#11, Cárcavas, Bordas y Deslaves.
Cárcavas, Bordas y Deslaves.
Lunes 27 de Octubre 2008.
Casos impresionantes que han acaparado un gran porcentaje de espacios noticiosos lo constituyen las inundaciones, con énfasis en la tragedia en la Colonia Málaga y el hundimiento de las casas y la ampliación de las cárcavas en la Cima I de San Bartolo y la Colonia Santa Lucía, en Ilopango.
El comportamiento de las autoridades competentes es impresionante, con una dejadez incomprensible y con la simpleza evasiva de echarle la culpa a otro.
Sabemos que Obras Públicas maneja un jugoso presupuesto; dispone del FOVIAL ($0.20 por galón de gasolina y Diesel) y los préstamos internacionales.
Al final, el MOP acusa a las Alcaldías y les hecha toda la culpa y les señala toda la responsabilidad, ya que según dicho Ministerio sólo a ellas les corresponde el arreglo de las grandes obras de mitigación, producto a su vez de malas políticas de desarrollo. Y no importa que partido gobierne los municipios. ¡Es importante definir responsabilidades y distribuir los ingresos de acuerdo a ellas! En el caso de las bordas de la Capital es necesario hacer una investigación del uso que se le dio al préstamo que se obtuvo para tal fin y del manejo del Ministerio de Obras Públicas, tanto de la actual Administración y también, y especialmente, de la anterior, donde muchas acusaciones se mencionaron en los medios periodísticos.
En el caso de la Colonia Málaga, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), integrada por funcionarios ecuánimes y capaces, ya emitió resolución. En efecto, según noticia publicada en El Diario de Hoy, el jueves 16 de octubre de 2008, se leía:
PDDH responsabiliza a Estado en caso Málaga.
La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) responsabilizó ayer al Estado salvadoreño de la tragedia ocurrida el 3 de julio en la colonia Málaga, donde 31 miembros de la Iglesia ELIM murieron luego de que el bus en el que se transportaban fue arrastrado por una repunta, en momentos que regresaban de un culto evangélico.
El informe señala como principal responsable al Presidente de la República, Elías Antonio Saca, por la “omisión en la adopción de medidas que garanticen la seguridad de la población, y los derechos contenidos en la Constitución y los tratados internaciones”.
Esa omisión se ve reflejada, según el informe de la PDDH, en la falta de obras de mitigación en la zona del Arenal de Monserrat que redujera el riesgo del sector. También fueron responsabilizados los Ministerios de Medio Ambiente, Obras Públicas y Gobernación, así como los organismos de socorro por su respuesta tardía al hecho. En cuanto a las bordas de los ríos y las cárcavas de las colonias, todavía en proceso de empeoramiento, merece comentarse algunas noticias periodísticas:
En la Prensa Gráfica del viernes 10.octubre.2008 decía:
Borda del Bajo Lempa, a paso lento.
A pesar de haberse construido una estructura con FONDOS considerables, la cual se esperaba fuera perdurable, la estructura colapsó en el primer invierno. Y como muchas Obras estatales, los trabajos tardan en hacerse, se invierten grandes cantidades de dinero, muchas veces préstamos o presupuestos extraordinarios; se arruinan rápidamente; se abandonan y se les hecha la culpa a otros. “Como un ejemplo, de los tantos que pueden presentarse, la borda estructural de las Comunidades El Chamol, Taura y Rancho Grande del Bajo Lempa colapsó y se está levantando una borda provisional con sacos con arena. A pesar de la importancia de la obra para la seguridad de los habitantes del sector, la labor se ha dejado en manos de los militares, sin la colaboración de ninguna otra Institución.
Lo mismo pasa en el Lago de Ilopango, la Laguna de Olomega, el Embalse del Cerrón Grande, el Goascorán, el Jíboa, El Paz, El Grande de San Miguel, etc.”
Por otro lado, los estragos en la Santa Lucía y San Bartolo, siguen progresando y son monitoreados día a día por los medios periodísticos.
En una noticia del 27 de sep.2008, el Diario El Mundo decía:
Dos casas por colapsar en la Santa Lucía.
“Dos casas a punto de colapsar, varias calles y viviendas dañadas, 56 familias evacuadas y sobre todo la inestabilidad que sienten en sus propios hogares, son las consecuencias que tienen que enfrentar los habitantes de la Residencial Santa Lucia, por la ineficiencia de las autoridades competentes, que no les dan ninguna solución al problema que día con día va creciendo más.
La cárcava al final de la calle principal inició desde los terremotos del 2001, pero empeoró por el mes de julio, con la llegada de las primeras lluvias.
El pasado 18 de agosto decenas de familias de la residencial vieron una luz de esperanza, ante las promesas que Jorge Nieto, Ministro de Obras Publicas (MOP) y el Ministro de Gobernación, Juan Miguel Bolaños hicieron durante la tan espera visita de los funcionarios a la zona afectada.
En ese momento pactaron con la municipalidad que firmarían un convenio que los gastos de las obras serían compartidos.
Con la promesa de ese convenio, al menos unos 30 hombres del MOP se pusieron a trabajar.
“Solo vinieron como dos semanas y luego se fueron, ya tienen como un mes de no venir y cuando se hacían presentes solo ponían plástico, que la misma lluvia se lo llevaba”, dijo un habitante de la Residencial.
Posteriormente se trabajó en la instalación de una tubería donde puedan desviarse las aguas residuales, obras que se realizaron, pero que según los vecinos fueron mal empleadas, ya que el MOP instaló tuberías desviadas para el sector de la cancha de la colonia, lo que está provocando otra cárcava.
Se dice que el invierno es el causante de no permitir realizar las obras de mitigación, pero el problema se inició con un deslave en 2005 y hubo oportunidad de realizarse en 3 periodos de temporada seca (verano); al no realizarse trabajos en ese momento, dio paso al crecimiento de las cárcavas.
La gente sigue abandonada a su suerte. Incluso el Fondo Social para la Vivienda sigue exigiendo la cuota mensual de los préstamos, porque el “seguro no procede mientras la casa se encuentre en pie” a pesar de que la cárcava se encuentre a pocos metros.
Mientras la casa no se destruya totalmente; aunque quede devaluada y en situación de riesgo, se tiene que seguir pagando la misma cuota y puntual; si no, el embargo, y no de la casa que no vale o casi no vale, sino de otras garantías reales del deudor y codeudor. Y de la responsabilidad del constructor, o del papel solidario del Estado… Nada…
El caso del deslave de la Montebello Poniente hace muchos años y otro caso más reciente, “Las Colinas” en Santa Tecla, han sido tragedias similares, acompañadas de injusticia y abandono. Y ahora ya se habla de un deslave de grandes proporciones en la zona del Picacho, en el Volcán de San Salvador, que geólogos japoneses están sugiriendo las obras de mitigación necesarias para encarar el problema.
Al no realizarse, el problema se dilata, aunque se complica para el próximo futuro.
…Continuamos con lo mismo. Aquí lo importante no es lo que pase, si no a quien le pase. Esta es una impunidad clara y flagrante y también un caso más de carencia de solidaridad.
No es la primera vez que el esfuerzo de toda una vida, se pierde en un instante.