Islam – Aclaraciones a dudas e interrogantes (III)
Miércoles 28 de Noviembre de 2007
En el Capítulo 2 versículo 4 del Corán se establece que los musulmanes deben de creer, no sólo en el Corán (la revelación proveniente de Dios, dada al profeta Muhammad), sino también en las revelaciones anteriores. De esa forma la Toran de Moisés, los Salmos de David y el Evangelio de Cristo, son también revelaciones provenientes de Dios y que los musulmanes debemos creer.
Esto es así, una demostración de amplitud y ecumenismo espectacular.
…El 3-84 asimismo explica
“Decid: Creemos en Allah y en lo que ha sido revelado, y lo que fue revelado a Abraham y a Ismael, y a Isaac y a Jacob y a las Tribus; y aquello que fue dado a Moisés y Jesús y a los Profetas de su Señor; no hacemos distinción entre ninguna de ellos y sólo a Dios, nos sometemos.
Leemos también en el Sagrado Corán
¡Oh Gentes de Libro! (Cristianos y Judíos)
Venid a una palabra igual entre nosotros y vosotros:
“Que no adoraremos excepto a Dios y que no le asociaremos nada y no tomaremos unos a otros como dioses, aparte de Dios,” Corán, 3:64…
Es éste posiblemente el llamamiento más antiguo que puede encontrarse en un texto sagrado, al diálogo interreligioso. Un llamamiento a ponerse de acuerdo para no someterse a los poderes de este mundo, para unir fuerzas en la creencia en un mismo y único Dios.
El Sagrado Corán, cuyo texto original en lengua árabe, tal como fue revelado a lo largo de 23 años por el arcángel San Gabriel al profeta Muhammad, fue memorizado y escrito por sus compañeros y seguidores, es un llamamiento continuo a la unidad de los creyentes:
Innamál mumínuna íjua. “Ciertamente, los creyentes son hermanos.
“Ciertamente, aquellos que creen, y los judíos, y los cristianos, y los sabeos, quienes crean en Dios y en el Día Último y obren rectamente, tienen su recompensa junto a Su señor. No habrán de temer y no estarán tristes”.
Corán, 2:62.
…Si bien hay voces ecuménicas en todas las religiones, lo que nos permiten esbozar un proyecto de acercamiento inter-religioso; es importante el reconocimiento y aceptación – no sólo el conocimiento y la tolerancia, de las otras religiones, lo cual lleva a reconocer los libros sagrados y a sus enviados o iluminados; llámense Gurúes y Saddhus de los Hindúes; sabios por los chinos; maestros por los Budistas o profetas, por Judíos, Cristianos y Musulmanes.
Hans Küng, teólogo católico, lo afirma brillantemente en uno de sus escritos:
“Si estoy sentado en la misma mesa o estoy dialogando con un judío y un musulmán; tengo que aceptar que para mí como cristiano, Jesús es el camino, la verdad y la vida; pero también tengo que aceptar, que para el judío, es la Toráh y para el musulmán el Corán y nadie estaría dispuesto a renunciar a ello, aún a causa de la paz.”
Más recientemente en su libro el Islam, Historia, Presente y Futuro, declara que también después de Jesús hay auténticos profetas y que es un prejuicio dogmático lo que lleva a los cristianos a reconocer como profeta a Amós, Óseas, Isaías, Jeremías y al extremadamente violento, Elías, pero no a Muhámmad. El reconocimiento de Muhámmad como profeta tendría consecuencias enormemente positivas para el entendimiento entre cristianos y musulmanes, según el teólogo suizo – católico Hans Küng.
Y también agrega: Quien pone la Biblia al lado del Corán y lee ambos simultáneamente no puede sino preguntarse. ¿No tienen las tres religiones reveladas de origen semítico: judaísmo, cristianismo e Islam- , no tienen, sobre todo la Biblia hebrea y el Corán, la misma base? ¿No resulta más que evidente que, tanto en una como otra sagrada escritura, se habla de uno y el mismo Dios? ¿No existe una cierta correspondencia entre el “así habla el Señor” de la Biblia hebrea y el ¡habla! (qul: 332 veces) del Corán, entre el bíblico “Ve y anuncia” y el coránico “levántate y advierte”? y por último: ¡Tampoco los millones de cristianos de lengua árabe conocen otra palabra para nombrar a Dios salvo “Allah”!
Allah no es así el Dios de los musulmanes. Es el mismo y único Dios de todos y es un término semítico usado en árabe y también (con algunas diferencias fonéticas vocálicas) en hebreo y arameo, para indicar el nombre del Único Dios, el Dios de Todo, Todos y Todas.
Y más adelante menciona:
Y cuando la Iglesia Católica, según la declaración sobre las religiones no cristianas del Concilio Vaticano II (1964) “mira con aprecio a los musulmanes, que adoran al Único Dios…que habló a los hombres (Nostra aetate 3); en mi opinión continúa diciendo Hans Küng esta misma Iglesia también debería – y lo mismo cabe decir de las demás iglesias cristianas – “mirar con aprecio” a aquel cuyo nombre, por turbación, se silencia en el citado documento, aunque él y solo él fue quien condujo a los musulmanes a la adoración de este Dios Único, porque Dios habló a los hombres a través de él: ¡Muhammad, el Profeta!”
A esto agregamos; el Islam es la religión que crece con mayor rapidez en el mundo, a pesar que no hacemos proselitismo.
Este fenómeno indica que el Islam es una religión procedente de Dios. Es irrazonable pensar que la gran cantidad de personas que se convierten voluntariamente al Islam, lo hagan sin una consideración cuidadosa y una profunda contemplación antes de concluir que el Islam es verdad…Fuera de ello, el Islam no ofrece la salvación automática con sólo creer; ya que la fe sin obras no vale nada. De esa forma, la oferta no es tan tentadora pero es sincera y llena de verdad. ¿De qué sirve ofrecer algo que llene de placer y alegría mundana, para luego darnos cuenta – cuando sea demasiado tarde – que eran falsas esperanzas.
Lo vemos en los grandes ofrecimientos de ganancias inesperadas. Mucha gente las prefiere a las oportunidades razonables. Para darse cuenta a posteriori, que fueron estafados. Al menos en esta vida algo se puede hacer; pero en la otra, si nos equivocamos, estaremos perdidos…
“El Corán no es sino una amonestación dirigida a todos los mundos. Y tened por seguro que, pasado un tiempo, conoceréis lo que anuncia”. (Sagrado Corán 38: 87-88)
Salam Aleikum, Wa Rajmatullah, Wa Barakatuju. “Que la Paz, la misericordia de Dios y sus bendiciones se derramen sobre toda la Humanidad” Amén.