#26, Libre Mercado y Libertinaje
Libre Mercado y Libertinaje
Miercoles 4 Marzo 2009
El libertinaje del libre mercado, produjo enormes problemas y tiene al mundo al borde de la quiebra. Estados Unidos ya lo comprendió y esta tratando de corregirlo con una buena dosis de intervención estatal.
Es cierto que la empresa privada y la inversión extranjera deben fomentarse pero debe de establecerse un marco de referencia, con reglas claras del juego y donde el estado supervise y corrija las disfuncionalidades y frene los abusos y permita una libre y clara competencia. Estados Unidos ya se dio cuenta que se tiene que regular los mercados y que cierta intervención estatal es necesaria. El mismo ex – Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) Alan Greenspan, reconoció que “estaba equivocado, al evitar la regulación del sistema financiero “. Y luego, continuaba:
El “libre mercado” donde las empresas se vigilan y controlan ellas mismas, fracasó. Una dosis de intervención estatal se vuelve necesaria.
Esta posición la consideraremos correcta y nosotros la mantuvimos en varios programas de Aclarando Conceptos desde 2006, en un momento en que nadie consideraba la crisis posible y que al decir de Greenspan “la caída de los mercados en el 2008 lo dejó en un estado de incredulidad”. Los Estados Unidos fallaron por la falta de regulación de los mercados; pero nuestro país, y sigue fallando por eso, sino también por otra serie de medidas, que en Estados Unidos no han sido nunca toleradas y que incluso son tipificadas como delitos; y los dirigentes de Empresas que son hallados culpables, han sido condenados a prisión.
Nuestro país no solo ha fallado en este campo, sino en una serie de anomalías que en Estados Unidos constituyen delito y que no deben seguir permitiéndose a saber:
• Conformación de monopolios.
• Eliminación de la competencia.
• Maquillaje de balances.
• Manipulación del valor de las acciones en el mercado financiero.
• Utilizar información confidencial para provecho personal.
• Dañar a pequeños inversionistas.
• Evasión fiscal.
• Abuso de posición dominante.
El caso de CAESS, es un ejemplo fehaciente de cómo se incumplen al mismo tiempo todos estos delitos. Y el gobierno no hace nada por evitarlo.
Las 2 macrocrísis históricas: La crisis del totalitarismo y la crisis actual del neoliberalismo, si bien Antagónicas en su doctrina económica fallaron por el mismo defecto: El desconocimiento de la naturaleza humana.
En el totalitarismos se neutralizó la iniciativa privada y por ello se lentificó el desarrollo económico, en el neoliberalismo no se puso control a la ambición humana. En el, los grandes sin control – aplastaron a los débiles; se redujo así el consumo y luego los grandes, sin consumidores se aplastaron a si mismos.
Bien lo dijo Joao Mello: EL Neoliberalismo es una doctrina que concibe al Mundo como un corral donde las gallinas andan sueltas… y también la zorra.
El problema del capitalismo es el reparto de la riqueza. Una Empresa privada se constituye para trabajar con eficiencia ganar dinero y ganará cuanto se le permita.
La Teoría del Rebalse no funciona. El Sistema de que el empresario llene sus tanques de riqueza, para que cuando rebalsen beneficien a todos los demás, no deja de ser utópico. La eficiencia empresarial hace reaccionar, haciendo los tanques más grandes, antes de que estos rebalsen. Fuera de ello, si eso es así en tiempos de abundancia, lo es aun más en tiempo de crisis; ya que en este caso, los tanques nunca se llenan, y por consiguiente nunca se rebalsan, aunque no se haya incrementado su tamaño.
Por ello se necesita el papel regulador del Estado; aplicando los impuestos correspondientes; repartiendo adecuadamente; defendiendo a los débiles; interviniendo, cuando el mercado se distorsiona; evitando los cárteles oligopólicos; el abuso de los fuertes; cumpliendo con la justicia, basado en el principio fundamental, de que todos los hombres somos iguales ante la ley y también ante los encargados de aplicarla y teniendo como objetivo, administrar con eficiencia y honestidad los ingresos gubernamentales y asegurando a todos los habitantes de la República, el goce de sus derechos fundamentales, consagrados en la constitución política. El Gobierno es así un ente regulador. Sin embargo, hay dos problemas fundamentales en los Gobiernos del Mundo.
El primero: La Dicotomía entre producir y repartir. Generalmente el que produce, no reparte y el que reparte, no produce. Y la segunda: Si Dios ha decretado la protección de los débiles, porque los fuertes se defienden solos, generalmente es todo lo contrario. La lucha desigual entre el tigre suelto versus burro amarrado, y preferiblemente, con bozal, para que ni siquiera pueda protestar, es tolerado é incluso hasta fomentado por los gobiernos de turno. El problema no es solo la lucha desigual entre fuertes y débiles, ya que éstos últimos pueden incluso defenderse eficientemente con paciencia y perseverancia; sino al hecho de que los Gobiernos intervienen, protegiendo a los fuertes, en caso de competencia; ó bien agravando al débil, acosándolo fiscalmente, y tolerando al grande, cuando se necesitan incrementar ingresos. Walt Whitman criticaba lo anterior, afirmando que el mejor Gobierno, es el que deja a la gente, más tiempo en paz.
También todos los Gobiernos del Mundo, enseñan su mejor perfil antes de las elecciones y toman medidas positivas para intereses populares. El problema es sin embargo diferente en magnitud. ¿Cuánto cambiaran después de las elecciones? ¿Seguirá subiendo la Gasolina y diesel aunque el petróleo siga bajando y subirá espectacularmente cuando suba? ¿Se seguirá dilapidando los recursos del país, incluyendo recargos ilegales ó pleitos internacionales descuidados con grandes pagos onerosos? ¿Se seguirá privatizando y casi regalando los bienes nacionales? ¿Se seguirá permitiendo el abuso en la fijación de los precios? ¿Se permitirá que la CAESS se salga con la suya y con esos balances totalmente maquillados y evidentemente falsos? ¿Continuarán haciendo lo mismo, una a una, las empresas Generadoras y Distribuidas de Electricidad y además, las Petroleras, las Telecomunicaciones, los Bancos, las Aseguradoras etc.? ¿Seguirán persiguiendo a los pequeños y medianos empresarios; mientras a los grandes se les permite un a evasión fiscal evidente y ni siquiera se les revisa? ¿Seguirá la escalada de precios? ¿La selección artificial del crédito? ¿Las leyes sectoriales para algunos? ¿Dinero abundante cuando se necesita ó no hay dinero depende para quien? ¿Se incrementará la persecución sobre los vendedores informales, cuando es el Estado el que falla en su responsabilidad constitucional de garantizarles un trabajo digno? ¿Continuaran las extorsiones; el crimen organizado, la delincuencia desenfrenada? ¿Continuará débil nuestra propuesta a los desastres y la mala ejecución de las obras de mitigación, a pesar de los préstamos y presupuestos invertidos? ¿Continuará pendiente la terminación de las obras contratadas ó incluso la iniciación de las mismas, aun con presupuestos asignados ó préstamos internacionales, específicamente contratados y no solo una vez, sino que varias veces y el dinero no se encuentra? ¿Subirán los precios y tarifas de los servicios públicos? ¿Seguirá maltratándose y poniéndole trabas a empresarios honestos por tener el valor de manifestar su inconformidad contra irregularidades gubernamentales ó bien por ser competencia molesta de los privilegios y protegidos del régimen? etc., etc., etc.
Dios mediante, nuestro país cambien definitivamente, sea con quien sea. Menos mal que el pueblo salvadoreño es aguantador; si no, estaríamos completamente, y no solo, parcialmente acabados.
El libertinaje del libre mercado, produjo enormes problemas y tiene al mundo al borde de la quiebra. Estados Unidos ya lo comprendió y esta tratando de corregirlo con una buena dosis de intervención estatal.
Es cierto que la empresa privada y la inversión extranjera deben fomentarse pero debe de establecerse un marco de referencia, con reglas claras del juego y donde el estado supervise y corrija las disfuncionalidades y frene los abusos y permita una libre y clara competencia. Estados Unidos ya se dio cuenta que se tiene que regular los mercados y que cierta intervención estatal es necesaria. El mismo ex – Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) Alan Greenspan, reconoció que “estaba equivocado, al evitar la regulación del sistema financiero “. Y luego, continuaba:
El “libre mercado” donde las empresas se vigilan y controlan ellas mismas, fracasó. Una dosis de intervención estatal se vuelve necesaria.
Esta posición la consideraremos correcta y nosotros la mantuvimos en varios programas de Aclarando Conceptos desde 2006, en un momento en que nadie consideraba la crisis posible y que al decir de Greenspan “la caída de los mercados en el 2008 lo dejó en un estado de incredulidad”. Los Estados Unidos fallaron por la falta de regulación de los mercados; pero nuestro país, y sigue fallando por eso, sino también por otra serie de medidas, que en Estados Unidos no han sido nunca toleradas y que incluso son tipificadas como delitos; y los dirigentes de Empresas que son hallados culpables, han sido condenados a prisión.
Nuestro país no solo ha fallado en este campo, sino en una serie de anomalías que en Estados Unidos constituyen delito y que no deben seguir permitiéndose a saber:
• Conformación de monopolios.
• Eliminación de la competencia.
• Maquillaje de balances.
• Manipulación del valor de las acciones en el mercado financiero.
• Utilizar información confidencial para provecho personal.
• Dañar a pequeños inversionistas.
• Evasión fiscal.
• Abuso de posición dominante.
El caso de CAESS, es un ejemplo fehaciente de cómo se incumplen al mismo tiempo todos estos delitos. Y el gobierno no hace nada por evitarlo.
Las 2 macrocrísis históricas: La crisis del totalitarismo y la crisis actual del neoliberalismo, si bien Antagónicas en su doctrina económica fallaron por el mismo defecto: El desconocimiento de la naturaleza humana.
En el totalitarismos se neutralizó la iniciativa privada y por ello se lentificó el desarrollo económico, en el neoliberalismo no se puso control a la ambición humana. En el, los grandes sin control – aplastaron a los débiles; se redujo así el consumo y luego los grandes, sin consumidores se aplastaron a si mismos.
Bien lo dijo Joao Mello: EL Neoliberalismo es una doctrina que concibe al Mundo como un corral donde las gallinas andan sueltas… y también la zorra.
El problema del capitalismo es el reparto de la riqueza. Una Empresa privada se constituye para trabajar con eficiencia ganar dinero y ganará cuanto se le permita.
La Teoría del Rebalse no funciona. El Sistema de que el empresario llene sus tanques de riqueza, para que cuando rebalsen beneficien a todos los demás, no deja de ser utópico. La eficiencia empresarial hace reaccionar, haciendo los tanques más grandes, antes de que estos rebalsen. Fuera de ello, si eso es así en tiempos de abundancia, lo es aun más en tiempo de crisis; ya que en este caso, los tanques nunca se llenan, y por consiguiente nunca se rebalsan, aunque no se haya incrementado su tamaño.
Por ello se necesita el papel regulador del Estado; aplicando los impuestos correspondientes; repartiendo adecuadamente; defendiendo a los débiles; interviniendo, cuando el mercado se distorsiona; evitando los cárteles oligopólicos; el abuso de los fuertes; cumpliendo con la justicia, basado en el principio fundamental, de que todos los hombres somos iguales ante la ley y también ante los encargados de aplicarla y teniendo como objetivo, administrar con eficiencia y honestidad los ingresos gubernamentales y asegurando a todos los habitantes de la República, el goce de sus derechos fundamentales, consagrados en la constitución política. El Gobierno es así un ente regulador. Sin embargo, hay dos problemas fundamentales en los Gobiernos del Mundo.
El primero: La Dicotomía entre producir y repartir. Generalmente el que produce, no reparte y el que reparte, no produce. Y la segunda: Si Dios ha decretado la protección de los débiles, porque los fuertes se defienden solos, generalmente es todo lo contrario. La lucha desigual entre el tigre suelto versus burro amarrado, y preferiblemente, con bozal, para que ni siquiera pueda protestar, es tolerado é incluso hasta fomentado por los gobiernos de turno. El problema no es solo la lucha desigual entre fuertes y débiles, ya que éstos últimos pueden incluso defenderse eficientemente con paciencia y perseverancia; sino al hecho de que los Gobiernos intervienen, protegiendo a los fuertes, en caso de competencia; ó bien agravando al débil, acosándolo fiscalmente, y tolerando al grande, cuando se necesitan incrementar ingresos. Walt Whitman criticaba lo anterior, afirmando que el mejor Gobierno, es el que deja a la gente, más tiempo en paz.
También todos los Gobiernos del Mundo, enseñan su mejor perfil antes de las elecciones y toman medidas positivas para intereses populares. El problema es sin embargo diferente en magnitud. ¿Cuánto cambiaran después de las elecciones? ¿Seguirá subiendo la Gasolina y diesel aunque el petróleo siga bajando y subirá espectacularmente cuando suba? ¿Se seguirá dilapidando los recursos del país, incluyendo recargos ilegales ó pleitos internacionales descuidados con grandes pagos onerosos? ¿Se seguirá privatizando y casi regalando los bienes nacionales? ¿Se seguirá permitiendo el abuso en la fijación de los precios? ¿Se permitirá que la CAESS se salga con la suya y con esos balances totalmente maquillados y evidentemente falsos? ¿Continuarán haciendo lo mismo, una a una, las empresas Generadoras y Distribuidas de Electricidad y además, las Petroleras, las Telecomunicaciones, los Bancos, las Aseguradoras etc.? ¿Seguirán persiguiendo a los pequeños y medianos empresarios; mientras a los grandes se les permite un a evasión fiscal evidente y ni siquiera se les revisa? ¿Seguirá la escalada de precios? ¿La selección artificial del crédito? ¿Las leyes sectoriales para algunos? ¿Dinero abundante cuando se necesita ó no hay dinero depende para quien? ¿Se incrementará la persecución sobre los vendedores informales, cuando es el Estado el que falla en su responsabilidad constitucional de garantizarles un trabajo digno? ¿Continuaran las extorsiones; el crimen organizado, la delincuencia desenfrenada? ¿Continuará débil nuestra propuesta a los desastres y la mala ejecución de las obras de mitigación, a pesar de los préstamos y presupuestos invertidos? ¿Continuará pendiente la terminación de las obras contratadas ó incluso la iniciación de las mismas, aun con presupuestos asignados ó préstamos internacionales, específicamente contratados y no solo una vez, sino que varias veces y el dinero no se encuentra? ¿Subirán los precios y tarifas de los servicios públicos? ¿Seguirá maltratándose y poniéndole trabas a empresarios honestos por tener el valor de manifestar su inconformidad contra irregularidades gubernamentales ó bien por ser competencia molesta de los privilegios y protegidos del régimen? etc., etc., etc.
Dios mediante, nuestro país cambien definitivamente, sea con quien sea. Menos mal que el pueblo salvadoreño es aguantador; si no, estaríamos completamente, y no solo, parcialmente acabados.