#30, Situación Post Electoral

Situación Post-Electoral
Miercoles 6 Mayo 2009

A pesar de la campaña publicitaria que habla de los logros del actual gobierno y del optimismo aparente de algunos analistas y personeros gubernamentales de que nos encontramos sólidos e incluso que estamos solventes y que nos pod emos endeudar masivamente todavía más, la situación de las arcas gubernamentales que se encontraban como de “coyol quebrado, coyol comido” se han agravado, aún más, encontrándose ahora en una situación de total insolvencia. Nuestro margen de maniobra es casi nulo; no nos podemos equivocar. O avanzamos o nos hundimos: no tenemos otra alternativa. Este reconocimiento de una crisis en ciernes o de un agotamiento del sistema, debería dirigir a la clase política dirigente – tanto Gobierno como oposición – a un proceso mutuo de luchar y trabajar juntos en aras del bien común; donde la crítica constructiva por un lado y la autocrítica por el otro, deberían ser las únicas válidas. 

…Sólo haciéndonos solidarios y veraces, nos situamos en ese plano común, en el cual permanecemos vinculados unos a otros, aunque seamos adversarios…

Sin embargo, la desunión continúa y el enfrentamiento se acentúa. Los acercamientos entre el presidente electo y el presidente saliente y entre los miembros de ambos partidos que conforman el “equipo de transición” son sólo aparentes y constituyen un caso pintoresco de confusión mediática. Estoy de acuerdo que no tiene por qué haber un enfrentamiento estéril en este período previo a la toma de posesión, pero este comportamiento táctico, deja mucho de ser estratégico. Desde el bando de la oposición, sobre todo, se perfila desde los últimos acontecimientos políticos, una confrontación desgastante. La elección de Ciro Cruz Zepeda como presidente de la Asamblea Legislativa; de Alfredo Cristiani como presidente del Coena y la reforma del Registro de Personas Naturales, a un Organismo donde el FMLN es minoría, son entre otras, pruebas que un frente amplio de derecha se está perfilando como oposición permanente al ejecutivo.

El presidente electo tiene que buscar la unidad: en primer lugar con el pueblo; luego con su partido que lo llevó al poder y finalmente con la oposición, en este último caso, sólo si ella lo permite y reconoce, que son una oposición constructiva y no, el partido de gobierno.

No hay que perder de vista que la mayoría votó por el cambio. Y no fueron únicamente 70000 votos más. Fue, ese resultado, a pesar de todas las ventajas que se dispone al amparo del poder. Tanto del poder real históricamente poseído como del poder coyuntural, que se obtiene al ser el partido gobernante. No hay que perder de vista que el Mundo entero se encuentra en crisis. Las incertidumbres y los problemas se multiplican y complican en todas partes. Hay crisis de valores, ruptura de regulaciones, problemas económicos y financieros, profundización de los antagonismos; polarización aumentada de las posiciones; existe una lucha permanente, entre desiguales; entre parecidos y también entre iguales. “Totum Revolutum” (Todo está revuelto).

El problema se complica porque los jinetes del Apocalipsis andan no sólo sueltos sino que incluso desbocados: la guerra, el hambre, la peste y la destrucción campean por doquier y tienen dimensión planetaria. 

En nuestro país: La guerra, que ya pasamos con estoicismo y paciencia y que esperamos nunca más regrese, aunque hay indicios que puede volver, pero con nuevas variables que ya se están asomando: violencia, delincuencia, enfrentamientos, que pueden llegar a dar, Dios no lo quiera, en un próximo futuro a una insurrección popular o a una incontrolable presencia del crimen organizado. El hambre que está asolando a algunas zonas de nuestro País. Me refiero al hambre profunda que comprende la inanición o incluso la muerte. La desnutrición o mala alimentación, incluyendo la deficiencia proteínica que incide negativamente en el crecimiento del cerebro, inteligencia y sistema neurológico de los niños, es históricamente endémica en nuestro país.

No mata en abundancia todavía, porque nuestro querido país no lo hemos convertido aún en desierto. Aunque nos encaminamos a él, a pasos agigantados. Somos hoy el país más deforestado de América Latina e históricamente se aflojan los controles del Ministerio del Medio ambiente y Recursos Naturales, de por sí deficientes, si se dispone de la influencia política o económica para ello.

La peste, con sus enfermedades históricas, como las diarreas e infecciones respiratorias agudas; otras más recientes como la gripe aviar y actualmente la influenza porcina; y otras próximas a venir. Antes de que el Mundo descanse de la actual pandemia, aparecerá otra. Y todo ello, agravado por la escasez de medicamentos y disminución de presupuestos del área de salud; y la permanente corrupción histórica, aunada a la incapacidad manifiesta y dejadez evidente.

La Destrucción, la naturaleza incrementada: terremotos: inundaciones, huracanes, los elementos descontrolados: fuego, aire agua y tierra combinados; y con viviendas construidas en zonas de riesgo, y con pseudosviviendas construidas con materiales inapropiados por un pueblo que se conforma con ellos, porque peor es nada. Y con nuestra débil respuesta a las catástrofes… Una pequeña inundación nos pone boca arriba: una grande, fácilmente nos pondría boca abajo. Un terremoto de mediana intensidad, nos dejaría una gran destrucción…

¡Que Dios nos proteja! … 

Por otro lado, los problemas políticos: y además, desempleo por un lado y delincuencia por el otro; y en medio, problemas económicos; con la pasividad de amplios sectores de la población. Y si alguien habla y denuncia algo, represión gubernamental, en las más variadas formas.

Esto significa que tenemos que permanecer estoicos y silentes a todo lo incorrecto que veamos, para ganarnos el privilegio de ser tolerados…

Y la polarización, cada vez más acentuada de los partidos políticos mayoritarios.

Fuera de ello, a pesar de que la macroeconomía demuestra síntomas de deterioro; se encuentran más deficientes, las condiciones microeconómicas del pueblo trabajador y peor aún, del pueblo subempleado y desempleado, las cuales incluso se deterioran continuamente con el encarecimiento de la canasta básica, imposible de obtener con menos de 3 ó 4 salarios mínimos, hasta el punto que siendo tremendamente básica, se volvió totalmente suntuaria.

El panorama a futuro se complica, porque las fuentes que mantienen la economía a flote: Emigración a los Estados Unidos y permanencia de las remesas, están siendo tremendamente combatidas, perjudicando el mantenimiento de los salvadoreños que ya viven en EU en situación de ilegalidad ó semi-ilegalidad y complicando el flujo de una nueva emigración; y por el otro lado, el comercio informal, que de acuerdo al cumplimiento de las leyes secundarias, lo convirtieron en un comercio ilegal; sin percatarse que más ilegal es que el Estado no garantice un trabajo digno a los salvadoreños, incumpliendo la Constitución Política.

En lugar de crear nuevos empleos, sólo en los últimos 6 meses se han perdido 45000 empleos, engrosando la lista de los desempleados o de los subempleados perseguidos.

Además, los bienes y servicios se encarecen exageradamente, muchas veces sin motivo; al menos no, en la magnitud expresada. Los monopolios creados y los oligopólicos permitidos, hacen lo que quieren, con un Gobierno que hasta ahora se ha especializado en perseguir a los pequeños y medianos empresarios. Los subsidios se pretenden focalizar, lo cual es beneficioso ya que el gasto innecesario se reduce. Pero antes de eso, deben determinarse si son necesarios, analizando costos y ganancias reales de las Empresas monopólicas. Si las tarifas ó precios son incrementados unilateralmente por ellas; los subsidios, focalizados o no, irían al bolsillo de dichas Empresas y no favorecerían realmente a los usuarios. Etc, etc, etc, etc.

¿Que nos queda? Esperar a que el nuevo Gobierno a partir del 1° de Junio, tome las riendas y aplique el cambio prometido, con mesura y condicionado a nuestras circunstancias.

El pueblo desea definitivamente un cambio para mejorar. No para empeorar, ni más de lo mismo. Y debe comprenderse que no sólo hay que ser bueno; si no que también hay que aparentarlo y demostrarlo.