Falta de Moral y Principios en la humanidad
Viernes 1 de Diciembre de 2006.-
Nosotros vemos que el obstáculo que se opone a una sociedad justa, es el egoismo, el egocentrismo, la carrera por el enriquecimiento, la dictadura del dinero; la falta de moral y de principios, no solo en los que poseen exceso de bienes materiales; sino también en aquellos que carecen de ellos. Como bien dice el refrán “el cuchillo del pueblo muchas veces, es el mismo pueblo”.
Para aquellos que poseemos más de lo necesario se estipula la caridad para con el prójimo. Unos no dan nada, otros dan poco y consideran que han distribuido enormes sumas, y se olvidan de los beneficios que Dios les dispensa. Y por lo tanto, Dios nos ha dado los ojos para ver, una lengua para expresarnos y explicarnos, un corazón para apiadarnos de los sufrimientos de los millones de seres humanos.
Nuestros derechos individuales se encuentran ligados al interés de la Comunidad. Si algunos han ignorado los preceptos religiosos, si otros han negado que la propiedad incumbe a la sociedad, si ellos han considerado la fortuna como la exclusividad de algunos, que recuerden que Dios ha ordenado a los gobernantes, sostener la causa del débil a fin de que obtenga sus derechos y de hacer uso de los bienes del país, en el interés de todo el pueblo. El Corán, se expresa en este sentido:
“Vosotros no alcanzareis la piedad perfecta hasta que no habréis dado lo que tenéis demás. Todo el bien que habréis prodigado os será reintegrado y no será en vano. Esto ultimo parecido al lenguaje Bíblico. “Buscad al Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os vendrán por añadidura”.
La piedad es una de las bases fundamentales de ambas religiones.
La piedad divina emana de un poder supremo, pues para dispensar la piedad, es necesario tener poder. Y Dios, clemente y misericordioso, es poderoso por excelencia, es él quien nos da siempre la prueba de su poder y su poder se extiende hacia la piedad.
El Califa Abu-Baker, sucesor de Muhammad, expresó:
“El débil entre vosotros es para mí; el fuerte, pues yo le restauraré sus derechos. El fuerte entre vosotros es para mí; el débil, porque tomaré de él, lo que ha obtenido injustamente”.
En el Surat “Al Tauba” (el arrepentimiento) versículo 34-35 del Sagrado Corán encontramos:
“A los que atesoran el oro y la plata y no lo dispensan en el camino de Dios, anúnciales un tormento cruel el día en que los metales serán incandescentes en el fuego de Gehanam, pues ellos marcarán sus frentes, sus flancos y sus espaldas y cuando les será dicho: aquí lo que vosotros atesorásteis; disfrutad de lo que habéis atesorado.
En el Surat “Al Bácara” (la vaca, versículo188) observamos: “No estaréis vuestra hacienda sobornado a los jueces para apropiaros delictuosamente, a sabiendas, de algo perteneciente a bienes ajenos”. En el Surat VI versículo 153 encontramos: “No toquéis la fortuna del huérfano, a no ser para mejorarla; y devuélvela cuando haya llegado a la mayoría de edad. Si pesáis y medís hacedlo de modo justo. No impongáis a nadie más de lo que pueda soportar y cuando juzguéis algo, sed justos, incluso si se trata de un pariente”.
Evidentemente el “progreso” vertical de las sociedades industrializadas no es verdadero progreso; vivimos en un mundo obsesionado por los bienes materiales, mientras que en el entorno aumenta la miseria de nuestros hermanos; por la razón de las personas y naciones en aumentar su poder, a expensas del sufrimiento universal; por la carrera armamentista; por una sociedad industrial que necesita la guerra para su economía, por el racismo y el clasismo; por el abandono de los lazos de amistad, familia, principios morales y religiosos; etc. Claro está, que el hombre puede seleccionar su progreso, dándole orientación moral y social.
Además hay que considerar que el mundo industrial habla de progreso, porque con la ayuda de unos cuantos descubrimientos científicos ha establecido una sociedad que toma la comodidad por civilización”…
El colapso de la civilización actual está próximo a acaecer, después de un desarrollo extremadamente acelerado.
Nótese lo que comenta Jesús en Mateo 24; 21-22.
“Por qué será tan terrible la tribulación entonces, que no la hubo semejante desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y de no acortarse aquellos días ninguno se salvaría; más abreviarse han por amor a los escogidos”.
Estos son días de tribulación y todo pasa tan rápido, que parece que los días han sido acortados…
Sin embargo hay confusión sobre la segunda venida de Cristo que está cerca y el día del Juicio final que faltan billones de años.
En el libro de los Preceptos de Oro del Budismo Esotérico del Tibet, encontramos el siguiente mensaje: “Antes de dar el primer paso, aprende a discernir lo verdadero de lo falso, lo siempre fugaz de lo sempiterno.
Las semillas de la sabiduría no pueden germinar y desarrollarse en un espacio sin aire. Para vivir y cosechar experiencias, necesita la mente, anchura y profundidad y fines que la acerquen hacia Dios. Busca al Dios eterno e inmutable, la única eterna y absoluta realidad y verdad.
Porque la mente es parecida a un espejo; cúbrase de polvo mientras refleja:
Tiene necesidad de las suaves brisas de la sabiduría del alma, para que arrebaten el polvo a nuestras ilusiones. Procura fundir tu mente con tu alma.
Huye de la ignorancia, huye igualmente de la ilusión. Aparta tu faz de las decepciones mundanas, desconfía de tus sentidos: Pero en el interior de tu cuerpo, en el sagrario de tus sensaciones, busca en lo impersonal al “hombre eterno”, y una vez que lo hayas encontrado, mira hacia adentro. Estas iluminado”.
En el Libro Indú Sutta Nipata encontramos el siguiente párrafo: “considera iguales el placer y el dolor, la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota… busca tu refugio solamente en lo eterno”.
Hay que recordar que el principio básico es amar a Dios sobre todas las cosas, pero también al prójimo, como a nosotros mismos, por amor a Dios.
Con tanta belleza en todas las religiones ¿Quién es el fanático que cree que sólo él tiene la verdad y que los que no crean como él, están condenados para toda la eternidad?
¿Quién es el egoísta que abusa de su poder y su dinero y se olvida del sufrimiento de sus hermanos?
¿Quién sólo se preocupa por esta vida y se olvida que también tiene que preocuparse de la otra?
Nosotros vemos que el obstáculo que se opone a una sociedad justa, es el egoismo, el egocentrismo, la carrera por el enriquecimiento, la dictadura del dinero; la falta de moral y de principios, no solo en los que poseen exceso de bienes materiales; sino también en aquellos que carecen de ellos. Como bien dice el refrán “el cuchillo del pueblo muchas veces, es el mismo pueblo”.
Para aquellos que poseemos más de lo necesario se estipula la caridad para con el prójimo. Unos no dan nada, otros dan poco y consideran que han distribuido enormes sumas, y se olvidan de los beneficios que Dios les dispensa. Y por lo tanto, Dios nos ha dado los ojos para ver, una lengua para expresarnos y explicarnos, un corazón para apiadarnos de los sufrimientos de los millones de seres humanos.
Nuestros derechos individuales se encuentran ligados al interés de la Comunidad. Si algunos han ignorado los preceptos religiosos, si otros han negado que la propiedad incumbe a la sociedad, si ellos han considerado la fortuna como la exclusividad de algunos, que recuerden que Dios ha ordenado a los gobernantes, sostener la causa del débil a fin de que obtenga sus derechos y de hacer uso de los bienes del país, en el interés de todo el pueblo. El Corán, se expresa en este sentido:
“Vosotros no alcanzareis la piedad perfecta hasta que no habréis dado lo que tenéis demás. Todo el bien que habréis prodigado os será reintegrado y no será en vano. Esto ultimo parecido al lenguaje Bíblico. “Buscad al Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os vendrán por añadidura”.
La piedad es una de las bases fundamentales de ambas religiones.
La piedad divina emana de un poder supremo, pues para dispensar la piedad, es necesario tener poder. Y Dios, clemente y misericordioso, es poderoso por excelencia, es él quien nos da siempre la prueba de su poder y su poder se extiende hacia la piedad.
El Califa Abu-Baker, sucesor de Muhammad, expresó:
“El débil entre vosotros es para mí; el fuerte, pues yo le restauraré sus derechos. El fuerte entre vosotros es para mí; el débil, porque tomaré de él, lo que ha obtenido injustamente”.
En el Surat “Al Tauba” (el arrepentimiento) versículo 34-35 del Sagrado Corán encontramos:
“A los que atesoran el oro y la plata y no lo dispensan en el camino de Dios, anúnciales un tormento cruel el día en que los metales serán incandescentes en el fuego de Gehanam, pues ellos marcarán sus frentes, sus flancos y sus espaldas y cuando les será dicho: aquí lo que vosotros atesorásteis; disfrutad de lo que habéis atesorado.
En el Surat “Al Bácara” (la vaca, versículo188) observamos: “No estaréis vuestra hacienda sobornado a los jueces para apropiaros delictuosamente, a sabiendas, de algo perteneciente a bienes ajenos”. En el Surat VI versículo 153 encontramos: “No toquéis la fortuna del huérfano, a no ser para mejorarla; y devuélvela cuando haya llegado a la mayoría de edad. Si pesáis y medís hacedlo de modo justo. No impongáis a nadie más de lo que pueda soportar y cuando juzguéis algo, sed justos, incluso si se trata de un pariente”.
Evidentemente el “progreso” vertical de las sociedades industrializadas no es verdadero progreso; vivimos en un mundo obsesionado por los bienes materiales, mientras que en el entorno aumenta la miseria de nuestros hermanos; por la razón de las personas y naciones en aumentar su poder, a expensas del sufrimiento universal; por la carrera armamentista; por una sociedad industrial que necesita la guerra para su economía, por el racismo y el clasismo; por el abandono de los lazos de amistad, familia, principios morales y religiosos; etc. Claro está, que el hombre puede seleccionar su progreso, dándole orientación moral y social.
Además hay que considerar que el mundo industrial habla de progreso, porque con la ayuda de unos cuantos descubrimientos científicos ha establecido una sociedad que toma la comodidad por civilización”…
El colapso de la civilización actual está próximo a acaecer, después de un desarrollo extremadamente acelerado.
Nótese lo que comenta Jesús en Mateo 24; 21-22.
“Por qué será tan terrible la tribulación entonces, que no la hubo semejante desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. Y de no acortarse aquellos días ninguno se salvaría; más abreviarse han por amor a los escogidos”.
Estos son días de tribulación y todo pasa tan rápido, que parece que los días han sido acortados…
Sin embargo hay confusión sobre la segunda venida de Cristo que está cerca y el día del Juicio final que faltan billones de años.
En el libro de los Preceptos de Oro del Budismo Esotérico del Tibet, encontramos el siguiente mensaje: “Antes de dar el primer paso, aprende a discernir lo verdadero de lo falso, lo siempre fugaz de lo sempiterno.
Las semillas de la sabiduría no pueden germinar y desarrollarse en un espacio sin aire. Para vivir y cosechar experiencias, necesita la mente, anchura y profundidad y fines que la acerquen hacia Dios. Busca al Dios eterno e inmutable, la única eterna y absoluta realidad y verdad.
Porque la mente es parecida a un espejo; cúbrase de polvo mientras refleja:
Tiene necesidad de las suaves brisas de la sabiduría del alma, para que arrebaten el polvo a nuestras ilusiones. Procura fundir tu mente con tu alma.
Huye de la ignorancia, huye igualmente de la ilusión. Aparta tu faz de las decepciones mundanas, desconfía de tus sentidos: Pero en el interior de tu cuerpo, en el sagrario de tus sensaciones, busca en lo impersonal al “hombre eterno”, y una vez que lo hayas encontrado, mira hacia adentro. Estas iluminado”.
En el Libro Indú Sutta Nipata encontramos el siguiente párrafo: “considera iguales el placer y el dolor, la ganancia y la pérdida, la victoria y la derrota… busca tu refugio solamente en lo eterno”.
Hay que recordar que el principio básico es amar a Dios sobre todas las cosas, pero también al prójimo, como a nosotros mismos, por amor a Dios.
Con tanta belleza en todas las religiones ¿Quién es el fanático que cree que sólo él tiene la verdad y que los que no crean como él, están condenados para toda la eternidad?
¿Quién es el egoísta que abusa de su poder y su dinero y se olvida del sufrimiento de sus hermanos?
¿Quién sólo se preocupa por esta vida y se olvida que también tiene que preocuparse de la otra?