primero la doctrina islámica y luego penetrar en el estudio del Corán.

Para aquellas personas bien intencionadas que deseen leer el Corán desde un principio, les sería conveniente un Corán escrito en Árabe, con la traducción comparada al español y con notas aclarativas en los diferentes versículos. Aunque no se lea el Árabe, siempre es conveniente tener el original sin cambio alguno, para poder confrontar, aunque sea preguntando. Además, el Corán traducido, con su original en Árabe, es una garantía que la traducción es correcta o al menos bien intencionada. Hay multitud de traducciones sólo en español, incorrectas; con notas aclarativas, aún más incorrectas e incluso tendenciosas.

Hay que tener mucho cuidado con ello.

El Centro Islámico Árabe Salvadoreño ha decidido redactar una serie de libros, para los lectores acuciosos que les gusta escudriñar las Santas Escrituras o que tienen deseos de buscar y encontrar la verdad o que tengan un gusto especial – talvez genético – por todo aquello que representa el Arabismo y el Islam; ya que los genes nos dan información de nuestros ancestros y no hay un solo salvadoreño que no tenga sangre Árabe en sus venas; debido a la permanencia en la Península Ibérica de muchos siglos, hasta de 781 años, en el último reducto Árabe – Musulmán en España: El Reino de Granada.

La curiosidad – debido a la publicidad notoria, aunque a veces negativa, también hace su parte.

Los libros, debido a un atraso en su publicación, empezarán Dios mediante! a publicarse en el mes de Febrero de 2008 y su primer volumen se llamará el ABC del Islam, un libro que recomendamos y es de lectura básica, para aquellos que quieran conocer la verdad sobre el Islam.

Los que lo soliciten, podrán obtenerlo gratuitamente, o bien, comprarlo a un módico precio en las librerías más importantes del país.

Generalmente hemos recibido buenos comentarios y en gran cantidad, cuando en Aclarando Conceptos hemos hablado sobre temas religiosos.

Cuando hablamos del Islam, lo hacemos con total conocimiento, porque nos consideramos expertos en el tema y somos musulmanes. Cuando hablamos de otras religiones, a pesar que somos versados en esos temas, ya que tenemos la costumbre de no hablar o comentar sobre temas que desconocemos, debemos reconocer que lo hacemos desde una perspectiva islámica. Eso sí, nuestra conducta al comentar religiones hermanas, lo hacemos de acuerdo a las enseñanzas de nuestro profeta: En forma pacífica, con cariño y tolerancia.

El Judaísmo, Cristianismo y el Islam son religiones abrahámicas y provienen de la misma revelación. Existen entre ellas diferencias fundamentales. Esto no obstante, no nos debe llevar a señalarlas negativamente, descuidando el hecho de que las similitudes son considerablemente mucho mayores que las diferencias.

En nuestra labor ecuménica, tenemos que puntualizar más lo que nos une y no, lo que nos desune y nos lleva a la eterna disputa.

Algo que debemos evitar es el enfrentamiento radical, que empieza a desconocer la revelación del otro, considerándola incluso falsa y afirmando que sólo nuestra fe, nos lleva a la salvación eterna.

No solo desconocemos al “contrario”, sino que hasta negamos la función complementaria de nuestras buenas obras y de que ningún humano puede ser previamente condenado por otro, porque es solamente a Dios a quien le corresponde juzgarnos.

El ideal de la tolerancia, no se contenta con “aceptar al otro” si no en comprender su doctrina, conocerla con amplitud y profundizar en sus enseñanzas.

Si esto no se hace, el diálogo fecundo se convierte en confrontación. Y debería evitarse.

Por otro lado, ¿Cómo podemos discutir algo que desconocemos?

Además, debemos considerar a nuestro “hermano”, aunque sea de otra religión, en igualdad de condiciones.

Que no nos pase lo del amo que daba de golpes a sus siervos con un palo, pero decía que les golpeaba suave. Lógico, no era él, el que recibía los golpes.

Puntualizando lo que nos une. En este mes de Diciembre, la Santísima Virgen María tiene una participación especial: el 8 de Diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María, el 12 de Diciembre, día de la Aparición de la Virgen de Guadalupe y el 25 de Diciembre, Navidad. De la Navidad, debemos recordar, que el Nacimiento Virginal de Jesús, el Verbo Encarnado de Dios, se hizo por decisión del Altísimo, con participación de la Santísima Virgen María. El milagro de la Encarnación, para los musulmanes, es una Obra de Dios, donde Jesús y María, ambos, participan. Y eso está claro en el Sagrado Corán.