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#37, Latinoamerica hacia un desarrollo sostenible, El Rol del Ingeniero Químico en ese Desarrollo Parte II

Latinoamerica hacia un desarrollo sostenible, El Rol del Ingeniero Químico en ese Desarrollo Parte II
Lunes 10 de Gosto 2009

A pesar de que América Latina esta integrada por países hermanos, pero con condiciones diferentes, lo que se deriva en que los planes de Desarrollo tienen que ser diferentes, tenemos que buscar un mismo rumbo, una misma esperanza y una meta común: La lucha por el Desarrollo; la colaboración mutua de nuestros países; la integración de nuestras Sociedades. Unidad y Hermandad, en la diversidad.
América Latina no puede seguir siendo un protectorado; que no lo queremos ser, pero lo hemos permitido. Nuestro destino no es ser colonia dependiente; pueblos subdesarrollados, viviendo con esa cultura prestada de segunda mano. Nuestro destino es de la superación, dejar la minoridad, dejar de seguir siendo los Estados Desunidos de América.
Tenemos que plantearnos que el futuro es nuestro y que ésta es la hora de América Latina. Hace 10 años, en el V Congreso Latinoamericano de Estudiantes de Ingeniería Química, celebrado en la hermana ciudad de Guatemala, me tocó también presentar una charla magistral. Me sentí muy halagado, ya que la charla fue ovacionada. Todos los asistentes la aprobaron, con excepción de 3 personas, que luego supe eran representantes de Argentina. Se sentían indignados porque en mi intervención, había dicho que todos los países de América Latina, sin excepción, eran tercermundistas. Ellos consideraban que Argentina era un caso especial y que se encontraba posicionada en el Primer Mundo. Cuando Argentina colapsó, unos años después, deberán haberse arrepentido de dudar de mis aseveraciones; y no prepararse para el colapso. ¡Sólo hay algo peor que estar mal económicamente y es, estar creyendo que se está bien. Se cometen acciones descabelladas y la crisis nos agarra desprevenidos y por consiguiente nos golpea con más fuerza !
Ahora, en el 2009, peor aún, debo incluir una clasificación adicional de 4° y 5° Mundo, adicional a los 3 anteriores, para incluir a las naciones más pobres del planeta. Todas las Naciones de América Latina, hoy por hoy, se encuentran clasificadas en el 3°, 4° y 5° Mundo.
Brasil, a pesar de un desarrollo espectacular en los últimos años, e integrar junto con Rusia, China e India, el grupo BRIC, de las 4 potencias emergentes, sigue clasificándose en el 3° Mundo. Podría entrar al 2° Mundo, si corrigieran sus errores, atenuaran sus diferencias sociales y el desequilibrio entre los ingresos de los que tienen mucho y los que tienen poco.
Desarrollar un país no es sólo aumentar su producto territorial bruto, como un simple incremento estadístico, sino que se produzcan mayores bienes, al menor costo, con utilización racional de productos propios, de la manera más rápida posible, usando nuestros ecosistemas y evitando su destrucción y hacia un porcentaje mayoritario de la población; teniendo como base esencial, la satisfacción de las necesidades básicas y la mejoría en la calidad de vida.
El Salvador al no disponer de riquezas apreciables, no sólo mantiene un P.I.B bajo, sino que debido a las desigualdades sociales, éste se encuentra mal distribuido. Toda la vida le hemos apostado a un monosistema de desarrollo: en tiempos de la colonia era el comercio esclavo; luego el añil, que devastó todos los bosques de pinos y encinas de la zona norte y centro del país; luego el café, cuyo desarrollo no fue suficiente, si bien, al menos nos evitó desertificarnos, por el casi único bosque que nos queda, aparte de los manglares: el bosque cafetero. A éste se le agregó el cultivo del algodón, que no solo contaminó con exceso de insecticidas la tierra y el agua, sino que contribuyó a talar la zona costera. Posteriormente le apostamos a una “industrialización” que como fue diseñada, produjo industrias “fantasmas” que al amparo de la protección fiscal desproporcionada, se dedicaron a la última etapa del proceso fabril; prácticamente “ensambladoras” o “pulidoras”, que dependían de la materia prima importada que generalmente eran productos semi-elaborados o en proceso de finalización. Recientemente se apostó a los servicios: primero: el sector financiero y últimamente, Turismo. Al menos en el caso del desarrollo agrario, se produjeron empleos masivos. No le hemos apostado a ponerle a nuestras exportaciones un alto valor agregado.
Generalmente hemos exportado materias primas sin transformación alguna; o bien productos industriales, que hemos traído casi prácticamente terminados. Inflamos así nuestras exportaciones, ya que consideramos como exportación total, los productos con un alto contenido elaborado en el extranjero. Le apostamos a la maquila y consideramos como exportación, todos los insumos que importamos en tránsito y aquí sólo ensamblamos, o sólo medio transformamos; y no sólo vestuario, sino también: alcohol, otros biocombustibles y un sin fin de productos, con una “industrialización aparente”.
No sabemos qué materias primas disponemos, ni cuáles son nuestros recursos; ni sabemos cuáles, cuánto, dónde, y cómo obtenerlos y seguimos concediendo exploraciones y permisos de explotación sin saber lo que se exporta ó se explota realmente. Contaminamos y permitimos que se nos contamine. Reforestamos con árboles no apropiados para nuestro clima que luego se secan; y deforestamos inmisericordemente; botamos residuos al mar, que podrían ser extraídos e industrializados, pero que sólo sirven para contaminar; autorizamos extracciones y producciones altamente contaminantes; ignoramos protocolos internacionales; aceptamos con ingenuidad científica ó por codicia, proyectos ecológicamente nocivos, con beneficios económicos para los productores, no para el país; importamos “petróleo reconstruido“ útil para quemarlo pero inútil para industrializarlo; descuidamos nuestro autosuficiencia alimentaria; no sabemos negociar; no controlamos los precios, ni las tarifas, que súben inmisericordemente, a pesar de estar subsidiadas, pero permitimos que los productores ú operadores, los manipulen; avalamos que los monopolios, con libertad absoluta para fijar precios y con subsidios, declaren pérdidas, evadiendo al Fisco, engañando al usuario y estafando a los pequeños inversionistas. (CAESS es un ejemplo espectacular e inexplicablemente continúa impune); recibimos donativos vencidos; sustancias nocivas; alimentos degradados y contaminados; etc., etc., etc., etc.
Y esto no solo es la realidad presente…es la realidad histórica y ojalá no sea nuestro destino.
El problema se complica porque tradicionalmente los que actúan no piensan, y los que piensan, no actúan.
Esperamos que el nuevo Gobierno, lleve a cabo un verdadero Plan de Desarrollo Nacional, donde las Ingenierías tengan un papel preponderante.
Los problemas anteriores, son típicos de un país subdesarrollado y son, en su gran parte, comunes a muchos países de América Latina: lo que se complica por la actual crisis global, de alcance planetario.
No debemos así olvidar que somos países subdesarrollados, con enormes problemas. No solo los Gobiernos, sino que todos, somos y hemos sido, solidariamente culpables. Sin embargo, estamos en el cruce de caminos de nuestra historia. Dependerá de nosotros, de todos los salvadoreños, y en gran medida, de prácticamente todos los latinoamericanos, tomar la senda del progreso ó del hundimiento total. Hay que reconocer que el destino de nuestros países, su progreso ó decadencia, dependerá de si somos capaces ó no, de lograr un desarrollo armónico dual, tanto económico como social; ya que la ciencia y el poder se vuelven negativos, si se les separa de la Justicia y la Virtud.
Una crisis como la actual, de baja producción, insuficientes ingresos, deficiente empleo y dificultades económicas generalizadas, perjudica a la gran mayoría, aunque hará progresar únicamente a los más capaces. La Economía manifiesta de que en tiempos de crisis, se hacen los mejores negocios; pero sólo para algunos, generalmente los más capaces ó los mejores conectados. A pesar de que el triunfo del más apto tiene categoría de undécimo mandamiento; hay que reconocer que el conocimiento y el poder nos hacen más fuertes pero no mejores. La capacidad y la aptitud tienen que combinarse con la hermandad y la solidaridad. No basta saber que hay compatriotas que están mal; es necesario que eso sea para nosotros un problema personal. No es posible aislarse y mantenerse egoísta, mientras haya salvadoreños hundidos en la miseria. Necesitamos de nuestros funcionarios y de todos los ciudadanos, no sólo una incorruptible moral si no también una profunda sensibilidad social.
En cuanto al Desarrollo social, se ha estudiado hasta la saciedad, el alto costo humano y los estériles resultados económicos del llamado Desarrollo Dualista, en el cual, pequeñas porciones de la población, disfrutan de las ventajas de la Sociedad moderna, mientras la gran mayoría de la población permanece en extrema pobreza. Se desarrolla un abismo social – cada vez más profundo, en el que se encuentran: por un lado, la élite urbana instalada en la economía industrial y favorecida con un porcentaje desproporcionado de los ingresos gubernamentales y la élite rural, vinculada económica y socialmente, a los privilegiados centros urbanos; y por el otro lado: las masas, apenas alcanzando una limitada subsistencia, ó incluso, ni eso.
En el próximo programa continuaremos este tema, si Dios nos lo permite.