Falta de estrategias en las encuestas
Lunes 5 de Febrero de 2007.-
…Muchas veces, las estadísticas parciales o las encuestas sesgadas, son convenientes, como medida de propaganda, publicidad o apoyo y por consiguiente, tienen una utilidad política. No obstante lo anterior, se vuelven totalmente negativas, si la persona o grupo que así las utiliza las cree firmemente, dando lugar a una desubicación de sus auspiciadores, que pierden la justa dimensión del problema, apartándose así de la realidad y por consiguiente, de la solución.
Cuando se hacen encuestas sesgadas, esto es, cuando se tuercen o manipulan las preguntas y también los resultados, en una dirección prefijada; o se distorsionan en su representatividad; o en el proceso de estimación o en la selección o en el examen de la muestra; consiguiendo resultados esperados, aunque incorrectos, se debe hacer una encuesta privada real, para conocer los resultados exactos y definir las estrategias de cambio o la continuación del estilo; dejando la encuesta sesgada únicamente para efectos publicitarios…
Es fácil darse cuenta, cuando una persona o grupo, incluyendo los partidos políticos y por consiguiente el partido oficial; están usando adecuadamente la “eficiencia empresarial” y disponen convenientemente de ambos resultados, cuando a pesar de encuestas sumamente halagüeñas de altos niveles de popularidad y plena aceptación aparente a las actuaciones y políticas, se nota inmediatamente un cambio: de políticas, del discurso, de imagen y de estrategia. Es evidente, que se dispone de los resultados reales y se está actuando en consonancia; caso contrario miraríamos una continuación del mismo estilo, que continúa según la encuesta sesgada, tan “exitoso”.
Ejemplarizar lo anterior, no resulta por consiguiente – al menos por ahora – tan importante. Ya que consideramos se está usando la estrategia correcta.
Nuestro programa Aclarando Conceptos tiene por objetivo: Aclarar, definir, señalar problemas, presentar sus causas e indicar las posibles soluciones; buscando la mayor amplitud e imparcialidad posible; aunque nuestros análisis sean realizados dentro de nuestra propia perspectiva. Nos agrada en primer lugar hacer crítica constructiva; más aún en aquellos casos de trascendencia nacional; sobre todo cuando no vemos que se conoce, o si se conoce, no se pondera, la justa dimensión del problema. Y en base a eso, nos referiremos dentro de la limitación de tiempo de nuestro programa, al caso especifico de estadísticas parciales: como es el caso de nuestra balanza comercial.
El panorama se complica, porque no se trata únicamente de publicidad y propaganda, como en el caso anterior, porque en este caso, no se hace nada, o mejor dicho, se hace lo contrario, para buscar la solución al problema.
Se habla constantemente del aumento de exportaciones, pero no se dice nada del aumento mucho mayor de las importaciones. Nos consideramos un país de renta media y tan sólo hemos llegado en el pasado, porque a las exportaciones de maquila, se le aumenta el valor de la materia prima extranjera importada para tal fin, cuando ésta no es más que “valores en tránsito”; y se disminuyen aranceles, sin considerar la disminución de ingresos al Fisco; dándole un golpe bajo a la “industria nacional”, que también pierde protección, fuera de la pérdida de competitividad, entre otras cosas, por los precios excesivamente altos a sus insumos y servicios, etc. Etc. Todo, con una política que no presenta signos de cambio alguno. Se potencializan los servicios, se fomenta el turismo y se fortifica el sector financiero; se dan leyes sectoriales de apoyo para los mismos ¿y qué pasa con nuestras exportaciones; qué pasa con la sustitución de importaciones con producción nacional y qué pasa con la generación de empleo? ¿Por qué no también se potencializan, se fortifican o se fomentan?
Las voces de alerta de este programa ya fueron aclaradas con artículos publicados entre otros, en la Revista Comercio e Industria, de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador y en la Revista Industria, de la Asociación Salvadoreña de industriales (ASI) y en la Prensa escrita nacional. Basta ver 2 noticias recientes: Prensa Gráfica del domingo 28 de enero 2007:
…”El déficit comercial creció 19% en 2006. Las exportaciones, incluyendo las importaciones fueron de 7627.8 millones y las exportaciones tan solo 3513.30, esto es, menos de la mitad, dando un déficit de $4114.5 millones”.
Y en el Diario de Hoy del lunes 29 de enero de 2007 se encuentra: “El déficit comercial fue de $4114 millones. Las exportaciones aumentaron 126.7 millones con respecto al año anterior, pero en ese mismo periodo las importaciones subieron 793.4 millones, esto es $666.7 millones de déficit adicional”.
Esto se compensa con las remesas de nuestros hermanos en el exterior y los préstamos internacionales. ¿Hasta cuándo?
Urge… y es fundamental que se tomen medidas desde ya, antes que sea demasiado tarde: potencializar las exportaciones; disminuir las importaciones; fomentar el empleo; desarrollar la agricultura y la agroindustria; conseguir nuestra autosuficiencia alimentaria; racionalizar los préstamos, a la par (no en vez de) del desarrollo de los servicios y turismo, en que estamos enfrascados.
…Muchas veces, las estadísticas parciales o las encuestas sesgadas, son convenientes, como medida de propaganda, publicidad o apoyo y por consiguiente, tienen una utilidad política. No obstante lo anterior, se vuelven totalmente negativas, si la persona o grupo que así las utiliza las cree firmemente, dando lugar a una desubicación de sus auspiciadores, que pierden la justa dimensión del problema, apartándose así de la realidad y por consiguiente, de la solución.
Cuando se hacen encuestas sesgadas, esto es, cuando se tuercen o manipulan las preguntas y también los resultados, en una dirección prefijada; o se distorsionan en su representatividad; o en el proceso de estimación o en la selección o en el examen de la muestra; consiguiendo resultados esperados, aunque incorrectos, se debe hacer una encuesta privada real, para conocer los resultados exactos y definir las estrategias de cambio o la continuación del estilo; dejando la encuesta sesgada únicamente para efectos publicitarios…
Es fácil darse cuenta, cuando una persona o grupo, incluyendo los partidos políticos y por consiguiente el partido oficial; están usando adecuadamente la “eficiencia empresarial” y disponen convenientemente de ambos resultados, cuando a pesar de encuestas sumamente halagüeñas de altos niveles de popularidad y plena aceptación aparente a las actuaciones y políticas, se nota inmediatamente un cambio: de políticas, del discurso, de imagen y de estrategia. Es evidente, que se dispone de los resultados reales y se está actuando en consonancia; caso contrario miraríamos una continuación del mismo estilo, que continúa según la encuesta sesgada, tan “exitoso”.
Ejemplarizar lo anterior, no resulta por consiguiente – al menos por ahora – tan importante. Ya que consideramos se está usando la estrategia correcta.
Nuestro programa Aclarando Conceptos tiene por objetivo: Aclarar, definir, señalar problemas, presentar sus causas e indicar las posibles soluciones; buscando la mayor amplitud e imparcialidad posible; aunque nuestros análisis sean realizados dentro de nuestra propia perspectiva. Nos agrada en primer lugar hacer crítica constructiva; más aún en aquellos casos de trascendencia nacional; sobre todo cuando no vemos que se conoce, o si se conoce, no se pondera, la justa dimensión del problema. Y en base a eso, nos referiremos dentro de la limitación de tiempo de nuestro programa, al caso especifico de estadísticas parciales: como es el caso de nuestra balanza comercial.
El panorama se complica, porque no se trata únicamente de publicidad y propaganda, como en el caso anterior, porque en este caso, no se hace nada, o mejor dicho, se hace lo contrario, para buscar la solución al problema.
Se habla constantemente del aumento de exportaciones, pero no se dice nada del aumento mucho mayor de las importaciones. Nos consideramos un país de renta media y tan sólo hemos llegado en el pasado, porque a las exportaciones de maquila, se le aumenta el valor de la materia prima extranjera importada para tal fin, cuando ésta no es más que “valores en tránsito”; y se disminuyen aranceles, sin considerar la disminución de ingresos al Fisco; dándole un golpe bajo a la “industria nacional”, que también pierde protección, fuera de la pérdida de competitividad, entre otras cosas, por los precios excesivamente altos a sus insumos y servicios, etc. Etc. Todo, con una política que no presenta signos de cambio alguno. Se potencializan los servicios, se fomenta el turismo y se fortifica el sector financiero; se dan leyes sectoriales de apoyo para los mismos ¿y qué pasa con nuestras exportaciones; qué pasa con la sustitución de importaciones con producción nacional y qué pasa con la generación de empleo? ¿Por qué no también se potencializan, se fortifican o se fomentan?
Las voces de alerta de este programa ya fueron aclaradas con artículos publicados entre otros, en la Revista Comercio e Industria, de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador y en la Revista Industria, de la Asociación Salvadoreña de industriales (ASI) y en la Prensa escrita nacional. Basta ver 2 noticias recientes: Prensa Gráfica del domingo 28 de enero 2007:
…”El déficit comercial creció 19% en 2006. Las exportaciones, incluyendo las importaciones fueron de 7627.8 millones y las exportaciones tan solo 3513.30, esto es, menos de la mitad, dando un déficit de $4114.5 millones”.
Y en el Diario de Hoy del lunes 29 de enero de 2007 se encuentra: “El déficit comercial fue de $4114 millones. Las exportaciones aumentaron 126.7 millones con respecto al año anterior, pero en ese mismo periodo las importaciones subieron 793.4 millones, esto es $666.7 millones de déficit adicional”.
Esto se compensa con las remesas de nuestros hermanos en el exterior y los préstamos internacionales. ¿Hasta cuándo?
Urge… y es fundamental que se tomen medidas desde ya, antes que sea demasiado tarde: potencializar las exportaciones; disminuir las importaciones; fomentar el empleo; desarrollar la agricultura y la agroindustria; conseguir nuestra autosuficiencia alimentaria; racionalizar los préstamos, a la par (no en vez de) del desarrollo de los servicios y turismo, en que estamos enfrascados.