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Progreso inimaginable o el Apocalipsis.

Lunes, 12 de noviembre de 2007.

Progreso inimaginable o el Apocalipsis.

Vivimos continuamente observando progresos científicos de diferentes ramas del saber, pero también un progreso cimentado sobre bases no morales ¿Qué nos deparará el futuro? ¿Tiempos mesiánicos de progreso inimaginable o el Apocalipsis, esto es, la destrucción total?
La historia nos enseña que la Humanidad es cada día más sabia pero no por eso, más sensata. De esa forma nuestro tiempo se presta para la proliferación de advertidores y adivinos, cuyas predicciones se oyen y se leen por doquier, pero también para los libros de ciencia-ficción, que algunas veces no son más que informaciones en el presente, sobre descubrimientos futuros, que ya están encaminados o bien, que ya están desarrollados, pero que no han sido oficialmente publicados; aunque otras veces son verdaderas proezas de adelantarse a los hechos. De allí que existe una doble información: la ciencia y sus proezas y el misticismo y sus intuiciones y premoniciones.
No sabemos si la agonía donde hemos entrado es la de del renacimiento o la muerte de nuestra civilización. Debemos así estar preparados a la vez, a desesperar y a esperar, entre tantas acciones humanas.
Hay 2 cosas tremendamente graves, que la Humanidad debe discernir sobre su uso.
Por un lado el uso indiscriminado de la Ingeniería Genética (donde el hombre no sólo obtiene progresos científicos sino que manipula en exceso y sin ética y juega a ser Dios; y por el otro lado, jugar con la fuerza nuclear.
…La ingeniería genética nos da desde producción de sustancias humanas como la somatostatina, la hormona del crecimiento, la insulina, etc.; vacunas, curación de enfermedades hereditarias o anomalías metabólicas, etc. pero también nos da lugar a combinar ADN para obtener nuevas formas patógenas; para regenerar virus ya desaparecidos; para la manipulación genética de alimentos que están sustituyendo aceleradamente la patria genética (semillas naturales) de los mismos, para adaptar enfermedades de otras especies animales para que puedan enfermar seres humanos; y hasta ya se habla de síntesis de células animales y vegetales, para la formación de posibles monstruos híbridos, lo que los anglosajones llaman quimeras (MAN-PLANT-ANIMAL QIMERAS) por medio de fusión de células que conducen a una nueva génesis.
Ya no sólo se podrían ver virus de chimpancé o gripe de aves que atacan humanos, sino por ejemplo, cáncer de clavel, tabaco o sandía por ejemplo, que ya existen, convertidos en cánceres quimera, que podrían atacar seres humanos…Si ya hemos producido un súper–ratón, grande y violento alterando un gen común con los humanos, ¿qué falta para producir súper–hombres o porqué no, súper soldados?
Si ya se ha anunciado la clonación de seres humanos.
¿Qué más no se ha realizado ya?
¿Qué más no se está intentando?
Lo oscuro y lo encubierto, está incluso más allá que nuestra imaginación. Y el futuro, incluso más lejos todavía.
Esto naturalmente conlleva una nueva moral que hay que crear para el siglo XXI, la bioética, de la cual apenas vislumbramos pocas premisas y algunas prohibiciones.
En cuanto a la energía nuclear, su problema no sólo radica en la proliferación de la misma (que las potencias nucleares tratan de evitar, pero no dicen nada de su desarme), sino también en la dificultad de su uso para fines pacíficos.
…Por un lado, la única forma de energía nuclear manejable en reactores es la fisión nuclear (desintegración de núcleos pesados radioactivos); fuera de ser altamente contaminante, tiene el problema de los desechos radioactivos, que al principio se pusieron en depósitos supuestamente “herméticos” y depositados en los océanos, contaminándolos progresivamente; después en minas subterráneas y ahora se experimenta con diversos materiales de “uranio empobrecido” contaminando las diferentes zonas del planeta con radiación desmenuzada y a plazos.
Fuera de ello, la energía nuclear no resuelve el problema energético porque no obtiene energía a partir de la temperatura, sino por la elevación de ésta. Y si la fusión atómica (fusión de átomos ligeros en átomos más pesados), viniera a sustituir a la fisión actual, conllevaría el recalentamiento del planeta, que aumentaría su desertificación y derretiría los casquetes polares, potencializando el efecto invernadero, aumentando aún más todavía, los niveles de los océanos y hundiendo las mayores ciudades del planeta, que se encuentran al nivel del mar.
¿Seremos cada vez más científicos?, ¿Avanzaremos en nuestros conocimientos? Pero al mismo tiempo ¿impregnaremos de moral y prudencia nuestros actos? ¿Tendremos respeto a Dios y a la Humanidad y su entorno?
Talvez la Humanidad común y los científicos podrían hacerlo. Pero lamentablemente los políticos del mundo y las grandes transnacionales dominan todo.
El interés de los políticos no va más allá del próximo período electoral. El interés de las grandes transnacionales es aumentar su dinero y su poder. Bien se dice que las corporaciones no tienen corazón ¿Tendrán al menos hígado? ¿Quién sabe? Aunque si sabemos que son carentes de sentimiento, pero disponen de una eficiente metodología para hacer dinero.
¿Seremos verdaderamente homosapiens o nos convertiremos en dinosaurios súper desarrollados, súper tecnificados, condenados por nuestras propias acciones y reacciones negativas a desaparecer?
La rapidez con que los jóvenes desean vivir su vida, tal vez es una premonición de que el futuro no será “un jardín de rosas”, sino más bien desalentador y quejumbroso. ¿Porqué no gozar la vida loca, ahora que se puede?
El futuro científico que se anuncia puede ser incluso más negro: nuevas enfermedades, mayor violencia de las existentes; escasez de comida y agua; cambio climático; monstruosidades genéticas; el átomo desbordante e incontrolado; la eutanasia; la falta de moral; las guerras y la delincuencia en sus muy variados tipos y combinaciones; la crisis económica mundial; el hombre “mercancía”, será antes un desecho, que las mismas mercancías.
Seamos modernos, pero evitemos ese progreso científico, sin moral para iluminarlo. El hombre no es sólo materialidad, sino también alma y espíritu.
¡Que Dios nos guarde!