Crisis del etanol III.
Miércoles 18 de Abril de 2007
Siguiendo con el tema del Etanol y su uso como combustible.
Nuestro querido País tiene que aprovechar la política actual de los Estados Unidos (que estamos seguros se extenderá a
Para ello conviene aclarar los siguientes conceptos (y reaclarar otros, que ya se fueron aclarados en anteriores programas).
I- La introducción del Etanol en el ciclo de combustibles, no debe verse como la oportunidad de bajar los precios de los mismos. Ni su costo de fabricación ni su eficiencia energética; ni mucho menos, la dependencia del oligopolio petrolero, para su mezcla, distribución y expendio; en un mercado no sólo liberado, sino inexplicablemente demasiado permisivo lo permitirían.
II- Debe verse eso sí, como una posibilidad de fomentar la agricultura; aumentar exportaciones netas, aumentar el empleo, entre otras medidas provechosas, siempre y cuando se planifiquen bien.
III- Si bien el consumo local podría absorver toda la producción de etanol, habiendo una gran demanda internacional, sobre todo de los Estados Unidos sería más conveniente exportarlo. (teniendo un TLC el impuesto de US$0.54 por importación de galón por etanol), sería eliminado; aunque calculamos que dentro de poco, Estados Unidos, eliminará dicho impuesto, favoreciendo a cualquier país, aún sin TLC. Si no lo hace, podríamos incluso procesar etanol hidratado brasileño, deshidratándolo acá, para aprovechar las ventajas impositivas. Su consumo local, generaría una serie de dificultades innecesarias: nueva ley de hidrocarburos; legislación sobre el gasohol; negociación con las petroleras (desviándonos de la verdadera negociación, que es la comercialización del petróleo y derivados y sus precios); expendio; precios; educación de la población para su consumo, etc. Si el gasohol no abarataría los precios y hay- y habría – una demanda creciente internacional, no hay razón para fomentar y organizar su consumo interno para combustible.
IV- La fabricación de Etanol tiene que fomentarse sobre la obtención de Biodiesel (obtenido éste de semillas oleaginosas como el tempate y el higuerillo, o bien de otros productos oleaginos, como el aceite de coco, de palma africana y otros. El Biodiesel puede sustituir en mayor proporción al diesel, que lo que el etanol puede sustituir a la gasolina; pero es extremadamente caro producirlo (mucho más que el diesel obtenido del petróleo) y además, no hay una demanda masiva internacional de importarlo); de esa forma, la producción de Biodiesel, al menos por ahora, diferente al etanol no es conveniente escalarla; aunque estaría bien mantenerla a nivel de plantas piloto.
V- La propuesta del acuerdo E.U – Brasil y la instalación de una planta inicial de etanol, está basada en la utilización de la caña de azúcar y de sus derivados, como se utiliza en Brasil. Si bien ésta es una forma conveniente de obtener etanol (alcohol) no es la única. Para producir alcohol para combustible podemos utilizar también: maicillo, yuca, y cuanta fuente de almidón o azúcar abundante dispongamos, pudiendo utilizar, en el caso del maicillo o sorgo, los terrenos menos fértiles. No hay así razón para utilizar azúcar de caña únicamente para producir alcohol. Podríamos utilizar subproductos abundantes, incluso derivados del café, como el mucílago o las mieles del café. Pero más importante sería poder industrializar el desperdicio del café (que es casi la mitad del peso del grano) y que constituye un enorme nivel de contaminación. La industrialización de la pulpa de café, a través de tecnología salvadoreña, sería un gran avance. ¿Podríamos obtener etanol de ella? No hay duda, que tenemos que ser incisivos y sagaces y sobre todo, ser originales. Si de acuerdo al refranero popular “lo que hace el mico hace el mono”, deberíamos de seguir siendo monos en esto y convertirnos alguna vez, al menos, en micos.
VI- La demanda internacional de etanol y el deseo imitativo de obtenerlo únicamente a través de la caña de azúcar; nos podría convertir peligrosamente en un país de monocultivo, sustituyendo otros productos necesarios por plantaciones de caña de azúcar (claro, en las tierras fértiles y planas, donde ésta pudiera cultivarse. Esto sería altamente negativo la sustitución de cultivos no debe realizarse. El aumento del cultivo de caña de azúcar debe hacerse únicamente utilizando las tierras aptas disponibles, dentro de las tierras abandonadas; esto es, utilizando parcialmente las 640,000 manzanas aproximadamente de tierras ociosas.
VII- Tampoco puede interferirse para etanol; la disponibilidad de azúcar para el mercado internacional y consumo interno, ni tampoco utilizar toda la melaza, olvidándose de las cuotas de ella ya asignadas, sobre todo al sector pecuario.
VIII- Debe considerarse además que dentro de poco habrá escasez de alimentos a nivel mundial, en especial el maíz, y ya que este aumentará de precio, se volverá rentable su cultivo. Parte de esas tierras ociosas deberán dirigirse a la producción de alimentos, tratando de lograr la autosuficiencia alimentaria, sobre todo ante la próxima escasez mundial que se avecina.
IX- Los terrenos menos fértiles podrían ser utilizados para cultivar plantas resistentes, de las cuales podríamos obtener etanol como el sorgo o maicillo. Es fácil adaptar tecnología existente, para hacer esto una realidad económicamente viable.
X- Hablar del etanol y de sus amplias expectativas, no debe servir de cortina de humo o para desviar la atención, sobre un problema diferente, que es de alta prioridad: los altos precios de los combustible; su alza permanente y la forma de abaratarlos; algo que el gobierno, después de más de un año de inexplicable silencio, decidió intervenir. Aunque parece que últimamente se ha echado para atrás.