#27, Conceptos Preelectorales Parte I
Conceptos Preelectorales I Parte - A.M
Jueves 5 Marzo 2009
A escasos 10 días de las elecciones presidenciales, se han desatado una serie de conceptos confusos, que necesitan ser aclarados.
En primer lugar, la toma del poder, no se está haciendo por intermedio de una lucha armada, sino por una contienda electoral, cívica y democrática, amparada en nuestra Constitución Política. Por consiguiente el poder total no está en juego, ya que se encuentra repartido en los diferentes grupos que lo detentan, propio de una Sociedad Establecida: Empresa Privada, Medios publicitarios; poder financiero, Fuerza Armada, Gremios, Iglesias; transnacionales, Marco Legal establecido etc. etc. En un cambio violento, a través de una lucha armada, todo el andamiaje legal y la lucha por el poder total se encuentran en entredicho. En un proceso electoral, sólo el Gobierno transitorio se encuentra en juego, dentro de un sistema preestablecido y con el Marco constitucional vigente.
Todo Sistema tiene sus cláusulas de salvaguarda y nuestro sistema constitucional vigente, producto de los Acuerdos de Paz, tiene un sistema de protección adicional; ya que un acuerdo de Paz, conlleva el deseo, no sólo de finalizar un conflicto armado; si no también el permitir la formación de partidos políticos, de todas las ideologías, siempre y cuando acepten el proceso democrático, con el fin de evitar futuros conflictos bélicos. De esa forma el proceso de reformar la Constitución se hace complicado en los artículos simples y se vuelve imposible de reformar en los artículos fundamentales.
¡No se puede tener mayor garantía constitucional!
En efecto, el Art. 248 de nuestra Constitución Política establece:
“La reforma de esta Constitución podrá acordarse por la Asamblea Legislativa. con el voto de la mitad más uno de los diputados electos.
Para que la reforma pueda decretarse deberá ser ratificada por la siguiente Asamblea Legislativa, con el voto de los 2 tercios de los diputados electos…
De acuerdo a los resultados de las elecciones legislativas de Enero 2009, la izquierda tiene vedado incluso la de proponer un cambio constitucional de un artículo, al no disponer ni siquiera de la mayoría simple.
Independiente de los resultados de las próximas elecciones legislativas del 2012, le sería imposible cambiar un simple artículo constitucional en el actual período presidencial 2009-2014. Además, dado el sistema proporcional de resultados y la asignación por residuos y no disponiendo de otro partido cuantitativo de izquierda que le sume un apreciable número de diputados; sería prácticamente imposible lograr la mayoría absoluta de la Asamblea, ya que necesitaría ganar una elección con más del 80% de los votos. El balance legislativo de la Asamblea le es desfavorable al FMLN, aún siendo la mayor fuerza legislativa, y necesitaría el apoyo de la derecha para poder gobernar y de toda la derecha, incluyendo Arena, para lograr una reforma constitucional.
Además, el último inciso del Art. 248 se establece:
…No podrán reformarse en ningún caso los artículos de ésta Constitución que se refieren a la forma y sistema de Gobierno, al territorio de la República y a la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República.
¿A qué tanto temor entonces?
Para aquellos que no hemos estado nunca a la sombra del poder; y que hemos trabajado sin los Gobiernos, con los Gobiernos y contra los Gobiernos ( o mejor dicho, el Gobierno contra nosotros); y Gracias a Dios y a nuestros esfuerzos hemos seguido adelante, no nos atemoriza que gane un partido o que gane el otro. Sobre todo, con el cerrojo constitucional que evita el cambio fácil de la Constitución y que nulifica cualquier intento de un cambio oneroso del sistema. El Art. 85 de la Constitución que no puede reformarse, ni siquiera con el voto unánime de los 84 diputados de la Asamblea Legislativa, manifiesta que: “El Gobierno es republicano, democrático y representativo.
El sistema político es pluralista y se expresa por medio de los partidos políticos, que son el único instrumento para el ejercicio de la representación del pueblo dentro del Gobierno.
Las Normas, Organización y funcionamiento se sujetarán a los principios de la democracia representativa (Esto es, elecciones).
La existencia de un partido único oficial es incompatible con el sistema democrático y con la forma de Gobierno establecidos en esta constitución.
Fuera de ello, los Artículos 87 y 88 tampoco pueden reformarse.
Art. 87-Inciso 1: Se reconoce el derecho del pueblo a la insurrección, para el solo objeto de restablecer el orden constitucional alterado por la transgresión de las normas relativas a la forma de Gobierno o al Sistema político establecidos, o por graves violaciones a los derechos consagrados en ésta Constitución.
Art. 88- La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es indispensable para el mantenimiento de la forma de Gobierno y sistema político establecidos. La violación de esta Norma obliga a la insurrección”.
Alguien podría decir ¿Y si se irrespeta la Constitución? ¿y si un presidente realiza acciones de hecho?
Eso no puede darse, ya que llegar por la vía electoral, significa que el poder real se encuentra incólume y debidamente repartido. Nadie puede abrogarse funciones dictatoriales, ya que los organismos garantes del respeto constitucional se encuentran intactos. Un funcionario que así lo haga, lejos de aumentar su poder o perpetuarse en él, conseguiría lo contrario, incluso el ser depuesto y desprestigiado.
2° Aquí hubo un conflicto armado y el cual no debe repetirse y no hay indicios de ello. La existencia de grupos políticos armados, solo demostraría la ineficiencia de los cuerpos de seguridad por permitirlos. Yo considero que no los hay.
Todo análisis del tiempo de la Guerra, sacándolo de contexto y trayéndolo al momento presente, donde impera la paz y se celebran procesos electorales democráticos, es incrementar la confusión y confundir los términos.
En esto es necesario aclarar otros conceptos: a) Toda guerra es impuesta y se cataliza por condiciones específicas donde b) Todos hemos sido solidariamente culpables y c) Toda guerra tiene un componente civil y otro militar donde ambos participan.
En tiempos de guerra el que arriesga su vida en aras de sus principios, merece respeto y está por encima del civil, que participa en la guerra, sin arriesgarse; muchas veces, fuera del país.
En tiempos de paz, la sangre del soldado, se transmuta por la tinta del reconstructor, del reformador, del hacedor de paz. En tiempo de paz, el violento sí es un transgresor de la ley y merece ser señalado y castigado.
Aunque la Guerra es destrucción, sangre, dolor, luto, miseria; y algunas veces excesos; es muchas veces, tristemente necesaria para lograr la paz. Lo interesante es sacar el beneficio resultante de la escalada bélica finalizada.
No podemos volver al pasado y evitar el conflicto. Pero sí podemos sacar experiencia del mismo y volvernos más capaces, más pacíficos, más justos y también, más solidarios. Y ver al futuro, porque hacia él, nos dirigimos inexorablemente. Y de esa guerra obtuvimos los Acuerdos de Paz; la instalación de nuestro sistema democrático; la libre expresión de las ideas, al menos con una libertad no vista nunca antes; la participación de las diferentes ideologías en la contienda electoral, sin ninguna limitación que perjudique la inclinación popular, siempre y cuando los partidos contendientes acepten la democracia participativa y la Constitución de la República; elecciones libres; Asamblea multipartidista, etc etc. Tenemos que continuar en la perfectibilidad de los Acuerdos, buscando los puntos de unión que nos converjan, administrando nuestras diferencias y tolerando nuestras divergencias.
Tenemos que recordar que todos somos hermanos y que si bien el triunfo del más apto tiene categoría de undécimo mandamiento, hay que reconocer que el conocimiento y el poder nos hace más fuertes, pero no mejores. La capacidad y la aptitud, tiene que combinarse con la hermandad y la solidaridad.
En tiempos de guerra se premia el valor, la integridad, la honorabilidad, la sinceridad, la disciplina, el mantenimiento de los principios.
En tiempos de paz, se premia la honestidad, la capacidad, la profesionalidad, el trabajo, el pacifismo, el conocimiento.
Hay que criticar el comportamiento de cada quien, en los diferentes escenarios, sin confundirlos.
Ese procedimiento de criticar las acciones militares de la guerra, analizándolas desde una perspectiva de paz, al finalizar el conflicto bélico, es injusto y generalmente es esgrimido por los políticos civiles que participaron en la guerra, pero no se involucraron militarmente en ella y tampoco arriesgaron su pellejo.
En el próximo programa continuaremos, si Dios nos lo permite.