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Relación China - Taiwán. Ejemplo a seguir.

Martes 06 de Noviembre de 2007

Relación China-Taiwán – Ejemplo a Seguir

…En la Prensa Gráfica del Lunes 5 de Noviembre de 2007 en páginas 18 y 20 apareció un amplio reportaje, cuyo titular “Durmiendo con el Enemigo” es un manual elemental de Economía Política, que debería servir de base al Supremo Gobierno, para aprender a negociar con los países del Mundo, sin anteponer razones políticas que no nos corresponden… Aún los grandes del planeta aplican el principio chino con naturalidad y efectividad de que “en los negocios no hay patriotismo, ni ideología política que se superponga” y aún los Estados Unidos como potencia hegemónica, dejan de lado sus preferencias políticas y negocian hasta con sus “enemigos” cuando les conviene.
El Gobierno salvadoreño aplica su ideología política hasta para comerciar, aún dirigiendo un minúsculo, débil y endeudado país (que nosotros lo amamos y lo sentimos grande sólo porque es nuestro); olvidándose que nuestra meta no es la supremacía, sino tan solo la supervivencia y sin exigir nada a cambio, dando más que lo que recibe; despreciando negociaciones provechosas y no recibiendo generalmente de nuestros “aliados”, la misma reciprocidad.
No somos así solidarios, sino que ingenuos; definiéndonos así para no usar una palabra más drástica y más comúnmente usada en este tipo de situaciones.
El reportaje mencionaba: “La tensa relación de Taiwán con China, no impide a ambas partes concretar millonarios negocios…El Salvador fuerte aliado de la isla, no ve aún correspondida, en el plano comercial esa fidelidad. Y luego continuaba: “El motor principal de la economía de Taiwán tiene a su base una paradoja: su relación comercial con China. La expresión es confirmada con los números de su economía. China, su principal enemigo político, diplomático y hasta militar, es su principal aliado comercial. Le sigue en la lista Hong Kong, (que pertenece a China) Estados Unidos y Europa. El Consejo para los Asuntos de China Continental (MAC, por sus siglas en inglés) ocupa dos pisos de un edificio en Taipéi, capital de Taiwán. Según sus funcionarios, este espacio ya no es suficiente para atender el trabajo que genera la relación comercial con China, una relación que ha generado, para ambos países, beneficios millonarios en divisas, convirtiéndose así en una especie de matrimonio por conveniencia. Los taiwaneses consideran que los problemas políticos no pueden ni tienen por qué traducirse en un divorcio comercial. Para ellos, esta relación China-Taiwán es un caso especial en el que ambos gobiernos han preferido no involucrarse de forma directa. Para el cierre de 2006 la isla envió hacia el mercado de China Continental el 23.1% del total de sus exportaciones, lo que equivale a más de $51 mil millones. “Negocios son negocios”, dice Chao Jungchuang, del Instituto de Investigación Económica de Taiwán, quien recordó que más de la mitad de la inversión taiwanesa se está enfocando a China. En nuestro país ni siquiera quisieron construir un pequeño parque Industrial “El Parque Taiwán”, y eso que se comprometieron a ello. Para los taiwaneses, los conflictos políticos no influyen en los intercambios de relaciones particulares. “Los comerciantes saben dónde hay ganancia”, recalca aceptando el cumplimiento del adagio chino. “Los orientales, y especialmente los taiwaneses, conocemos a los chinos y hay más facilidades de hacer negocios, conocemos las mañas comerciales”, remitiéndose a las estadísticas que colocan a Taiwán como la segunda nación inversionista más grande en la China, su máximo aliado económico y mayor enemigo internacional”…
Aún sin lograr beneficios tangibles, nuestro país sigue dando su apoyo diplomático, que no sólo se limita el voto, sino a un discurso de apoyo público del Presidente Saca solicitando nuevamente el ingreso de Taiwan a la ONU y en los Organismos afiliados como la OMS y la UNESCO. Incluso avalamos el reclamo contra el Secretario General de la ONU, porque se negó a tramitar un pedido de Taiwán de que se le deje volver al Foro Mundial. No solo somos aliados, sino de los más firmes aliados. Se le otorgó un TLC que le permite competir con los productos chinos, subsidiando sus exportaciones (aranceles disminuidos); y con la excepción del aumento de la cuota de azúcar, no se ha recibido ningún beneficio económico compensatorio, ni siquiera para la compra garantizada de café salvadoreño. Aún con los beneficios ofrecidos, incluyendo terreno urbanizado, TLC con Estados Unidos y beneficios fiscales, el parque Taiwán ofrecido no se concretó y no hubo interés empresarial en Taiwán para su construcción. Aparentemente seguimos regalando nuestro voto y apoyo internacional y despreciando a China. Costa Rica por el contrario ha recibido de China un paquete económico de ayuda de US$130 millones de dólares, apoyo con una refinería de petróleo regional y un impulso al comercio Binacional, fuera de la venta a China, de 30 millones de bonos del Gobierno y también obtuvo la promesa de construir un imponente Estadio de Futbol, para 40,000 asientos y 100 millones de dólares para reemplazar el actual Estadio Nacional de 15,000 asientos. A manera de consuelo, podríamos decir: Bueno, Costa Rica tiene un brillante futbol y nosotros continuamos descendiendo en el ranking Mundial hasta el punto de que El Salvador se encuentra en el último lugar en el Mundo de los países con tradición futbolística.
Ya desde el año pasado. ANEP manifestó: “Si no logramos beneficios, tendríamos que revisar si seguir dándoles apoyo”; acompañando las voces de algunos sectores empresariales que piden revisar las relaciones con Taipei y la posibilidad de fortalecerlas con Pekín. El Salvador reconoce a Taiwán, un mercado de 22 ½ millones de habitantes y desconoce a China, un mercado de 1,300 millones de habitantes…El reconocimiento de Taiwán como Estado-Nación, representando a China, de parte de El Salvador, es un voto de calidad, de valor incalculable. A Taiwán le resultaría imposible recuperar nuestro voto. Nosotros si cambiáramos a Taiwán por China Continental – como lo hizo Estados Unidos hace 30 años – podríamos recibir de China Continental ayuda sustancial, no sólo simbólica. El TLC con Taiwán que no fomentará exportación de El Salvador dará a Taiwán la ventaja de poder competir con China Continental en nuestro mercado interno, disminuyendo sus aranceles, esto es, subsidiando sus exportaciones perjudicando al Estado salvadoreño en sus ingresos, en un momento que como dijera la ASI, es “critica la situación fiscal” y creando con la invasión de productos taiwaneses una competencia desleal adicional al sector empresarial salvadoreño, ya deprimido.
Si nuestra bandera fuera el anticomunismo, no hay duda de que hubiéramos realizado una hábil maniobra política. Pero el conflicto actual no es Este-Oeste; sino que Norte-Sur y desde esa perspectiva, la mala negociación salta a la vista.
Si queremos tanto a Taiwán, porqué no aprendemos de ellos.