Explotación Minera II
Jueves 1 de Febrero de 2007.-
36 licencias de exploración ha concedido a Empresas mineras, la Dirección de Minas e Hidrocarburos, del Ministerio de Economía. Sin embargo, para iniciar su explotación, falta el permiso del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN). La posición del Ex-Titular de dicho Ministerio Hugo Barrera, mientras estuvo a cargo del Ministerio del Medio Ambiente fue negarlos sistemáticamente. Básicamente se encuentran en 1,300 Kms2 (el 6% del territorio nacional) en la zona media del Río Lempa, una zona de mantos acuíferos, ríos, afluentes del Río Lempa e inicio del mismo y por consiguiente, con una contaminación interna o en cascada a otras zonas del País.
Están así, en la zona Norte de nuestro País: Norte de Santa Ana, Chalatenango, Cabañas, Norte de San Miguel, Morazán y Norte de la Unión.
Si bien la mayoría de proyectos se encuentran en su etapa de exploración, ya existe un permiso de explotación, que el Ministro del Medio Ambiente anterior, intentó revertir, cancelándolo: la empresa Comerce Group Corp. de los Estados Unidos, en la zona de San Sebastián, Santa Rosa de Lima, en la Unión. El análisis de la contaminación de esta mina, que detallaremos en este programa, nos servirá de ejemplarización evidente.
Antes de ello, queremos recalcar:
…Está claro que no hay un solo proyecto de explotación minera que no produzca un impacto negativo en la salud, el agua, el suelo; y que no contamine.
La contaminación de ríos, aguas residuales, mantos acuíferos subterráneos, nacimientos de agua, es evidente y no constituye un riesgo simplemente, si no que una seguridad plena. Lo que varía es la magnitud de esa contaminación, de acuerdo a la aplicación de estándares de seguridad, pero nunca es CERO. Si hay contaminantes habrá contaminación. CERO contaminación nos lleva a costos infinitos, o dicho en otra forma, a un error matemático, lo que se deriva a dividir por cero, que es inadmisible.
Y aún descartando la ineficiencia de los Sistemas o el error humano; aún con una maquinaria ideal y con trabajo perfecto y con trabajadores que nunca se equivoquen, la contaminación nunca sería CERO, si hay contaminantes. Esto es una certeza matemática.
Fuera de ello, la cantidad de desechos producidos, agua utilizada; y roca triturada; son cantidades exorbitantes, hasta el punto, de cambiar la morfología del suelo y utilizar enormes cantidades de agua, aumentando la escasez y calidad para su uso en humanos.
Los accidentes son comunes, no sólo por características físico-químicas sino también geológicas.
También existen problemas de reasentación y reubicación de los poblados y un cambio del hábitat natural y de los suelos, imposible de restaurar y volver a su condición inicial, cuando la mina se agote. Generalmente al final, las minas agotadas son abandonadas o a lo máximo se les dispensa de un maquillaje aparente.
Siempre hubo explotación minera operando en nuestro País, pero era de extracción artesanal, de dimensiones pequeñas y sin usar contaminantes químicos, como la minería moderna, que los usa hoy para la separación de los metales desde la roca madre. Eso las vuelve mucho más contaminantes.
He aquí un análisis de la explotación de la mina de San Sebastián:
En el 2002 el Estado Salvadoreño otorga otra concesión de explotación por 30 años más a la misma empresa.
Las aguas de San Sebastián se encuentran fuertemente contaminadas por la actividad minera.
El drenaje acido de mina (ADM), indica una alta contaminación en las aguas de la zona, imputable únicamente a la actividad minera. El agua de San Sebastián es color anaranjado, fuertemente ácida y con valores muy altos de sulfatos y metales pesados nocivos para la salud, no sólo en el Río San Sebastián, sino también en las quebradas que lo alimentan; el índice de metales es alarmante. En la mina San Sebastián el aluminio, hierro no digerible y manganeso son de 1,800, 1,000 y 600 veces el límite máximo impuesto por Organismos Internacionales, fuera de otros contaminantes.
Sin ir muy lejos, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (US EPA) afirma que la contaminación minera incluyendo el drenaje ácido de las minas, constituye el mayor problema de contaminación difusa en los Estados unidos; de mayor envergadura que los desechos nucleares o que los desechos industriales y urbanos.
…Aunque toda mina es diferente, su explotación siempre produce contaminación. Si una mina ha producido tanta contaminación, la aprobación masiva de la explotación de la minería química en nuestro País, contaminaría nuestro País exageradamente, creándose un daño ecológico insostenible, sin resultados económicos tangibles.
Ante esos costos altos y pocos beneficios, no debería autorizarse la explotación de las minas, pero debería elaborarse un plan alternativo de desarrollo exitoso de la zona norte, posible con una pequeña inversión y tecnología apropiada; ya que el abandono y pobreza extrema de dicha zona debe corregirse.
36 licencias de exploración ha concedido a Empresas mineras, la Dirección de Minas e Hidrocarburos, del Ministerio de Economía. Sin embargo, para iniciar su explotación, falta el permiso del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN). La posición del Ex-Titular de dicho Ministerio Hugo Barrera, mientras estuvo a cargo del Ministerio del Medio Ambiente fue negarlos sistemáticamente. Básicamente se encuentran en 1,300 Kms2 (el 6% del territorio nacional) en la zona media del Río Lempa, una zona de mantos acuíferos, ríos, afluentes del Río Lempa e inicio del mismo y por consiguiente, con una contaminación interna o en cascada a otras zonas del País.
Están así, en la zona Norte de nuestro País: Norte de Santa Ana, Chalatenango, Cabañas, Norte de San Miguel, Morazán y Norte de la Unión.
Si bien la mayoría de proyectos se encuentran en su etapa de exploración, ya existe un permiso de explotación, que el Ministro del Medio Ambiente anterior, intentó revertir, cancelándolo: la empresa Comerce Group Corp. de los Estados Unidos, en la zona de San Sebastián, Santa Rosa de Lima, en la Unión. El análisis de la contaminación de esta mina, que detallaremos en este programa, nos servirá de ejemplarización evidente.
Antes de ello, queremos recalcar:
…Está claro que no hay un solo proyecto de explotación minera que no produzca un impacto negativo en la salud, el agua, el suelo; y que no contamine.
La contaminación de ríos, aguas residuales, mantos acuíferos subterráneos, nacimientos de agua, es evidente y no constituye un riesgo simplemente, si no que una seguridad plena. Lo que varía es la magnitud de esa contaminación, de acuerdo a la aplicación de estándares de seguridad, pero nunca es CERO. Si hay contaminantes habrá contaminación. CERO contaminación nos lleva a costos infinitos, o dicho en otra forma, a un error matemático, lo que se deriva a dividir por cero, que es inadmisible.
Y aún descartando la ineficiencia de los Sistemas o el error humano; aún con una maquinaria ideal y con trabajo perfecto y con trabajadores que nunca se equivoquen, la contaminación nunca sería CERO, si hay contaminantes. Esto es una certeza matemática.
Fuera de ello, la cantidad de desechos producidos, agua utilizada; y roca triturada; son cantidades exorbitantes, hasta el punto, de cambiar la morfología del suelo y utilizar enormes cantidades de agua, aumentando la escasez y calidad para su uso en humanos.
Los accidentes son comunes, no sólo por características físico-químicas sino también geológicas.
También existen problemas de reasentación y reubicación de los poblados y un cambio del hábitat natural y de los suelos, imposible de restaurar y volver a su condición inicial, cuando la mina se agote. Generalmente al final, las minas agotadas son abandonadas o a lo máximo se les dispensa de un maquillaje aparente.
Siempre hubo explotación minera operando en nuestro País, pero era de extracción artesanal, de dimensiones pequeñas y sin usar contaminantes químicos, como la minería moderna, que los usa hoy para la separación de los metales desde la roca madre. Eso las vuelve mucho más contaminantes.
He aquí un análisis de la explotación de la mina de San Sebastián:
En el 2002 el Estado Salvadoreño otorga otra concesión de explotación por 30 años más a la misma empresa.
Las aguas de San Sebastián se encuentran fuertemente contaminadas por la actividad minera.
El drenaje acido de mina (ADM), indica una alta contaminación en las aguas de la zona, imputable únicamente a la actividad minera. El agua de San Sebastián es color anaranjado, fuertemente ácida y con valores muy altos de sulfatos y metales pesados nocivos para la salud, no sólo en el Río San Sebastián, sino también en las quebradas que lo alimentan; el índice de metales es alarmante. En la mina San Sebastián el aluminio, hierro no digerible y manganeso son de 1,800, 1,000 y 600 veces el límite máximo impuesto por Organismos Internacionales, fuera de otros contaminantes.
Sin ir muy lejos, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (US EPA) afirma que la contaminación minera incluyendo el drenaje ácido de las minas, constituye el mayor problema de contaminación difusa en los Estados unidos; de mayor envergadura que los desechos nucleares o que los desechos industriales y urbanos.
…Aunque toda mina es diferente, su explotación siempre produce contaminación. Si una mina ha producido tanta contaminación, la aprobación masiva de la explotación de la minería química en nuestro País, contaminaría nuestro País exageradamente, creándose un daño ecológico insostenible, sin resultados económicos tangibles.
Ante esos costos altos y pocos beneficios, no debería autorizarse la explotación de las minas, pero debería elaborarse un plan alternativo de desarrollo exitoso de la zona norte, posible con una pequeña inversión y tecnología apropiada; ya que el abandono y pobreza extrema de dicha zona debe corregirse.